Ese complejo de mala que padece la derecha ya no tiene sentido en España desde hace demasiado tiempo. Todavía arrastra la derecha y otros poderes como la Iglesia la carga de conciencia de haber llamado a Franco para que incendiara el país y se llevara matando opositores hasta las mismas puertas de su muerte en 1975. Franco levantó un país de silencios, un país aislado y repudiado por las democracias, que al final fue bendecido de facto por la que consideran democracia modelo: Estados Unidos (hay gente pa to que le diría Rafael El Gallo a Ortega y Gasset).

Prosperó económicamente España, sí, bajo la consigna de ser la reserva espiritual de Occidente y eso era ya salirse de la Historia. Nos subimos con rapidez a ella, sin resolver bien la cuestión de Estado de qué es exactamente España. Lo que se esconde y contiene poder para brotar aparece de nuevo. En realidad, siempre estuvo ahí, la guerra civil lo cortó pero no lo borró.

El problema de qué es España es lo que nos atosiga. No es una persona con ganas de gobernar al precio que sea, es que el precio que sea está ligado a lo anterior que es el fondo de la cuestión. Por mucha ciudadanía que salga a la calle en Madrid pidiendo elecciones, que se vaya Sánchez y que se respete la Constitución, más gente sale de sus casas en Barcelona y Euskadi si se lo piden los independentistas. Éste es el problema: no son cuatro gatos, son muchos, y, si se desea la unidad patria, eso no es posible combatirlo a mamporrazos o con leyes que siembren más victimismo todavía, aunque sea más invención que realidad.

Lo que veo en mi país es una necesidad de cambiarlo a fondo y una resistencia muy amplia al cambio, algo lógico, los cambios profundos conllevan severas resistencias. Esta dinámica ha levantado la veda a todo criterio ético en la estructura política. El PSOE se alía con quienes, con coherencia clarificadora para quien quiera verla, no condenan los asesinatos de militantes del PSOE y otras personas por parte de sus ancestros. Y Vox le desea metafóricamente lo peor a Sánchez. Se han destrozado casi todas las líneas rojas porque aún restan otras por sobrepasar. Lo peor es que ese destrozo procede de una base ilegal porque ilegal fue la existencia de ETA e ilegal fue el referéndum y la declaración de independencia de Cataluña.

El PP ya no tiene por qué seguir asustado, puede pactar con Vox y hasta con la Falange si le da la gana y sus votantes no son tan pacatos como para echarse atrás viendo lo que están viendo que lleva a cabo Sánchez. Ahora bien, lo que no sé es cómo arreglarían PP-Vox el problema central una vez que Sánchez esté en su casa o en Europa. En realidad, como ciudadano de a pie no sé nada, tampoco sé la hoja de ruta hacia la refundación de España que se supone que debe tener Pedro Sánchez para que me convenza del todo de que no es un demente narciso como me lo pinta una derecha tradicionalmente apegada a lo más conservador hasta el punto de escandalizarse cuando Sánchez denuncia el genocidio de Gaza o les habla de nazismo a los alemanes que nos tienen por los vagos del sur de Europa. La derecha sigue sin afrontar el problema, no sabe cómo hacerlo, lo ha dejado ahí siempre, se ha dedicado a la España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía y, por lo que veo, no acaba de salir de su agujero histórico para sumarse a las demás derechas liberales de Europa, las que estaban pensando en la globalización mientras que la española en el siglo XIX se cargaba sistemáticamente cualquier intento liberal, en el XX se refugiaba bajo la capa de Franco y ahora ni sirve para convencer a un pueblo de que si quiere frenar lo que ella considera un terrible mal debe ir unida en listas únicas con la otra derecha. Se siente malévola aún y sus votantes, en el fondo, también la ven de esa manera.

QOSHE - Veda abierta, pacten con quien quieran - Ramón Reig
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Veda abierta, pacten con quien quieran

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16.12.2023

Ese complejo de mala que padece la derecha ya no tiene sentido en España desde hace demasiado tiempo. Todavía arrastra la derecha y otros poderes como la Iglesia la carga de conciencia de haber llamado a Franco para que incendiara el país y se llevara matando opositores hasta las mismas puertas de su muerte en 1975. Franco levantó un país de silencios, un país aislado y repudiado por las democracias, que al final fue bendecido de facto por la que consideran democracia modelo: Estados Unidos (hay gente pa to que le diría Rafael El Gallo a Ortega y Gasset).

Prosperó económicamente España, sí, bajo la consigna de ser la reserva espiritual de Occidente y eso era ya salirse de la Historia. Nos subimos con rapidez a ella, sin resolver bien la cuestión de Estado de qué es exactamente España. Lo que se esconde y contiene poder para brotar aparece de nuevo. En realidad, siempre estuvo ahí, la guerra civil lo cortó pero no lo........

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