No es ninguna novedad, de que el país adolece de un serio descenso de las reservas internacionales, de la producción y las exportaciones de gas, cuya repercusión es la caída del volumen de dólares que llegan al país sumado al enorme déficit fiscal, al monstruoso gasto público, la proliferación de empleos informales, la inexistencia de prestaciones eficientes de servicios públicos, no se tiene garantizada la seguridad física ni jurídica de las personas, se carece de certidumbre jurídica y la nociva idea de pretender construir un país con puros planes sociales, empleo público e informalidad delincuencial.

Con todo ello y sin lugar a dudas, corresponde con premura, realizar “reformas” muy parecidas a la Argentina, que conlleven a un presupuesto general del Estado más austero, no afianzarse endeudando en exceso al país, por cuanto se debe buscar el equilibrio; y, entre las reformas, cabe mencionar las siguientes:

a) una reforma estructural del Estado, achicando el tamaño del Estado agigantado (reducir la cantidad de funcionarios públicos a nivel nacional, digitalizar la tramitación de la función pública sin tener excusas encubiertas que solo buscan empoderar lo estatal mediante la dependencia estatal traducidas en largas colas y el exagerado papeleo), bajando el déficit fiscal y el gasto público, donde la obra pública no sea la madre de la corrupción pública y los medios de comunicación dejen de ser aliados de la casta politiquera para el enriquecimiento inicuo además de supervisar la calidad del gasto público (una vez que éste sea reducido) y hacer un freno a la emisión;

b) reformas en la configuración de la burocracia, apuntando hacia una desregularización de la economía, a que no existan trabas en todo el proceso económico pues lo único que hacen es encarecer en sobremanera los costos de transacción. No se justifica tanta regulación cuando ésta está asfixiando y matando la productividad y peor aun cuando no se evidencia calidad de vida en las personas (no se tiene seguridad, salud, educación de calidad), por cuanto, para nada se ve el efecto positivo de toda esa excesiva regulación y opresivo control.

c) además de la reforma judicial, se requiere una reforma laboral conducente a la flexibilización que haga que las empresas quieran contratan gente;

d) transformar los planes sociales en trabajo genuino (reforma de las subvenciones);

e) una vez que se reduzca el déficit fiscal, es preciso realizar una profunda reforma tributaria (bajar impuestos), porque si hay déficit fiscal, los impuestos no bajarán, y sin reformas laborales muy difícilmente seremos atractivos para atraer verdadera inversión productiva, que tanta falta hace;

f) compromiso por la productividad, las exportaciones y conectar a Bolivia con el mundo, pero desde una visión pragmática, dejando de lado, los fanatismos ideológicos y dogmáticos (bajo el absurdo debate de izquierdas y derechas, lo cual es pura pérdida de tiempo y son pretextos ante la mediocridad y la falta de debate parlamentario de calidad), con un enfoque continental latinoamericano, donde todos nos identifiquemos como personas portadoras de los mismos derechos fundamentales y, por lo tanto, no podemos esclavizarnos ni convertirnos en un instrumento para el otro, porque todos tenemos la misma dignidad de ser humano (no somos quienes para someter al otro); por ende, tampoco debemos comprarnos pleitos ajenos, bajo percepciones ridículas maniqueístas de que existe en el mundo potencia buena o potencia mala, cuando en realidad, en ese plano económico solo existen intereses, por ende, se merece un justo equilibrio en los convenios.

Es así que debemos saber anticiparnos a los enormes problemas. Saber manejar los tiempos para evitar que toda esa carga y responsabilidad, en vez de que se la pasen a los prebendarios y a la casta politiquera causante, resulten transfiriéndoselas de forma cruel e inhumana a la misma sociedad (duro golpe a la clase media y baja). Y para el colmo males, todavía, caer en las falsas apariencias, donde presuntuosos adefesios a manera de consuelo, luego se creerán mejor que los demás porque considerarán que ellos están menos peor que el otro. De allí, la importancia de entender que es lo que la sociedad convalida, porque sus resultados pueden ser atroces.




QOSHE - Anticipémonos con reformas - Ciro Añez Núñez
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Anticipémonos con reformas

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06.03.2024

No es ninguna novedad, de que el país adolece de un serio descenso de las reservas internacionales, de la producción y las exportaciones de gas, cuya repercusión es la caída del volumen de dólares que llegan al país sumado al enorme déficit fiscal, al monstruoso gasto público, la proliferación de empleos informales, la inexistencia de prestaciones eficientes de servicios públicos, no se tiene garantizada la seguridad física ni jurídica de las personas, se carece de certidumbre jurídica y la nociva idea de pretender construir un país con puros planes sociales, empleo público e informalidad delincuencial.

Con todo ello y sin lugar a dudas, corresponde con premura, realizar “reformas” muy parecidas a la Argentina, que conlleven a un presupuesto general del Estado más austero, no afianzarse endeudando en exceso al país, por cuanto se debe buscar el equilibrio; y, entre las reformas, cabe mencionar las siguientes:

a) una reforma estructural del Estado, achicando el tamaño del Estado agigantado (reducir la cantidad de funcionarios públicos a nivel nacional,........

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