Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Copiar enlace

WhatsApp

Facebook

X

LinkedIn

Telegram

Dice mi madre que me llevó al cine por primera vez para que viera 'Blancanieves y los siete enanitos'. Y poco después 'Bambi' (durante los años sesenta eran frecuentes las reposiciones en salas de estreno), con cuya visión pasé a engrosar la ingente lista de niños traumatizados por la muerte de la madre del cervatillo, a tiros de los cazadores, en aquella secuencia de sentimentalismo terrorista y explícita crueldad. Estrago infantil solo algo menor causaron el encadenamiento de la madre de Dumbo y los lagrimones del elefantito contemplándola.

Es posible que el afable Walt Disney fuera en realidad un sádico que odiaba a los niños. No sé qué considerarían hoy los celadores de la corrección política sobre estos desmanes sentimentales. Puede que nada; el objeto de sus afanes expurgatorios suele ir por otros derroteros. En cualquier caso, acaban de cumplirse cien años de la fundación de los estudios Disney por parte de Walt y su hermano Roy. Mickey Mouse, el más emblemático personaje de la factoría, con permiso del Pato Donald, será centenario en 2028.

Mi infancia estuvo acompañada por las películas de Disney de su mejor época; todas vistas en pantalla grande y aquel brillante tecnicolor. A las citadas, añadiré sin orden 'Fantasía', 'Peter Pan', 'Alicia en el país de las maravillas' (una obra maestra), 'Merlín el encantador' (que fue de mis favoritas), 'El libro de la selva', 'Pinocho', '101 dálmatas' y desde luego 'Mary Poppins', en la que me maravilló la mezcla de dibujos animados con Julie Andrews y compañía. Durante la infancia de mi hija compré todas aquellas películas en vídeo y reviví el hechizo de Disney desde la mirada de María, que las disfrutó mucho y tuvo fijación con 'La dama y el vagabundo', que me pedía ver una y otra vez.

Sin embargo, Disneylandia para mí fue en blanco y negro, el de la televisión de la época, que contrastaba con la canción doblada del comienzo del programa que hablaba de un mágico mundo de colores. Muchos años después, vi el castillo no solo en color, sino recreado de verdad en enormes tres dimensiones a la entrada de Disneyland París, a donde llevamos Ángela y yo a nuestra hija en el verano de 2003. El lugar me resultó un abigarrado bochinche donde era dificultoso hasta tomarte una cerveza. Pero cruzar las puertas del castillo de la mano de María, y entrar con ella en el mágico mundo de colores, hizo que olvidara por un momento mis tribulaciones, que eran aquel año dolorosas por la ya decidida separación conyugal que se avecinaba, y sentí un soplo de felicidad propia a través de la cara de embelesamiento de mi niña de siete años.

QOSHE - Disney en el recuerdo - Juan Bas
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Disney en el recuerdo

3 0
03.11.2023

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Copiar enlace

WhatsApp

Facebook

X

LinkedIn

Telegram

Dice mi madre que me llevó al cine por primera vez para que viera 'Blancanieves y los siete enanitos'. Y poco después 'Bambi' (durante los años sesenta eran frecuentes las reposiciones en salas de estreno), con cuya visión pasé a engrosar la ingente lista de niños traumatizados por la muerte de la madre del cervatillo, a tiros de los cazadores, en aquella secuencia de sentimentalismo terrorista y explícita crueldad. Estrago infantil solo algo menor causaron el encadenamiento de la madre de Dumbo y los lagrimones del........

© El Diario Vasco


Get it on Google Play