*Invitamos a nuestros columnistas a contarnos de las ideas que defendieron y que, ahora, perciben de manera diferente. Esta columna es parte del especial #CambiéDeOpinión.

Quienes vimos a Ola Verde de 2010 nos entusiasmamos con la posibilidad de que las recién estrenadas redes sociales sirvieran para democratizar la política, para permitir que quienes habían sido marginados por las clientelas tuvieran voz.

En 2010, el fervor por Mockus hizo pensar que Twitter y Facebook favorecían a los llamados independientes. “Vine porque quise, a mí no me pagaron”, fue el cántico con que el exalcalde celebró el triunfo de la consulta verde en la que compitió con Peñalosa y Lucho. Fue de un movimiento novedoso, sin estructuras visibles, en el que tres candidatos valiosos dejaron los egos de lado para motivar a quienes, desde entonces, se reconocen como ‘primivotantes’.

Tras la aplastante derrota en segunda vuelta de Santos sobre Mockus, se dijo que la Ola Verde había sido una ficción. Pero esa ola sí existió. En primera vuelta, Mockus sacó 3′134.222 votos y pasó a la segunda al casi cuadruplicar los resultados que sacó en la consulta interna. Los verdes le ganaron en primera al Partido Conservador, al Liberal, al Polo y a Cambio Radical y, en segunda, estas mismas maquinarias se aceitaron y los aplastaron.

La ilusión de la Ola fue un momento bonito porque aún no se pagaban bodegas y porque los debates seguían siendo relevantes para definir las preferencias electorales. La televisión y la calle, con políticos de carne y hueso, acompañaban la ilusión digital.

Pero pronto los jotajotas y el resto de asesores se dieron cuenta del poder del recién aparecido WhatsApp y de otras redes para difundir noticias falsas. La posverdad se tomó Twitter y encontró en sus 140 caracteres la posibilidad de tramitar la ira y las descalificaciones. ¿Cómo no usarlo, si las frases más cortas son las del odio?

Desde entonces las redes en política han implantado la mentira favoreciendo el populismo aquí y en el resto del mundo. Han hecho de la política algo aún más decadente que los encuentros con lechona, porque en las relaciones clientelares, al menos existe un vínculo casi familiar con los políticos.

Las redes también han destrozado al periodismo. Los medios están pendientes de las declaraciones de histeria de lo políticos y activistas que alimentan su ego con likes. Y la gente se informa mal, porque nada es más opuesto a la contrastación de fuentes que un algoritmo. En el mundo virtual, la cultura política se pierde en un mar de ignorancia.

Finalmente, es un mito que las redes fortalecen la comunicación con la ciudadanía, pues siempre privilegian al emisor. Es el caso del presidente Petro, quien dispara frases mal escritas solo cuando quiere, y entera a través de ellas a ministros que no recibe en su despacho. Detrás del balcón está una realidad virtual repleta de tuiteros y cuando deja de trinar en Palacio informan que canceló agenda.

Cambié de opinión sobre el papel de las redes en la política durante la pandemia. En esa época oscura la gente demostró que, a pesar del riesgo, las calles son el escenario natural de la política. En contraste, las redes son el terreno de los algoritmos, los egos y el engaño.

Pd. Han pasado ya diez días de la conmemoración del acuerdo de paz. Comunes y quienes han cumplido no se merecían el desplante del presidente que, ni por X, se quiso disculpar.

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Cambié de opinión sobre las redes y la política

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03.12.2023

*Invitamos a nuestros columnistas a contarnos de las ideas que defendieron y que, ahora, perciben de manera diferente. Esta columna es parte del especial #CambiéDeOpinión.

Quienes vimos a Ola Verde de 2010 nos entusiasmamos con la posibilidad de que las recién estrenadas redes sociales sirvieran para democratizar la política, para permitir que quienes habían sido marginados por las clientelas tuvieran voz.

En 2010, el fervor por Mockus hizo pensar que Twitter y Facebook favorecían a los llamados independientes. “Vine porque quise, a mí no me pagaron”, fue el cántico con que el exalcalde celebró el triunfo de la consulta verde en la que compitió con Peñalosa y Lucho. Fue de un movimiento novedoso, sin estructuras visibles, en el que tres candidatos valiosos dejaron los egos de lado para motivar a quienes, desde entonces, se........

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