José Manuel Marroquín jamás pensó que iba a ser presidente de la República. Vivía tranquilo en su hacienda sabanera después de haber escrito El moro, Blas Gil y el Diccionario ortográfico en verso, que memorizaban nuestros abuelos. Cierto día se le apareció don Miguel Antonio Caro, no como una inspiración poética, sino a proponerle que fuera el vicepresidente de la fórmula presidencial del candidato Manuel Antonio Sanclemente. Buscaba consolidar la dictadura del poetariado. Sanclemente tenía 82 años y Marroquín, 71 (edades hoy similares a las de Biden y Trump, respectivamente).

Salieron elegidos y el más joven le dio golpe de Estado al más viejito. Para gobernar tuvo que contar con el apoyo de su hijo Lorenzo, quien era el poder detrás del trono. Hacía y deshacía, nombraba gobernadores, participaba en la escogencia de senadores —facultad que tenían entonces los presidentes—, cobraba comisiones e hizo tantas cosas que por una de sus muchas conductas se perdió Panamá. Por eso su padre repetía: “Me entregaron un país y devolví dos”.

Refiriéndose a este par de personajes, Alfonso Gómez Méndez dijo que Marroquín engendró un hijo que se vendía más fácil que los libros que escribió.

En el listado que publiqué hace ocho días de los personajes que han estado detrás del poder omití a los Marroquín cuando son el más claro ejemplo de cómo se ejerce el poder a través de otro, tanto que el maloso de Miguel Antonio Caro —padre de la criatura presidencial de la que hablo— fue quien bautizó a Lorenzo como el “hijo del Ejecutivo”, denominación que les han adjudicado a otros delfines.

Pero la verdad es que Lorenzo Marroquín sí ejerció, no como poeta ni para hacer odas, sino para hacer jodas, y muchas.

QOSHE - Los hijos del Ejecutivo - Óscar Alarcón
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Los hijos del Ejecutivo

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12.03.2024

José Manuel Marroquín jamás pensó que iba a ser presidente de la República. Vivía tranquilo en su hacienda sabanera después de haber escrito El moro, Blas Gil y el Diccionario ortográfico en verso, que memorizaban nuestros abuelos. Cierto día se le apareció don Miguel Antonio Caro, no como una inspiración poética, sino a proponerle que fuera el vicepresidente de la fórmula presidencial del candidato Manuel Antonio........

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