“Absoluto rechazo a la violación de una menor de edad en Kennedy. El llamado de todos los bogotanos, pero en especial de las bogotanas, a mejorar la infraestructura pública buscando su protección será atendido. Tienen mi compromiso de que en los primeros 100 días revisaremos y mejoraremos la iluminación de aquellas zonas que actualmente las ponen en peligro” dijo el alcalde electo de Bogotá, Carlos Fernando Galán, quien no se ha posesionado aún pero ya está presentándonos ideas inútiles que nos muestran que no entiende el problema de inseguridad que viven las mujeres en Bogotá. ¡Qué alentador!

Las mujeres nos vamos haciendo expertas en hacer evaluación de riesgos de los espacios. Un arbusto que puede ocultar a una persona, un ascensor en una esquina, la paredita alta contra la que te pueden arrinconar son clasificados inmediatamente como fuentes de peligro. La luz es apenas un factor que tomamos en consideración, pero quizás el indicador de riesgo más alto es que la calle esté sola, o que solo haya hombres y que mujeres y niños brillen por su ausencia.

Hasta cierto punto esto tiene que ver con el diseño urbanístico de la capital. Bogotá se divide en zonas comerciales, industriales o residenciales, de manera que hay manzanas y hasta barrios que se vacían por las noches o a ciertas horas del día. Tiene grandes avenidas que concentran todo el tráfico y un montón de callecitas que se la pasan vacías. Sus andenes son minúsculos e incómodos para los peatones. Está llena de callejones y recovecos en donde nos sentimos vulnerables, puentes con escaleras oscuras donde puede pasar cualquier cosa, conjuntos cerrados con largas pareditas por donde no pasa nadie. Pero incluso si se hicieran cambios en la ciudad, las mujeres seguiríamos estando inseguras en sus calles.

Todas las soluciones del tipo “pongamos mejor iluminación” entran en la categoría de la “teoría de los vidrios rotos”, con la que se pensaba que la criminalidad bajaría si se reparaban las ventanas de un barrio. Son las mismas ideas que nos han llevado a pensar que si pintamos de colores las casitas de los barrios pobres y periféricos de la ciudad estamos mejorando la vida de esas comunidades, cuando a lo sumo estamos haciendo esos barrios más amables para los ricos que los miran desde lejos. Ni toda la iluminación del mundo acabará con la violencia de género porque el machismo no es un problema cosmético sino estructural.

Claro que Bogotá necesita mejor iluminación en todas partes, ese es un mínimo indispensable para toda la ciudadanía, pero eso está lejos de resolver el problema de inseguridad para las mujeres en la capital. A las mujeres nos agreden a plena luz del día, como le ocurrió a la niña de 15 años a la que se refiere Galán en su tuit, y el problema es que no pasa absolutamente nada. Muchas deciden ir a un CAI a buscar ayuda y ahí tampoco pasa absolutamente nada. Los agresores lo saben y lo aprovechan, y unos bombillos no van a compensar la indolencia de la policía y la rampante impunidad en denuncias por acoso callejero y violencia sexual. La policía no nos hace sentir seguras, la mayoría de ocasiones es al contrario: nos intimida y, a veces, también nos agrede. Esta mezcla entre machismo, impunidad y desigualdad es lo que hace que las mujeres estemos inseguras en las calles, en las casas y en todos los espacios.

QOSHE - Ideas brillantes - Catalina Ruiz-Navarro
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Ideas brillantes

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09.11.2023

“Absoluto rechazo a la violación de una menor de edad en Kennedy. El llamado de todos los bogotanos, pero en especial de las bogotanas, a mejorar la infraestructura pública buscando su protección será atendido. Tienen mi compromiso de que en los primeros 100 días revisaremos y mejoraremos la iluminación de aquellas zonas que actualmente las ponen en peligro” dijo el alcalde electo de Bogotá, Carlos Fernando Galán, quien no se ha posesionado aún pero ya está presentándonos ideas inútiles que nos muestran que no entiende el problema de inseguridad que viven las mujeres en Bogotá. ¡Qué alentador!

Las mujeres nos vamos haciendo expertas en hacer evaluación de riesgos de los espacios. Un arbusto que puede ocultar a una persona, un ascensor en una esquina, la paredita alta contra la que te pueden arrinconar son clasificados........

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