La marcha del 8M es una de las jornadas de protesta más grandes que ocurren cada año en Colombia y esto se debe a un esfuerzo colectivo de años. En 2012 se realizaba la ‘Marcha de las Putas’, a la que asistían alrededor de 100 personas; en 2018 organizamos un plantón por el derecho a decidir frente a la Corte Constitucional y llegaron alrededor de 500, y hoy, en 2024, más de 8.000 personas salen a las calles a reclamar un país más justo y menos violento para las mujeres, niñas y disidencias. Pero este esfuerzo colectivo de los movimientos feministas no parece importarle a la Alcaldía de Bogotá, que reprimió violentamente la protesta, apagando las luces, encapsulando y gaseando a las protestantes en una Plaza de Bolívar con las salidas bloqueadas, y luego dio unas explicaciones que transparentan sus prioridades y preocupan por ser abiertamente antiderechos, puntualmente, en contra del derecho fundamental de les niñes a la protesta.

Luego de los reclamos por incumplir más de siete puntos del “Protocolo Distrital para la garantía y protección de los derechos a la reunión, manifestación pública y la protesta social pacífica”, la alcaldía dio algunas explicaciones en sus redes sociales. Según la Secretaría de Seguridad de Bogotá, desde el lunes 4 de marzo se diseñaron acciones “para garantizar la manifestación pública y pacífica durante los días 6, 7 y 8 de marzo”. Sin embargo, el trato que le dio la alcaldía a las marchas de los antiderechos, no fue el mismo que nos dio a mujeres, niñas, feministas y disidencias el 8 de marzo, pues ellos sí pudieron protestar. Tampoco se entiende cuál fue la planeación, si las salidas de la plaza estaban cerradas (supuestamente) por eventos anteriores, y la planeación previa tampoco les alcanzó para “reparar” las luces de la plaza (que supuestamente venían fallando), algo especialmente absurdo pues la única propuesta que Galán hizo en campaña para garantizar la seguridad de las mujeres fue poner más iluminación. ¡Gracias por nada!

La Secretaría de Seguridad menciona que hubo estaciones de Transmilenio y paraderos de bus vandalizados y que “esta acción obligó la actuación del dispositivo policial para garantizar la vida de los usuarios presentes en el punto”. ¿Cómo es que un grafiti y unos vidrios astillados atentan contra la vida de las mujeres? No sabemos. En realidad, alcalde, lo que nos mata es la indolencia y la indiferencia. Dice Galán que los bienes públicos no son comparables con las vidas de las mujeres, y no: en total hubo “4 estaciones vandalizadas, 11 paraderos destruidos, 4 instalaciones diplomáticas/gubernamentales y 12 establecimientos comerciales grafiteados”, 31 daños que parece que importan más que las más de 8.000 mujeres y niñas a quienes les negaron su derecho a la protesta. Luego la Secretaría cierra con una recomendación violatoria de derechos fundamentales, reiterando “su llamado a la no integración de niños y niñas en el desarrollo de jornadas de manifestación pública dado el riesgo potencial que enfrenta por las características propias de estos eventos”. Es decir, que les niñes no protesten, que no reclamen sus derechos, para que puedan reprimir y violentar a les protestantes sin tener que enfrentar luego denuncias por usar la fuerza del Estado para atacar menores de edad. Pero la represión violenta no es “una característica propia” de las marchas, es una elección política de la fuerza pública, que no tiene la misma reacción cuando marchan los antiderechos, quienes sí salen con consignas violentas y la intención directa de impedir el acceso a los derechos.

Pero, diga lo que diga el alcalde, les niñes pueden y deben protestar, es su derecho fundamental e inalienable, y además les necesitamos en las marchas, porque las luchas de los movimientos sociales necesitan un compromiso intergeneracional. Parece que Galán cree que echándonos al ESMAD va a desincentivar la acción directa, y esa equivocación daría ternura, si no fuera porque está violentando personas y reprimiendo derechos. La indolencia, la represión y la violencia de la fuerza pública lo único que logran es avivar nuestras ganas de romperlo todo.

QOSHE - Alcalde Galán: ¡las niñas tienen derecho a la protesta! - Catalina Ruiz-Navarro
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Alcalde Galán: ¡las niñas tienen derecho a la protesta!

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14.03.2024

La marcha del 8M es una de las jornadas de protesta más grandes que ocurren cada año en Colombia y esto se debe a un esfuerzo colectivo de años. En 2012 se realizaba la ‘Marcha de las Putas’, a la que asistían alrededor de 100 personas; en 2018 organizamos un plantón por el derecho a decidir frente a la Corte Constitucional y llegaron alrededor de 500, y hoy, en 2024, más de 8.000 personas salen a las calles a reclamar un país más justo y menos violento para las mujeres, niñas y disidencias. Pero este esfuerzo colectivo de los movimientos feministas no parece importarle a la Alcaldía de Bogotá, que reprimió violentamente la protesta, apagando las luces, encapsulando y gaseando a las protestantes en una Plaza de Bolívar con las salidas bloqueadas, y luego dio unas explicaciones que transparentan sus prioridades y preocupan por ser abiertamente antiderechos, puntualmente, en contra del derecho fundamental de les niñes a la protesta.

Luego de los reclamos por incumplir más de siete puntos del “Protocolo Distrital para la........

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