Que digo yo que para qué queremos una república si la monarquía española no sirve para nada en los momentos decisivos. Hemos pasado de una esquina a otra con un salto histórico desde que les cortaron las cabezas a los reyes de Inglaterra primero y de Francia después. Aquí no ha rodado cabeza alguna -al menos de forma explícita- y sin embargo el resultado ha sido un rey sin corona y con una cabeza que sólo debe obedecer a la democracia. La democracia es la gente, a la gente le gusta la pompa de la Zarzuela y sus chismes que cada vez se saben más y mejor, igualito que cuando empezó la mentada democracia que la prensa no podía decir nada de nada y a un fotógrafo de prensa sevillano hasta le prohibieron hacerle una foto a Juan Carlos en el Alcázar de Sevilla cuando el avezado reportero estaba apostado a la espera de que su majestad se metiera una gamba en la boca para en ese momento, ¡flash!, foto para la historia, para los pobres y para los republicanos.

Desde círculos más monárquicos que el propio rey le han dicho a Felipe VI que le pare los pies a Pedro Sánchez. Qué va a hacer la criatura si tiene que pedirle permiso al gobierno hasta para ir a miccionar. Hemos echado de menos a los reyes absolutistas, ¿verdad? Pues no se puede tener todo: democracia y autocracia. Pedro sí puede ejercer la autocracia, Felipe, no. Ni Felipe González ni Felipe VI. Felipe II era otra cosa, con él y el Duque de Alba, Pedro Sánchez aún estaría buscando su cabeza. O estaría desterrado en Cuba, cortando caña.

No es así, afortunadamente. La cosa pública es asunto de Las Cortes, su majestad, firma y bendice aunque ponga cara de póker. Es mejor así, si tuviéramos república, ¿quién la encabezaría? Es la pregunta que me hago y, como la respuesta me produce espanto, por ahora prefiero que siga Felipe con Letizia, que Letizia siga mandando y cuidando a Leonor, que la otra reina, Sofía, intente unir a tan desperdigada familia, todo eso distrae pero pensar que Puigdemont o el mismo Sánchez sean presidentes de una república española me sube hasta por lo menos veinte la intensión y me coloca al borde de la alferecía.

Si Felipe VI llega a reñirle a Pedro Sánchez, se niega a que prometa la Constitución y lo echa de palacio, a los que tendríamos en las calles sería a los progresistas. La manifestación del pasado fin de semana hubiera resultado un recreo de niños educados en colegio de pago en comparación con la que se hubiera formado. Hubieran tenido los buenos lo que deseaban para poder concretar lo que persiguen mucho antes y a Sánchez, Otegui y Puigdemont los hubieran elevado a los altares. Los 56 militares de la carta contra Sánchez se habrían dejado de cartitas y hubieran salido corriendo a buscar sus cetmes para con ellos en ristre encabezar las tropas de asalto contra el desorden.

La monarquía es el reflejo de lo que millones de personas quisieran ser o tener: poder y lujo. Poder en el sentido de atraer a mucho personal hacia sus lujos, sus discusiones, sus desencuentros, sus risas y sus lágrimas. Ahora no sólo España sino el mundo entero mira con asombro a la princesa Leonor que se diferencia claramente en su imagen de otras mozas de su edad, estatus y condición. A falta de autoridad para detener lo que una parte del mismo demos considera un atropello constitucional, buenas son monarquías desactivadas. Además, tener una monarquía da caché, no va a ser igual un rey elegante, alto y bien parecido que un presidente de república de sonrisa estilo cardenal Richelieu quien, por cierto, se dedicó a consolidar la monarquía francesa. Nuestro Richelieu hace lo mismo: mientras más la desprecia más la consolida.

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La democracia se cargó a la monarquía

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22.11.2023

Que digo yo que para qué queremos una república si la monarquía española no sirve para nada en los momentos decisivos. Hemos pasado de una esquina a otra con un salto histórico desde que les cortaron las cabezas a los reyes de Inglaterra primero y de Francia después. Aquí no ha rodado cabeza alguna -al menos de forma explícita- y sin embargo el resultado ha sido un rey sin corona y con una cabeza que sólo debe obedecer a la democracia. La democracia es la gente, a la gente le gusta la pompa de la Zarzuela y sus chismes que cada vez se saben más y mejor, igualito que cuando empezó la mentada democracia que la prensa no podía decir nada de nada y a un fotógrafo de prensa sevillano hasta le prohibieron hacerle una foto a Juan Carlos en el Alcázar de Sevilla cuando el avezado reportero estaba apostado a la espera de que su majestad se metiera una gamba en la boca para en ese momento, ¡flash!, foto para la........

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