​La Policía Boliviana, las Unidades Tácticas de Operaciones Especiales y el grupo especial de seguridad del Banco Central de Bolivia recibieron, al cierre del año, un equipamiento logístico valorado en cerca de 158 millones de bolivianos. Según el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, esta inversión se destaca como una de las más significativas realizadas por un gobierno en la institución verde olivo.

El equipamiento incluye chalecos, cascos y escudos antidisturbios, visores nocturnos, máscaras antigas, motocicletas todoterreno, municiones, cartuchos para lanzagranadas, proyectiles esféricos de goma, granadas de aturdimiento, spray lacrimógeno, granadas de gas lacrimógeno, coderas y rodilleras. Durante la ceremonia de entrega, el presidente Luis Arce afirmó que esta dotación sienta las bases para el cambio de la Policía Boliviana, destacando la mejora en la formación académica de futuros oficiales.

Las palabras del presidente implican un tema de fondo: la Policía sí requiere un cambio, pero uno positivo capaz de revertir su deteriorada imagen ante la población boliviana. La credibilidad de esta institución ha llegado a su punto más bajo debido a numerosos incidentes en los que sus efectivos se han visto involucrados en actividades como el narcotráfico, robo de vehículos, contrabando, y en acciones represivas contra ciudadanos comunes.

En términos de brindar seguridad, la justificación para proporcionar el mejor equipamiento posible a la principal fuerza del orden del país es clara, ya que actualmente necesita hacer frente al crimen organizado, que ha ganado terreno en Bolivia y está bien armado gracias a su participación en el tráfico ilegal de armas.

Sería lamentable que este equipamiento esté orientado principalmente a potenciar la capacidad represiva de la Policía en previsión a posibles protestas en 2024. La conflictividad política parece estar intensificándose en este año preelectoral, y hay asuntos sectoriales no resueltos que podrían reavivar las protestas del 2022, las cuales fueron sofocadas con brutalidad por efectivos policiales. Una revisión superficial del listado de ítems comprados sugiere que se ha priorizado el equipamiento antidisturbios.

La Policía necesita reconstruir la confianza de la sociedad. Un efectivo policial debe inspirar seguridad en presencia del ciudadano común, pero actualmente esto no sucede. La prepotencia, el abuso de la fuerza y la extorsión han generado más temor que confianza. Este problema no es exclusivo de la Policía boliviana; en otros países, los uniformados también cometen excesos. Es por ello que han implementado cámaras corporales para que todas las acciones de los policías queden registradas, ayudando a frenar los abusos.

Hace algunos meses, el mismo ministro de Gobierno anunció la implementación de cámaras corporales para el personal de la Felcn que opera en el aeropuerto de Viru Viru, con el objetivo de evitar el envío de drogas con la complicidad de los efectivos. Un efecto similar se podría lograr si toda la fuerza policial contara con cámaras corporales, algo que debería considerarse para futuras dotaciones.

Por ahora, confiemos en que el nuevo equipamiento permita a los efectivos desempeñarse óptimamente en sus tareas de lucha contra la delincuencia y en defensa de la sociedad, tal como lo afirmó el presidente Arce en aquella ocasión. Sin embargo, esto implica que el Gobierno respete uno de los pilares clave de la entidad verde olivo: la institucionalidad. Es necesario que toda la fuerza policial, desde el comandante hasta el más novato de sus efectivos, comprenda con alto profesionalismo la razón de ser de su institución, cuya sagrada misión debe cumplirse sin injerencias que violen sus principios fundamentales.

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Equipamiento policial para mejorar

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02.01.2024

​La Policía Boliviana, las Unidades Tácticas de Operaciones Especiales y el grupo especial de seguridad del Banco Central de Bolivia recibieron, al cierre del año, un equipamiento logístico valorado en cerca de 158 millones de bolivianos. Según el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, esta inversión se destaca como una de las más significativas realizadas por un gobierno en la institución verde olivo.

El equipamiento incluye chalecos, cascos y escudos antidisturbios, visores nocturnos, máscaras antigas, motocicletas todoterreno, municiones, cartuchos para lanzagranadas, proyectiles esféricos de goma, granadas de aturdimiento, spray lacrimógeno, granadas de gas lacrimógeno, coderas y rodilleras. Durante la ceremonia de entrega, el presidente Luis Arce afirmó que esta dotación sienta las bases para el cambio de la Policía Boliviana, destacando la mejora en la formación académica de futuros oficiales.

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