Vuelo de regreso a Colombia con una escala en Ciudad de México. Al aterrizar, enciendo mi celular y descubro que Federico Gutiérrez ha sido elegido alcalde de Medellín. Respiro y sonrío. La victoria en sí en realidad no es una sorpresa, pero me intriga saber el margen del triunfo. Aprovecho la espera del vuelo de conexión y me instalo en un restaurante para seguir las noticias. Veo los comentarios de muchos ciudadanos. El tono es eufórico, de alivio, como de quien despertó de una larga pesadilla. “¡Lo de hoy en Colombia es un verdadero estallido social!”, escribe un empresario.

En poco tiempo queda evidente que el resultado de Fico es histórico. Gutiérrez superó el número de votos que había logrado en Medellín para las presidenciales. Más que duplicó el número de votos de su predecesor, Daniel Quintero. La distancia con el quinterismo es abismal. Cuando subo al avión, está claro que el triunfo de Fico es extraordinario. Con la mente voy a 1993, cuando Leoluca Orlando, el entonces alcalde antimafia de Palermo, mi mentor y amigo, obtuvo el 75 % del voto. En aquel entonces la ciudad se estaba liberando de la opresión mafiosa. Se estaba levantando nuevamente después de los atentados que asesinaron a los fiscales Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. Antes de despegar, le envío un mensaje sobre los resultados a Orlando. Me contesta de inmediato: “¡Es un plebiscito!”.

En pleno vuelo, observo la luna llena que ilumina la oscuridad. Reflexiono sobre los múltiples significados del triunfo de Fico. Es claramente una victoria personal, el reconocimiento y la consolidación del liderazgo político de Gutiérrez, quien tuvo también una influencia decisiva en la elección del gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón. En particular, es una señal significativa que transmite una ciudad que se ha unido para rechazar la desafortunada administración de Quintero, la arrogancia y las prácticas que han marcado su forma de gobernar. Los medellinenses han puesto de lado sus diferencias, priorizando el bien mayor para la ciudad. Los ciudadanos le entregaron a Fico un mandato contundente que hoy se traduce en una responsabilidad tremenda.

El aterrizaje en Medellín es brusco. El avión baja con demasiada velocidad. El impacto es duro y el avión rebota en la pista. Encuentro otro mensaje de Orlando. “Como fue para mí en 1993, ahora al alcalde le pedirán todo y de inmediato. A quien mucho se le confía, mucho se le demanda. Habrá que dar de inmediato una señal fuerte y simbólica de ruptura con la administración anterior y al mismo tiempo comunicar que el cambio requiere el esfuerzo de todos y requiere tiempo”. Habrá que armonizar expectativas y tiempos. No será fácil, pero será emocionante. Será posible si Medellín profundiza la unidad que encontró el domingo en torno a Gutiérrez: es esta hoy la prueba de liderazgo que espera a Fico.

QOSHE - “¡Es un plebiscito!” - Aldo Civico
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“¡Es un plebiscito!”

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31.10.2023

Vuelo de regreso a Colombia con una escala en Ciudad de México. Al aterrizar, enciendo mi celular y descubro que Federico Gutiérrez ha sido elegido alcalde de Medellín. Respiro y sonrío. La victoria en sí en realidad no es una sorpresa, pero me intriga saber el margen del triunfo. Aprovecho la espera del vuelo de conexión y me instalo en un restaurante para seguir las noticias. Veo los comentarios de muchos ciudadanos. El tono es eufórico, de alivio, como de quien despertó de una larga pesadilla. “¡Lo de hoy en Colombia es un verdadero estallido social!”, escribe un empresario.

En poco tiempo queda evidente que el resultado de Fico es histórico. Gutiérrez superó el número de votos que había logrado........

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