Una vez más, las poblaciones fronterizas del departamento de Santa Cruz se ven envueltas en la incertidumbre y zozobra debido a la violencia desatada por los grupos criminales brasileños, el PCC y el Comando Vermelho, que buscan consolidar su dominio en territorio boliviano. Durante el reciente Carnaval, San Ignacio de Velasco se convirtió en escenario de dos trágicos asesinatos, acompañados por la desaparición de cuatro personas y una lista alarmante de al menos 12 individuos que podrían ser blanco de sicarios vinculados al narcotráfico, según informes oficiales.

Como respuesta a estos hechos, la Policía llevó a cabo operativos en San Rafael de Velasco, los cuales se encontraron con una violenta resistencia por parte de sospechosos de los crímenes. Estas acciones resultaron en la detención de cerca de una decena de personas, tanto extranjeras como bolivianas, y la incautación de armas y vehículos reportados como robados en otros países. Entre los detenidos se encuentra Louribal Máximo Da Fonseca, un individuo con antecedentes por narcotráfico y buscado por organismos antinarcóticos de varios países.

La Policía sostiene que los dos asesinatos en San Ignacio están vinculados entre sí y que detrás de estos crímenes, así como de los secuestros y las amenazas de asesinato, se encuentran dos líderes del narcotráfico con base en San Matías.

Estos sucesos son alarmantes y confirman la penetración del crimen organizado en Bolivia, como se había advertido el año pasado ante hechos similares. Sin embargo, más allá de las disputas territoriales y los negocios ilícitos, preocupa profundamente la infiltración de estas mafias en la sociedad misma.

Los pueblos fronterizos son especialmente vulnerables a la influencia de estos grupos debido a la precariedad económica, la falta de empleo formal y la escasa presencia policial. Esto facilita la cooptación y el reclutamiento de ciudadanos por parte de estos grupos, y los actos de violencia, amenazas y extorsiones afectan a un número creciente de personas. Incluso aquellos que no son cómplices corren el riesgo de ser víctimas o testigos de más actos de violencia, que lamentablemente se han vuelto comunes en las vías públicas.

La presencia del crimen organizado internacional en la frontera con Brasil representa una grave amenaza para Bolivia y debe ser combatida en todos los frentes. Es alentador ver la respuesta policial con el despliegue significativo de efectivos en la zona para prevenir la materialización de amenazas y ajustes de cuentas. Sin embargo, se requiere un esfuerzo mucho mayor.

Es esencial una acción coordinada y enérgica por parte de las autoridades bolivianas, en colaboración con países vecinos. Se debe incrementar la presencia policial y militar en las áreas afectadas, y la cooperación internacional es indispensable para intercambiar información de inteligencia y coordinar acciones conjuntas. Además, se deben abordar otras actividades delictivas relacionadas con el crimen organizado, como el tráfico de armas y la trata de personas.

No obstante, también es crucial abordar las causas subyacentes de la delincuencia mediante programas de prevención del delito y rehabilitación, así como fomentar la participación ciudadana y la denuncia de actividades sospechosas. Esta lucha no puede ganarse si no se atiende simultáneamente el problema de la descomposición social que afecta a miles de familias fronterizas que han sido tocadas por el narcotráfico. Es hora de actuar con determinación para proteger a nuestras comunidades y preservar el Estado de derecho en todo el territorio nacional.



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Luto y zozobra en poblaciones fronterizas

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17.02.2024

Una vez más, las poblaciones fronterizas del departamento de Santa Cruz se ven envueltas en la incertidumbre y zozobra debido a la violencia desatada por los grupos criminales brasileños, el PCC y el Comando Vermelho, que buscan consolidar su dominio en territorio boliviano. Durante el reciente Carnaval, San Ignacio de Velasco se convirtió en escenario de dos trágicos asesinatos, acompañados por la desaparición de cuatro personas y una lista alarmante de al menos 12 individuos que podrían ser blanco de sicarios vinculados al narcotráfico, según informes oficiales.

Como respuesta a estos hechos, la Policía llevó a cabo operativos en San Rafael de Velasco, los cuales se encontraron con una violenta resistencia por parte de sospechosos de los crímenes. Estas acciones resultaron en la detención de cerca de una decena de personas, tanto extranjeras como bolivianas, y la incautación de armas y vehículos........

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