Ahora que han enterrado a la gran Concha Velasco -muy merecidamente- en el panteón de vallisoletanos ilustres vuelvo a caer en la cuenta de lo incompleto que tenemos a nuestro Panteón de Sevillanos Ilustres. Menos mal que están los hermanos Bécquer. Pero faltan, vaya si faltan, en comparación con las personas ilustres que ha parido Sevilla. No es fácil desenterrar restos mortales porque hay que tener en cuenta la última voluntad de los finados y la cantidad de gestiones burocráticas que entran en juego. Pero que no estén en el panteón ni Vicente Aleixandre -premio Nobel- ni Luis Cernuda, miembro joven de la Generación del 27 e inspirador de la poesía más contemporánea, parece un sinsentido.

En cuanto a los hermanos Machado -José, pintor, Manuel y Antonio, escritores- deberían encontrarse en el citado panteón sevillano, situado junto a la Facultad de Bellas Artes y la iglesia de la Anunciación -allí estuvo la Universidad de Sevilla con Pedro Salinas, profesor de Luis Cernuda-. José murió en el destierro chileno, Manuel está enterrado en Madrid y Antonio en Francia y, si no recuerdo mal, en alguna ocasión mostró su deseo de ser enterrado en Soria, con su Leonor. Si no le hiciéramos caso -tampoco se lo hicimos a Gustavo Adolfo que en una de sus Cartas desde mi celda constató su voluntad de ser sepultado en una orilla sevillana del río Guadalquivir-, que los tres estuvieran juntos sería, además de un acto de justicia, una aportación sevillana a eso tan parcial que se llama memoria democrática. La fama de franquista de Manuel, que lo llevó a escribir en pro de Franco y José Antonio, no impidió que también dejara escrito con toda claridad que vivía entre dos dictaduras: la fascista y la comunista y que despreciaba a ambas. De todas formas, lo más importante es su obra y su vida plural.

En el cementerio ya están Diego Martínez Barrio -qué fatiguitas burocráticas pasaron sus seguidores para traerlo, ya al borde del siglo XXI, en el 2000- y el bailarín Antonio, cuya tumba linda con los servicios del recinto. Antonio Machín casi era sevillano, merecería estar en el panteón, pero al menos se encuentra en San Fernando en un enterramiento sencillo y a la vez estético, muy apropiado para su arte y su personalidad. Ya que he citado a un político, Diego Martínez Barrio, creo que Manuel Clavero Arévalo debería haber recibido sepultura en el Panteón de Sevillanos Ilustres. Allí está Alberto Lista, que fue rector de la Universidad de Sevilla, como lo fue Manuel Clavero, quien impartió clases a Felipe González y a Adolfo Suárez, no se dejó llevar por los deseos gubernamentales de discriminar a Andalucía, ni por la erótica del poder ministerial y fue un hombre coherente y un ideólogo andaluz.

Como sabemos, en la fachada del Palacio de San Telmo que da a la calle Palos de la Frontera se pueden contemplar doce estatuas de piedra que la infanta María Luisa encargó al escultor Antonio Susillo quien las terminó en 1895. De los doce, tres de los personajes no nacieron en Sevilla pero sí estuvieron muy vinculados a la ciudad. Lo lamentable del caso es que el gran Antonio Susillo no esté bien visible en la luz y la sombra de su ciudad o en el citado panteón de ilustres. De todas formas, estar al pie de su Cristo de la Miel es un gran honor aunque haya que ser un turista de cementerio para presenciar su enterramiento. No están, sin embargo, en el panteón, ninguno de sus discípulos como Antonio Castillo Lastrucci o Lorenzo Collaut Valera.

Faltan también en el panteón genios del flamenco nacidos en Sevilla, una de las cunas de este arte junto con Jerez de la Frontera. Manuel Bohórquez cita a bastantes desde estas mismas páginas, lo dejo a él elegir a quien proceda. Por mi parte, en el campo de la Comunicación y el Periodismo es evidente que debería existir un hueco en ese panteón para Manuel Chaves Nogales que está enterrado cerca de Londres, allí permanece en el más absoluto de los olvidos el gran periodista sevillano del que se dijo que lo mismo podían haberlo fusilado los nacionales que los republicanos durante la guerra civil, excelente noticia de su rigor profesional.

En fin, lo mejor sería que todos recordáramos la vida y la obra de todos estos sevillanos de cuna o adopción que han prolongado la ciudad mucho más allá de su -todavía- provincianismo y cerrazón.

QOSHE - Un Panteón de Sevillanos Ilustres muy incompleto - Ramón Reig
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Un Panteón de Sevillanos Ilustres muy incompleto

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05.12.2023

Ahora que han enterrado a la gran Concha Velasco -muy merecidamente- en el panteón de vallisoletanos ilustres vuelvo a caer en la cuenta de lo incompleto que tenemos a nuestro Panteón de Sevillanos Ilustres. Menos mal que están los hermanos Bécquer. Pero faltan, vaya si faltan, en comparación con las personas ilustres que ha parido Sevilla. No es fácil desenterrar restos mortales porque hay que tener en cuenta la última voluntad de los finados y la cantidad de gestiones burocráticas que entran en juego. Pero que no estén en el panteón ni Vicente Aleixandre -premio Nobel- ni Luis Cernuda, miembro joven de la Generación del 27 e inspirador de la poesía más contemporánea, parece un sinsentido.

En cuanto a los hermanos Machado -José, pintor, Manuel y Antonio, escritores- deberían encontrarse en el citado panteón sevillano, situado junto a la Facultad de Bellas Artes y la iglesia de la Anunciación -allí estuvo la Universidad de Sevilla con Pedro Salinas, profesor de Luis Cernuda-. José murió en el destierro chileno, Manuel está enterrado en Madrid........

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