Muy a pesar de los esfuerzos e inéditos acuerdos entre el Gobierno y el Sector Privado para resolver la crisis monetaria que atraviesa el país, y a pesar también de las acertadas medidas de ampliación de los cupos de exportación de oleaginosas, sorgo, maíz y carnes de bovino, las exportaciones tendrán muchas dificultades para resolver, por si solas, el déficit de la balanza de pagos. Es muy probable que sí éstas mismas medidas hubieran sido tomadas hace un año, muy distinta seria la situación actual.

Al sector exportador agropecuario nacional no le fue nada bien el 2023, a pesar de haber incrementado en muchos casos su producción y rendimientos. Según datos del INE, en general las exportaciones del sector primario cayeron de 750 millones dólares el 2022 a 560 millones de dólares el 2023, una reducción del 25%, donde el producto estrella, grano de soya, cayó de 335 millones de dólares a 221 millones de dólares el año pasado, una caída de más del 33%, atribuible al bajo precio internacional y la disminución del volumen exportado.

Los productos industriales de origen agropecuario no fueron la excepción, los derivados de la soya y girasol (aceites vegetales y harinas) se redujeron de 2.000 millones de dólares en 2022 a 1700 millones de dólares el año pasado, lo que equivale a un 15%. La carne de bovino experimento un leve incremento del 5%, pasando de 128 millones de dólares el 2022 a 136 millones de dólares el paso año. En la misma variación interanual 2022-23 el azúcar de caña se redujo de 66 a 60 millones de dólares, la leche en polvo de 41 a 35 millones de dólares, el alcohol de caña de 72 a 38 millones de dólares. En total el sector agroexportador dejo de percibir el 2023 cerca de 600 millones de dólares.

El panorama de incertidumbre que se cierne sobre el sector agropecuario exportador para 2024 no es muy alentador ni menos complejo que el pasado año. Los precios de la soya y derivados han disminuido entre el 20% y 25%, respecto al mismo periodo el pasado año, debido en parte, a las buenas perspectivas de cosecha en Brasil, Estados Unidos y Argentina que son los mayores productores mundiales, a lo que se suma la demanda estacionada de China por segundo año consecutivo, debido a la crisis inmobiliaria desatada la pasada gestión.

En sus últimos reportes el USDA (Departamento de Agricultura de USA) estima una producción mundial de grano de soya de 399 millones de toneladas, levemente superior a la producción del 2022/23 de los cuales unos 170 millones de toneladas se destinaran a la exportación, casi un 60% consumidos por el mercado chino. Similar situación se presenta en los aceites vegetales y las harinas proteicas, cuyos precios vienen a la baja desde el año pasado llegando a los niveles mínimos en dos años.

En la Comunidad Andina, principal mercado de las exportaciones de oleaginosas bolivianas, el Sistema Andino de Franjas de Precios para importaciones de productos alimentarios básicos, el grano de soya marcaba en marzo de 2023 un precio CIF Puerto Andino de 622 dólares por tonelada, el precio de referencia actual vigente para la primera quincena de marzo 2024 es de 488 dólares por tonelada, un 22% menor que el pasado año. En el caso del aceite crudo de soya, producto marcador de los aceites refinados, el precio de referencia en marzo 2023 era de 1.2018 dólares por tonelada CIF Puerto Andino, siendo el precio de referencia vigente a la fecha de 878 dólares por tonelada, significando una reducción del 28%.

Otra de las exportaciones agropecuarias que se puede ver afectada en 2024 son las exportaciones de carnes de bovino deshuesada refrigerada o congelada, presionadas desde la oferta con los incrementos de producción de Brasil, Australia y Argentina, que han comenzado a regular la oferta con el mayor sacrificio de vaquillas a fin de evitar una mayor caída en los precios, que hasta mediados de 2023 estaban alrededor de los 4.500 dólares por tonelada, situándose el pasado mes de febrero en torno a las 3.200 dólares por tonelada, hasta fines del pasado año el precio de la carne de bovino en canales y medios canales se había reducido hasta en un 25%.

Los restantes productos con oferta exportable de origen agropecuario, tienen un menor impacto en la balanza comercial, tal el caso del azúcar de caña, el alcohol etílico, el grano de chía, sorgo y otros, sus precios se han mantenido relativamente estables hasta fines del pasado año, por lo que se espera mantengan sus niveles de exportación similares a 2023, considerando la reducción que ya tuvieron respecto al año anterior. Es de esperar en consecuencia que la liberación de los cupos de exportación de sorgo, maíz y ahora la exportación de arroz no tengan un impacto relevante en el ingreso de divisas.

Una vez más, las exportaciones primarias, sean minerales, agrícolas, forestales, hidrocarburos, o de cualquier otro origen, siempre estarán sujetas a los ciclos de los precios internacionales, en consecuencia, al ser tomadores de precios, solo podemos administrar costos de producción, costos de logística y los rendimientos, por ende las políticas de desarrollo se deberían enfocar en generar mayor productividad con biotecnología y competitividad logística con infraestructura.




QOSHE - Panorama de incertidumbre sobre las exportaciones agropecuarias - Antonio Rocha
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Panorama de incertidumbre sobre las exportaciones agropecuarias

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04.03.2024

Muy a pesar de los esfuerzos e inéditos acuerdos entre el Gobierno y el Sector Privado para resolver la crisis monetaria que atraviesa el país, y a pesar también de las acertadas medidas de ampliación de los cupos de exportación de oleaginosas, sorgo, maíz y carnes de bovino, las exportaciones tendrán muchas dificultades para resolver, por si solas, el déficit de la balanza de pagos. Es muy probable que sí éstas mismas medidas hubieran sido tomadas hace un año, muy distinta seria la situación actual.

Al sector exportador agropecuario nacional no le fue nada bien el 2023, a pesar de haber incrementado en muchos casos su producción y rendimientos. Según datos del INE, en general las exportaciones del sector primario cayeron de 750 millones dólares el 2022 a 560 millones de dólares el 2023, una reducción del 25%, donde el producto estrella, grano de soya, cayó de 335 millones de dólares a 221 millones de dólares el año pasado, una caída de más del 33%, atribuible al bajo precio internacional y la disminución del volumen exportado.

Los productos industriales de origen agropecuario no fueron la excepción, los derivados de la soya y girasol (aceites vegetales y harinas) se redujeron de 2.000 millones de dólares en 2022 a 1700 millones de dólares el año pasado, lo que equivale a un 15%.........

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