Nunca un “piquito” resultó tan rentable. En TVE, han colado a Jenni Hermoso para que intervenga en las campanadas de las uvas de este año. El adoctrinamiento feminista me está resultando tanto o más atosigante que el religioso que me largaron en el colegio con la diferencia -esencial- de que el religioso iba acompañado por asignaturas que me enseñaban cultura grecolatina, Literatura e Historia y tenía un notable contenido de integración -aunque no fuera real- y éste es disgregador, parcial, que concede privilegios a las unas y se los quita a los otros. Además, en estos momentos, en los que se está juzgando el caso, supone culminar un juicio mediático paralelo y al mismo tiempo presionar sobre el juez que ha de dictar sentencia.

Jenni, si sabe jugar sus cartas, ya puede tener la vida resuelta cuando acabe su faceta futbolística o antes. Como la “princesa del pueblo”, Belén Esteban, que vivió primero de ser la exmujer de Jesulín de Ubrique aunque luego ya se encargó ella de ser la que es, Jenni podría ser conocida como “la del piquito”. Las famas y las popularidades con frecuencia nacen porque hay un lobby de poder detrás de alguien. Aquí se ha dado la presencia del sindicalismo y la política feminista aprovechándose de una situación a la que le ha sacado una punta bien afilada para clavarla en un sujeto al que otros que iban tras él han aprovechado para quitarlo de en medio.

A mí lo que hizo Luis Rubiales me pareció inadecuado y vergonzoso, pero de ahí a destrozarle la vida aprovechando un momento de descoque como el que se produjo va un abismo. Es que ayer fue Rubiales, mañana podría ser Fernando Esteso que entró en el plató de TVE en el programa de Mercedes Milá haciendo gestos polémicos con la boca al ver a una de las presentadoras jóvenes del espacio. Esa mujer se va a la policía, se queja del comportamiento de Esteso, lo acusa, y hoy el actor estaría probablemente en el disparadero nacional. Ya lo criticaron en el mismo plató algún que otro de los jóvenes presentes.

La dinámica es la siguiente: no se puede opinar sobre nada que se estime incorrecto y falta de respeto por parte de unas personas jóvenes perdonavidas. A eso lo llaman juzgar, debe ser por lo del Evangelio con el “no juzguéis y no seréis juzgados”. Ellos sí que pueden juzgar y hasta insultar. Una tal Eva Güimil llama desde El País “carcundia” a quienes no estén de acuerdo con la presencia de la jugadora en lo de las uvas. O sea, yo puedo ser un carca, lo cual me la trae al fresco, no insulta quien quiere sino quien puede y una propagandista del PSOE no me preocupa en absoluto porque a mí me importa un pepino quién presente la despedida del año o si la de Amaral quiere enseñarnos sus tetas en un escenario. Lo que me jode es esta invasión de vándalo sectarismo desarrollada desde el privilegio y el oportunismo que nos acusa a todos los hombres de ser culpables hasta que no se demuestre lo contrario y si se demuestra da igual, ahí quedas con el sambenito puesto.

Los fines de semana, cine por un tubo de propaganda de género. Libros y cuentos quemados o destruidos por supuestos contenidos machistas. Ortodoxia absoluta e ignorancia a la hora de analizar hechos históricos. Mujeres metidas con calzador en esta o aquella actividad. Hasta en los chistes, si quieres triunfar, tienes que cuidar que no se molesten a unas mujeres y unos feministos más puritanos que el puritanismo del siglo XIX o inicios del XX, aunque sea a costa de poner a los hombres a la altura del betún. Y ahora dos mujeres y un hombre para que nos digan las pamplinas de las uvas. Menos mal que no son dos hombres y una mujer.

QOSHE - Jenni Hermoso va a por uvas - Ramón Reig
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Jenni Hermoso va a por uvas

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11.12.2023

Nunca un “piquito” resultó tan rentable. En TVE, han colado a Jenni Hermoso para que intervenga en las campanadas de las uvas de este año. El adoctrinamiento feminista me está resultando tanto o más atosigante que el religioso que me largaron en el colegio con la diferencia -esencial- de que el religioso iba acompañado por asignaturas que me enseñaban cultura grecolatina, Literatura e Historia y tenía un notable contenido de integración -aunque no fuera real- y éste es disgregador, parcial, que concede privilegios a las unas y se los quita a los otros. Además, en estos momentos, en los que se está juzgando el caso, supone culminar un juicio mediático paralelo y al mismo tiempo presionar sobre el juez que ha de dictar sentencia.

Jenni, si sabe jugar sus cartas, ya puede tener la vida resuelta cuando acabe su faceta futbolística o antes. Como la “princesa del pueblo”, Belén Esteban, que........

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