Bolivia ha experimentado una leve mejora en su Índice de Desarrollo Humano (IDH), pasando de 0,692 en 2021 a 0,698 en 2022, según el nuevo informe global presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Sin embargo, el país se encuentra dentro del bloque mayoritario de países latinoamericanos (el 63%) que han experimentado un estancamiento en este indicador al compararlo con los niveles previos a la pandemia.
Este fenómeno se replica en otras regiones del mundo, reflejando una clara tendencia: los países menos desarrollados están experimentando una recuperación más lenta que los países más desarrollados. La brecha entre países pobres y ricos se ha ampliado aún más en este periodo pospandemia, en un contexto global agravado por la polarización política, el cambio climático y otros factores que intensifican la desigualdad.
Entre estos factores, destaca la creciente dependencia de los países pobres de las importaciones provenientes de los países más desarrollados. La globalización se evidencia en extremo a través de las poderosas empresas tecnológicas, responsables de que la interconexión digital en el mundo alcance un 95%.
Otro factor que alimenta la desigualdad es el calentamiento global, ya una realidad. Por ejemplo, el año 2023 fue el más caluroso registrado en la historia moderna. Estos efectos climáticos han tenido un mayor impacto en los países más débiles.
Pese a esta realidad, existen motivos para mantener el optimismo. “Estos informes han demostrado la capacidad de mostrar transformaciones hacia nuevos paradigmas”, señala la directora regional del PNUD para América Latina y el Caribe, Michelle Muschett. Según ella, el nuevo desafío es romper el aislamiento y ampliar la acción colectiva, aplicando estrategias para superar la polarización política y la desconfianza en la institucionalidad que prevalece en muchos países.
Es alentador que Bolivia se mantenga en la categoría de “desarrollo humano medio” en estos años posteriores a la pandemia. Su IDH la posiciona en el puesto 120 de 193 países y territorios a nivel global. Sin embargo, es importante recordar que Bolivia estaba categorizada como un país de “desarrollo humano alto” antes de los fenómenos negativos mencionados anteriormente.
En un contexto más amplio, desde 1990 hasta 2022, se ha observado una mejora sustancial en los indicadores clave del IDH. La esperanza de vida al nacer, por ejemplo, ha aumentado en 8,5 años, y los años promedio de escolaridad se han incrementado en 3,8 años. A pesar de estos datos positivos, es evidente que el sistema de salud en Bolivia atraviesa por un momento difícil. La calidad y accesibilidad de los servicios de salud aún dejan mucho que desear, especialmente para las personas de bajos ingresos.
Lo mismo ocurre en el ámbito educativo. Aunque ha habido un aumento en los años de escolaridad promedio, es necesario cuestionar si la calidad académica de las escuelas prepara adecuadamente a nuestros niños para enfrentar los desafíos en un mundo que ha experimentado cambios radicales en la tecnología.
Finalmente, el otro factor utilizado para calcular el IDH es el ingreso per cápita. Aunque los bolivianos en promedio se beneficiaron de los años de bonanza de la década pasada, actualmente resulta difícil mejorar los ingresos de la población en medio de la incertidumbre política y económica que atraviesa el país. A pesar de que la inflación se ha mantenido baja y el nivel adquisitivo de la población no se ha deteriorado tanto como en otros países de la región, es necesario impulsar una reactivación económica que promueva un crecimiento superior al actual, mejorando así la calidad del empleo y rescatando a muchos trabajadores del trabajo precario e informal.
Los países latinoamericanos deben unir esfuerzos para retomar la senda del crecimiento de años anteriores y tratar de cerrar la brecha que los separa de los países más desarrollados.
Leve recuperación en el Índice de Desarrollo Humano
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17.03.2024
Bolivia ha experimentado una leve mejora en su Índice de Desarrollo Humano (IDH), pasando de 0,692 en 2021 a 0,698 en 2022, según el nuevo informe global presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Sin embargo, el país se encuentra dentro del bloque mayoritario de países latinoamericanos (el 63%) que han experimentado un estancamiento en este indicador al compararlo con los niveles previos a la pandemia.
Este fenómeno se replica en otras regiones del mundo, reflejando una clara tendencia: los países menos desarrollados están experimentando una recuperación más lenta que los países más desarrollados. La brecha entre países pobres y ricos se ha ampliado aún más en este periodo pospandemia, en un contexto global agravado por la polarización política, el cambio climático y otros factores que intensifican la desigualdad.
Entre estos factores, destaca la creciente dependencia de los países pobres de las importaciones provenientes de los países........
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