Dice la RAE que el sátrapa es una persona que gobierna despótica y arbitrariamente, y que hace ostentación de su poder. Es claro que esa es la personalidad enfermiza del señor Petro. Sostiene él que hay una ruptura institucional, y no me cabe la menor duda de que la hay, porque él la generó. No le gustan los órganos de control, promueve marchas en contra de la Corte Suprema de Justicia, arremete contra la Corte Constitucional, la Fiscalía y la Procuraduría. Habla el señor Petro de un golpe blando, que solo existe en su calenturienta imaginación. Nadie está tumbando al presidente. Distinto es que él se está cayendo por inepto.

Está rodeado de sus propios escándalos: el de su hijo, las contrataciones indebidas, el exceso de gastos, sus discursos delirantes e incomprensibles, pero, sobre todo, su personalidad que denota claramente un ser humano de muy malas calidades. Tan es así, que sacó una publicación destemplada en X, refiriéndose a la muerte de Sebastián Piñera. Y podríamos enumerar muchos más hechos que no solo lo muestran como un inepto, sino como un enfermo. Dejaron perder los Panamericanos, no son capaces de pagar una nómina oficial ordenadamente, dejaron vencer vacunas por un costo de casi $70.000 millones, sacaron un decreto manipulado sobre el presupuesto de la nación con la mala intención de frenar el metro de Bogotá.

El sátrapa ve fantasmas en todas partes, menos donde realmente están: dentro de su gobierno, al que llegó rodeado de corruptos y de personas que, como Armando Benedetti, lo tienen chantajeado. No de otra manera se explica que lo hayan nombrado embajador y lo hayan posesionado rápidamente. Eso jamás se había visto en la historia de la Cancillería colombiana. No hay ninguna sorpresa porque la misma estaba, en ese momento, en manos del patán Leyva, conocido por sus fugas cuando fue acusado por la Fiscalía General. Decía mi amigo Carlos Pérez que “tumbar un presidente es jodido, pero que se caiga por inepto, es facilísimo”.

Petro sabe que puede no acabar su mandato por malo y por inepto e ineficiente y, desde ya, se está victimizando, pidiendo solidaridad internacional porque, claro, él se siente como Luis XIV, es decir, él se siente el Estado. La salida en falso que tuvo la semana pasada frente al secuestro de los magistrados de la Corte Suprema denota claramente el desprecio del señor Petro por las instituciones y el repudio que le produce la decencia.

Y como si todo lo anterior fuera poco, pretende acabar con el sistema de salud de los colombianos dejándolo en manos de un Estado ladrón, paquidérmico y perezoso. En mal momento el país cayó en manos del señor Petro a quien, ciertamente, lo que le gusta es destruir sobre lo construido. Y a pesar de que se ufana sobre la economía, lo cierto, según el propio DANE, es que hay sectores desacelerándose de manera preocupante. Colombia no se merecía este mal gobierno, que se tomó el poder con pocas ganas de devolverlo. Eso, señor Petro, no lo permitiremos.

QOSHE - El sátrapa - Felipe Zuleta Lleras
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El sátrapa

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18.02.2024

Dice la RAE que el sátrapa es una persona que gobierna despótica y arbitrariamente, y que hace ostentación de su poder. Es claro que esa es la personalidad enfermiza del señor Petro. Sostiene él que hay una ruptura institucional, y no me cabe la menor duda de que la hay, porque él la generó. No le gustan los órganos de control, promueve marchas en contra de la Corte Suprema de Justicia, arremete contra la Corte Constitucional, la Fiscalía y la Procuraduría. Habla el señor Petro de un golpe blando, que solo existe en su calenturienta imaginación. Nadie está tumbando al presidente. Distinto es que él se está cayendo por inepto.

Está rodeado de sus propios escándalos: el de su hijo, las contrataciones indebidas, el exceso de gastos,........

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