Las señales de alerta resuenan con fuerza en el sector empresarial boliviano. Escasez de dólares, falta de combustibles, bloqueos de carreteras, restricciones a las exportaciones y créditos más caros por el riesgo país conforman un panorama complejo que exige soluciones inmediatas.
La falta de divisas limita la capacidad de importar insumos básicos, poniendo en riesgo la producción nacional y el abastecimiento de productos esenciales. La escasez de combustibles, por otro lado, afecta al transporte y a la logística.

La falta de divisas limita la capacidad de importar insumos básicos, poniendo en riesgo la producción nacional y el abastecimiento de productos esenciales. La escasez de combustibles, por otro lado, afecta al transporte y a la logística.

Los bloqueos de carreteras provocan disrupción en la cadena de suministro y las restricciones a las exportaciones, si bien buscan proteger el mercado interno, impiden el ingreso de dólares. A esto se suma el encarecimiento del crédito, producto del elevado riesgo país. Los bancos, ante la incertidumbre económica, aumentan las tasas de interés, dificultando el acceso de recursos para las empresas, especialmente las pequeñas y medianas.

Este panorama sombrío no solo afecta al sector empresarial, sino que tiene repercusiones directas en el bienestar de la población. La falta de soluciones podría derivar en escasez de alimentos y medicamentos y en un aumento de la inflación

El Gobierno, por su parte, parece no percibir la magnitud de la crisis que se avecina. En lugar de tender puentes de diálogo y buscar soluciones conjuntas con el sector privado, se mantiene en una postura rígida y distante. Esta actitud, lejos de resolver los problemas, solo los agrava y pone en riesgo la estabilidad económica del país.

Es imperativo que el Ejecutivo asuma un rol proactivo y se siente a dialogar con los representantes del sector empresarial. No se puede esperar a que la crisis se agudice para tomar medidas. Se debe deponer intereses político-partidarios porque los empresarios son un actor fundamental para el desarrollo del país. No se puede seguir ignorando sus demandas y poniendo en riesgo la estabilidad económica por una postura ideológica inflexible.

En Corea del Sur –hace 70 años- para levantarse de una cruenta guerra civil que destruyó al país, el Gobierno sentó en una misma mesa a ministros y empresarios para trabajar juntos. Los resultados se ven hoy, es considerada la economía número 13 a nivel global.

Entonces, el diálogo debe enfocarse en medidas que brinden certidumbre al sector empresarial, faciliten la inversión e incentiven la producción nacional. Es necesario encontrar soluciones a la escasez de dólares y el abastecimiento de combustibles, eliminar los bloqueos de carreteras de forma pacífica y permanente, revisar las restricciones a las exportaciones y dejar de gastar más dinero del que ingresa a la economía. El efecto de las calificaciones de riesgo no solo perjudica al Estado boliviano, sino también a la banca nacional y a todos los que buscan un crédito para emprender.

El futuro económico de Bolivia está en juego. No hay tiempo para dilaciones ni para posturas intransigentes. El Gobierno y el sector empresarial deben trabajar juntos para evitar un escenario de crisis que afectaría a todos los bolivianos. El diálogo y la búsqueda de soluciones conjuntas son la única salida viable para superar este momento crítico.

Es hora de actuar con responsabilidad y patriotismo. El bienestar del país depende de la capacidad de sus líderes para encontrar soluciones a los problemas que hoy lo asfixian. La unidad y el trabajo conjunto son fundamentales para construir un futuro próspero para Bolivia.

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Urge dialogar para evitar la asfixia económica

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16.02.2024

Las señales de alerta resuenan con fuerza en el sector empresarial boliviano. Escasez de dólares, falta de combustibles, bloqueos de carreteras, restricciones a las exportaciones y créditos más caros por el riesgo país conforman un panorama complejo que exige soluciones inmediatas.
La falta de divisas limita la capacidad de importar insumos básicos, poniendo en riesgo la producción nacional y el abastecimiento de productos esenciales. La escasez de combustibles, por otro lado, afecta al transporte y a la logística.

La falta de divisas limita la capacidad de importar insumos básicos, poniendo en riesgo la producción nacional y el abastecimiento de productos esenciales. La escasez de combustibles, por otro lado, afecta al transporte y a la logística.

Los bloqueos de carreteras provocan disrupción en la cadena de suministro y las restricciones a las exportaciones, si bien buscan proteger el mercado interno, impiden........

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