Dentro de los innumerables aportes del sabio alemán Alexander Von Humboldt a la historia, está la de haber alimentado las ideas de Simón Bolívar, gracias a que Humboldt después de su primer viaje a Sudamérica (1799) documentó de manera minuciosa su geografía y biodiversidad; el ethos de sus comunidades.

Andrea Wulf en su magnífico libro La invención de la naturaleza narra la apasionante vida de Humboldt. Uno de sus capítulos está dedicado a la relación de Bolívar con el sabio alemán. Se conocieron en París en 1804 y desde entonces sostuvieron una profunda y fructífera relación epistolar. Bolívar en la Carta de Jamaica (1815), reconoce que Humboldt -como nadie entonces en el mundo- conocía la realidad de nuestro subcontinente. Gracias a ello, antes de recorrer Los Andes y las infinitas llanuras, el Libertador ya sabía el tamaño del reto que enfrentaría.

Cuenta Wulf que Humboldt predijo cuán desgarradora sería la lucha por la independencia; la sociedad colonial estaba profundamente dividida. Los europeos durante tres siglos habían sembrado el odio entre castas: criollos, mestizos, esclavos e indígenas. Una división insalvable cuyos efectos explican hoy la debilidad y el rumbo errático de las naciones que surgieron del imperio español en América.

Humboldt tuvo también una cercana relación con Thomas Jefferson, tercer presidente de Estados Unidos. La correspondencia entre ellos revela la visión geopolítica de Jefferson; constantemente indagaba al alemán sobre el destino de esta parte del continente. Temía que después de la independencia quedáramos sumidos en el despotismo. Se preguntaba entonces el jardinero de Monticello ¿cómo una sociedad plagada de sacerdotes iba a establecer un gobierno republicano y libre? El largo dominio español había “encadenado la mente de los colonos” e hizo de ellos “unos niños ignorantes”.

Hoy las masas siguen atrapadas entre el nacionalismo y el populismo. Distorsionan el presente de sus países y el del resto del mundo; desconocen su pasado. Será peor, pues, lamentablemente, la Historia, como disciplina del conocimiento, está relegada en la formación académica de los niños y jóvenes, lo cual los aleja del humanismo.

Será muy grato conocer el próximo jueves a Andrea Wulf en los premios de protección al medio ambiente que entrega Caracol Televisión todos los años.

*Juan Carlos Gómez J.