Las últimas jornadas judiciales permitieron saber que en la cárcel de Palmasola hay 8.530 detenidos, entre hombres y mujeres. El hacinamiento es mayúsculo, porque ese penal fue construido para albergar a 3.000 reos y su capacidad es de casi el triple de personas. Lamentablemente no es una novedad y tampoco lo es la incapacidad de resolver el problema, a pesar de las múltiples promesas realizadas hace muchos años.


El penal cruceño no es una cárcel modelo, es más bien un vecindario, especialmente en el PC4, donde está la mayor población. En este lugar los internos pagan para tener un espacio y, obviamente, los más pudientes acceden a los mejores y más cómodos. Los más pobres duermen en pasillos y viven en muy precarias condiciones. En este lugar hay, nada menos que 5.500 presos que comparten 31 pabellones.


Adicionalmente, se han construido otros cinco pabellones con menor población. En el PC7 están los reos más peligrosos y es un espacio con celdas, al igual que Chonchocorito o PC3, donde hay dos bloques con 300 personas. A ambos se los considera de máxima seguridad (más el primero que el segundo).


Los policías y algunos reos a quienes se les tiene mayor consideración los llevan al PC8, donde están los policías o miembros del sistema judicial que fueron enviados a Palmasola por cometer delitos. El PC2 es el de mujeres. Tiene alrededor de 530 internas. Y el PC5 es el más desgarrador, porque ahí son llevados los enfermos de tuberculosis, sida y otros males.


La cárcel de Palmasola existe desde el año 1986. En sus predios se construyeron nuevos pabellones desde entonces, pero no se atiende el problema de fondo. Los reos están cada día más hacinados y, por supuesto, sus derechos humanos son vulnerados, especialmente si sufren retardación de justicia y no tienen dinero para pagar por seguridad o una mejor alimentación que la que da el estado.


En 2019, también durante jornadas judiciales, se informó de que eran 5.000 los internos en el penal. En marzo del año pasado se ofreció la cifra de 7.000 presos. Y ahora, marzo de 2024, se sabe que la población subió a 8.530; es decir, 1.500 personas adicionales en un solo año, lo que confirma que hay un abuso de la prisión preventiva, como da a conocer la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el informe de su visita in loco.


Sin condiciones adecuadas para garantizar la rehabilitación de los internos, la cárcel de Palmasola se convierte en una universidad del delito. Si bien hay programas de trabajo y de formación de los internos, en la mayoría de los casos también se multiplican las prácticas reñidas con la ley que afectan a la ciudadanía. Por ejemplo, desde el penal se dirigía robos de vehículos, se hacen estafas telefónicas, entre otras cosas. Asimismo, hay testimonios que revelan que hay que pagar para ingresar como visita y que, en muchos casos, los beneficiados visten uniforme.


Los episodios de violencia se han dado cada cierto tiempo, desde una fuga de película, hasta un enfrentamiento salvaje con varios muertos. También hubo linchamientos y peleas con gente asesinada.


Las condiciones del penal cruceño ya son insostenibles. No se sabe qué hizo la Dirección de Régimen Penitenciario en décadas de promesas para cambiar esta realidad. Por otro lado, la práctica judicial ahora se limita a disponer la prisión preventiva, como si hacinando a los acusados de cometer delitos se resolvieran los problemas.


Urge una solución para el problema carcelario. El Ministerio de Gobierno tiene la palabra.

QOSHE - La bomba de tiempo llamada Palmasola - Editorial El Deber
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La bomba de tiempo llamada Palmasola

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20.03.2024

Las últimas jornadas judiciales permitieron saber que en la cárcel de Palmasola hay 8.530 detenidos, entre hombres y mujeres. El hacinamiento es mayúsculo, porque ese penal fue construido para albergar a 3.000 reos y su capacidad es de casi el triple de personas. Lamentablemente no es una novedad y tampoco lo es la incapacidad de resolver el problema, a pesar de las múltiples promesas realizadas hace muchos años.


El penal cruceño no es una cárcel modelo, es más bien un vecindario, especialmente en el PC4, donde está la mayor población. En este lugar los internos pagan para tener un espacio y, obviamente, los más pudientes acceden a los mejores y más cómodos. Los más pobres duermen en pasillos y viven en muy precarias condiciones. En este lugar hay, nada menos que 5.500 presos que comparten 31 pabellones.


Adicionalmente, se han construido otros cinco pabellones con........

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