El deporte, el fútbol, no es más que un reflejo de la sociedad. Aunque aparentemente distanciados, la historia enseña que están más entrelazados de lo que el observador casual pueda creer. Cómo, si no, explicar aquella foto de la selección inglesa de fútbol haciendo el saludo nazi en el estadio Olímpico de Berlín en 1938.

Neville Chamberlain fue el primer ministro británico, entre mayo de 1937 y mayo de 1940. Su ascenso al poder coincidió con la consolidación de Hitler en Alemania. Mientras los tambores de guerra resonaban cada vez con más fuerza, decidió tener una relación sosegada con el líder alemán. Además de tiempo para armar a su país, buscaba apaciguarlo, entendiendo que Hitler era controlable. Evidentemente subestimó las ambiciones del canciller.

La FA inglesa invitó a la selección alemana a jugar en Londres en diciembre de 1935. El gobierno británico apenas se enteró por las protestas de movimientos de izquierda y la prensa judía. Las protestas contra el partido se sucedieron, más cuando se supo que 10.000 aficionados alemanes acompañarían a la selección.

El ministro del Interior, sir John Simon, abogó por mantener, lo que denominó, la tradición británica de separar el deporte de la política. El gobierno intentó aparentar normalidad, pero la sociedad entendió que el partido era una afrenta del autoritarismo alemán a la democracia británica. Unas 20.000 personas marcharon en Hyde Park contra la presencia de nazis en territorio británico.

En mayo de 1938, cuando la guerra parecía ya inminente, los alemanes devolvieron la invitación para que Inglaterra jugará en Berlín. Bajo Chamberlain, Inglaterra todavía confiaba en controlar las ambiciones territoriales de Hitler, quien ya había anexado Austria y recién proclamaba el protectorado de Bohemia y Moravia.

El equipo inglés viajó a Berlín, jugó ante 110.000 espectadores y ganó el partido 6-3. En la práctica, sin embargo, el partido fue una gran derrota para Inglaterra. El Ministerio de Política Exterior exigió a la FA que debía primar la diplomacia y manejar la más exquisita etiqueta.

Así se forjó la foto más humillante de la rica historia futbolística de los inventores del fútbol. La selección inglesa accedió a las peticiones de los alemanes: antes del partido, ante parte del gabinete alemán, y con el estadio repleto, levantaron la mano al aire, haciendo el saludo nazi a la afición. Chamberlain, incapaz de liderar a Inglaterra en la guerra que declaró en septiembre de 1939, dimitió. Winston Churchill fue su sucesor. La historia de ahí en adelante es conocida.

Ese saludo nazi de la selección inglesa es uno de aquel que no entendió el momento histórico. En Colombia, afortunadamente, no hay nazis. Pero hay fuerzas que ponen en riesgo valores que, aun con grandes defectos, mucho nos ha costado construir: libertad y democracia. Cuando quienes mandan minimizan la voz del individuo, la ciudadanía, en paz, marcha para expresar su deseo de paz, libertad, seguridad y democracia. Ayer y hoy. Así no los escuchen.

QOSHE - ¿Por qué marchar? - Jorge Tovar
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¿Por qué marchar?

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22.04.2024

El deporte, el fútbol, no es más que un reflejo de la sociedad. Aunque aparentemente distanciados, la historia enseña que están más entrelazados de lo que el observador casual pueda creer. Cómo, si no, explicar aquella foto de la selección inglesa de fútbol haciendo el saludo nazi en el estadio Olímpico de Berlín en 1938.

Neville Chamberlain fue el primer ministro británico, entre mayo de 1937 y mayo de 1940. Su ascenso al poder coincidió con la consolidación de Hitler en Alemania. Mientras los tambores de guerra resonaban cada vez con más fuerza, decidió tener una relación sosegada con el líder alemán. Además de tiempo para armar a su país, buscaba apaciguarlo, entendiendo que Hitler era controlable. Evidentemente subestimó las ambiciones del........

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