La gente en Colombia se cree el cuento. Es la mayor trampa nacional. A menudo el funcionario, mientras se pavonea bajo las luces y disfruta de la atención del público, escucha a sus amigos y asesores que le susurran al oído y en tono solemne: eres el hombre. Sólo tú puedes salvar la patria. Eres presidenciable. Lánzate que nosotros te apoyamos. Y como está volando tan alto se cree el cuento, entonces se lanza y descubre, siempre tarde, que no tiene paracaídas y que, como dice el chiste, tampoco lo estará esperando la ambulancia cuando llegue a tierra.

El último en pisar esta trampa es el saliente fiscal general. Francisco Barbosa está en campaña política desde que Gustavo Petro ganó las elecciones. El único mérito de Barbosa es haber sido amigo del expresidente Iván Duque, y cómo le ha salido de cara esa amistad al país. Ante tantas denuncias y acusaciones de corrupción y delitos en el gobierno anterior, Barbosa mantuvo un silencio infame. Pero bastó que triunfara Petro para que el fiscal recordara su tarea de investigador. Y qué energía ha demostrado desde entonces, porque vislumbró su futuro político de opositor al régimen y utilizó su cargo, con descaro, para hacer campaña.

El fiscal le ha hecho un grave daño a su entidad. Primero, al encubrir las fechorías del gobierno anterior y al desdibujar la independencia judicial. Siempre dije que había sido imperdonable que Iván Duque postulara a semejante cargo a un amigo. Eso no lo hace un verdadero demócrata. Y, segundo, al politizar el cargo y al usarlo para ganar puntos con la oposición, aspirando a convertirse en su líder. En un país como el nuestro, con una justicia inoperante y una corrupción sistemática, lo que más necesitamos es una Fiscalía autónoma, transparente y eficaz, pero es lo que menos hemos tenido desde que se creó la figura con la Constitución de 1991. ¿Cuántos buenos fiscales generales hemos tenido? Sobran dedos en una mano para contarlos. Y de lejos el peor ha sido Francisco Barbosa.

Este fiscal ha filtrado testimonios e indagatorias a medios que lo apoyan. Ha opinado en público sobre asuntos que no le atañen. Ha demostrado celeridad ejemplar en casos que afectan al Gobierno, como el del hijo del presidente, Nicolás Petro, pero arrastra los pies en la investigación del asesinato de líderes sociales y de 419 firmantes de la paz. De las pocas condenas obtenidas en esos casos, sólo el 1 % son contra los autores intelectuales de esos crímenes, como señaló Patricia Lara. Y cada día el fiscal insulta al presidente con opiniones personales y temerarias, incompatibles con la majestad de su cargo.

Sin duda, hay mucho que se puede, y que se debe, criticar del Gobierno actual. Pero comparar al presidente con los carteles de Cali y Medellín es un despropósito que lo único que hace es ayudarle al jefe de Estado para presentarse como una víctima, injustamente perseguido por una oposición histérica e irracional. Flaco favor le hace Barbosa a su propia causa.

En fin, ser lo máximo de algo siempre tiene su gracia, pues no todo el mundo se gana la medalla de ser el número uno. Y si Francisco Barbosa es de lejos el peor fiscal general de todos, el primero de los malos, eso merece un reconocimiento. A fin de cuentas, él se ha ganado ese puesto solo y a pulso.

Lástima que sea un puesto indigno.

@JuanCarBotero

QOSHE - Barbosa, el primero de los malos - Juan Carlos Botero
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Barbosa, el primero de los malos

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19.01.2024

La gente en Colombia se cree el cuento. Es la mayor trampa nacional. A menudo el funcionario, mientras se pavonea bajo las luces y disfruta de la atención del público, escucha a sus amigos y asesores que le susurran al oído y en tono solemne: eres el hombre. Sólo tú puedes salvar la patria. Eres presidenciable. Lánzate que nosotros te apoyamos. Y como está volando tan alto se cree el cuento, entonces se lanza y descubre, siempre tarde, que no tiene paracaídas y que, como dice el chiste, tampoco lo estará esperando la ambulancia cuando llegue a tierra.

El último en pisar esta trampa es el saliente fiscal general. Francisco Barbosa está en campaña política desde que Gustavo Petro ganó las elecciones. El único mérito de Barbosa es haber sido amigo del expresidente Iván Duque, y cómo le ha salido de cara esa amistad al........

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