Mientras el dictador de la hermana república de Venezuela, un Putin inmaduro, se dispone a invadir un territorio que no le pertenece, la región de Esequibo en la Guyana, el presidente de la república de Colombia propone una alianza entre Ecopetrol y PDVSA (Petróleos de Venezuela) para extraer e importar gas desde el país vecino. Al mismo tiempo, desde Dubái, el presidente Petro anuncia que nuestro país no va a firmar nuevos contratos de exploración de petróleo, gas y carbón, como un ejemplo de “liderazgo para la acción climática y la transición socio ecológica y energética justa”.

Cuando uno dice que el presidente Petro se aproxima a los temas de un modo ideológico, no se está diciendo que uno no tiene ideología y él sí. Lo que sí se dice es que la ideología le impide a él pensar de un modo objetivo. Lo que queda implícito en la maroma mental descrita en el primer párrafo es que el gas producido en Venezuela, al ser ese país una república bolivariana y socialista, es un gas que no huele, no calienta el globo, no contamina. En vista de que en Colombia necesitamos gas para cocinar, calentar el agua o producir electricidad, hay que hacerlo con gas venezolano, que es un gas ideológicamente limpio. La “socio-ecología” enseña que el calentamiento global se produce en los países capitalistas y no en países supuestamente no capitalistas como China, Rusia o Venezuela. Por eso debemos consumir gas venezolano y no gas colombiano. El primero –milagrosamente– no calienta el globo; el nuestro, sí.

Con el desmonte y la toma hostil de PDVSA, con el robo descarado de sus activos, los boli-burgueses chavistas arruinaron la empresa más sólida del hermano país y se convirtieron en grandes multimillonarios internacionales. Al ser magnates de origen socialista, sus fortunas no ofenden, ni sus mansiones en España, ni sus equipos de polo en la Florida. PDVSA dejó de producir el 80 % del petróleo que producía antes, pero no en una lucha contra el cambio climático, sino por el despojo y la incompetencia de sus nuevos empleados y directivos (que no se escogían por su capacidad técnica sino por su afinidad ideológica con la cleptocracia bolivariana).

Hacer un matrimonio entre Ecopetrol, una empresa mixta, inscrita en la bolsa de Nueva York, con amplia participación y manejo empresarial privado, y PDVSA, quizá la compañía más desprestigiada y más corrupta del continente, es prometer en matrimonio a la hija más inteligente, más bonita y más prolífica del país con el atracador mafioso, feo y bruto del barrio vecino. Y que el padrino de ese matrimonio tan mal avenido sea el propio presidente, que se cree capaz de obligar a casar a la novia con quien a él le dé la gana, anuncia desde ya un divorcio calamitoso en pocos años.

A la estupidez de pensar que el gas socialista (como la industria petrolera rusa o las empresas chinas de toda índole) no calienta el globo ni contamina, se añade la alianza con una empresa petrolera recomendada por alguien que dice detestar las energías sucias producidas con materiales fósiles.

Pero la cosa va incluso más allá. Si hay algo bueno en la América Latina del último siglo es que ningún país viola las fronteras de otro ni se toma a la fuerza territorios ajenos. Colombia no teme una invasión brasileña ni Panamá le tiene miedo a una toma colombiana de su territorio. En cuanto a paz internacional, Latinoamérica ha sido un ejemplo para el mundo entero. Pero el presidente Petro propone que Ecopetrol se case, precisamente, con la punta de lanza de la invasión de Venezuela a la región de Esequibo. El inmaduro Putin venezolano acaba de anunciar que PDVSA entregará licencias de exploración de petróleo, gas y minerales en 160.000 km2 de territorio de Esequibo, actualmente bajo jurisdicción de Guyana. La propuesta, entonces, es hacer un matrimonio entre Ecopetrol y una empresa de ladrones, corruptos, ineptos, y ahora también usurpadores e invasores de territorios que no son suyos.

QOSHE - El gas del vecino no huele - Héctor Abad Faciolince
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El gas del vecino no huele

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10.12.2023

Mientras el dictador de la hermana república de Venezuela, un Putin inmaduro, se dispone a invadir un territorio que no le pertenece, la región de Esequibo en la Guyana, el presidente de la república de Colombia propone una alianza entre Ecopetrol y PDVSA (Petróleos de Venezuela) para extraer e importar gas desde el país vecino. Al mismo tiempo, desde Dubái, el presidente Petro anuncia que nuestro país no va a firmar nuevos contratos de exploración de petróleo, gas y carbón, como un ejemplo de “liderazgo para la acción climática y la transición socio ecológica y energética justa”.

Cuando uno dice que el presidente Petro se aproxima a los temas de un modo ideológico, no se está diciendo que uno no tiene ideología y él sí. Lo que sí se dice es que la ideología le impide a él pensar de un modo objetivo. Lo que queda implícito en la maroma mental descrita en el primer párrafo es que el gas producido en Venezuela, al ser ese país una república bolivariana y........

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