Cuenta la leyenda que hasta hace un par de décadas, el departamento de Santa Cruz contaba con una representación política institucionalizada, conocida como la Brigada Parlamentaria Cruceña. Sus miembros de distintas organizaciones políticas se reunían permanentemente y sin problemas de quorum, para confrontar planteamientos y deliberar sobre demandas o iniciativas de la región, sectores o ciudadanos.

Cursan en las memorias de esa época que, como resultado de la interacción con sectores productivos, empresariales, sociales, obreros, prefectura, asociación de municipios, entidades cívicas, etc., se lograba establecer una guía de trabajo denominada Agenda Mínima Regional (AMR) que servía a la institución y sus bancadas políticas como brújula para marcar el norte en gestiones, presentar o promover proyectos de ley, fiscalización o apalancar recursos para la región.

También se relata que durante la semana los diputados suplentes desarrollaban su trabajo en comisiones -como establece su reglamento- combinando con fiscalización que luego coordinaban con la directiva. Así entre algunas acciones se logró que el edificio de un Banco quebrado (BIDESA), pase al patrimonio de la Fiscalía Departamental, o se consoliden importantes actos de fiscalización que permitieron llevar a juicios a malos servidores públicos y hasta privados que se aprovecharon de recursos del Senasir; la Caja Nacional de Salud, o un Comandante de la Policía Departamental que tuvo que renunciar el año 2022 por denuncias de recaudaciones y promociones irregulares en su institución.

La crisis de representación generada por la decreciente credibilidad de las organizaciones políticas tradicionales fue un primer factor que debilitó el funcionamiento de las instituciones representativas. Esta crisis subsiste y se ha agravado. Las organizaciones políticas en la actualidad, no tienen vida orgánica, debate y democracia interna. Reina la improvisación y actúan en función de las ocurrencias del caudillo, o las exigencias de los grupos corporativos clientelares que les dan soporte electoral. Resultado de ello es el pobre debate, los protagonismos y shows personales, insuflados por el poder de las redes sociales, y lo que es peor la absoluta ausencia de una visión política de país de mediano y largo plazo.

A la Brigada Parlamentaria Cruceña le afecto también la estrategia, excesivamente focalizada en la “región”, bajo lineamientos del Comité Pro Santa Cruz y que fue plácidamente asumida por las organizaciones. Total, se liberaron del peso de las responsabilidades que genera el debate público, y resultado de las acciones. Es también evidente que, desde el gobierno nacional, se apostó por la neutralización y desinstitucionalización de este importante espacio de representación política departamental. Se llegó a extremos de que la Brigada Parlamentaria no cuente ni con un Secretario Técnico en sus instalaciones, excepto algún funcionario que apoya desde La Paz. El apoyo técnico y administrativo es básico para activar, desarrollar y hacer seguimiento a mecanismos como las Audiencias Públicas, Peticiones de Informe, o Foros de Interés Ciudadano, trabajo de comisiones, investigaciones.

De acuerdo al Reglamento, las Brigadas Departamentales son órganos de trabajo, coordinación y relacionamiento con la ciudadanía, así se desconcentran las labores del Legislativo. El mismo reglamento establece que las Brigadas Departamentales, realizarán 40 sesiones plenarias durante la legislatura, algo que ni por sospecha ocurre. Como órganos operativos, deben ejercer tareas de consulta, investigación, procesamiento, coordinación e información, respecto de las facultades constitucionales del Legislativo, es decir legislar, fiscalizar y gestionar.

Por las funciones establecidas en su reglamento, su naturaleza político representativa es innegable, insustituible y esencial para el futuro de Santa Cruz y Bolivia. La Brigada Parlamentaria no puede estar adormecida, ni puede ser engranaje o prolongacion de intereses sectarios; por lo contrario debe ser espacio vital de la acción, deliberación, representación y gestión política democrática del departamento. A deliberar, liberar, y fortalecer con propuestas y mucho trabajo la Brigada Parlamentaria Cruceña.

QOSHE - Había una vez, una brigada parlamentaria cruceña - Daniel Valverde
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Había una vez, una brigada parlamentaria cruceña

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26.03.2024

Cuenta la leyenda que hasta hace un par de décadas, el departamento de Santa Cruz contaba con una representación política institucionalizada, conocida como la Brigada Parlamentaria Cruceña. Sus miembros de distintas organizaciones políticas se reunían permanentemente y sin problemas de quorum, para confrontar planteamientos y deliberar sobre demandas o iniciativas de la región, sectores o ciudadanos.

Cursan en las memorias de esa época que, como resultado de la interacción con sectores productivos, empresariales, sociales, obreros, prefectura, asociación de municipios, entidades cívicas, etc., se lograba establecer una guía de trabajo denominada Agenda Mínima Regional (AMR) que servía a la institución y sus bancadas políticas como brújula para marcar el norte en gestiones, presentar o promover proyectos de ley, fiscalización o apalancar recursos para la región.

También se relata que durante la semana los diputados suplentes desarrollaban su trabajo en comisiones -como establece su reglamento- combinando con fiscalización que luego........

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