El presidente Petro ha sido un hombre honesto. Ese valor lo ha construido en su vida pública, que ya cumple un tercio de siglo, y en la que ha dado grandes batallas discursivas contra las prácticas de siempre.

Por eso llama la atención su dificultad para aceptar críticas y, sobre todo, de poner el ojo con humildad en escándalos que potencialmente implican privatización de recursos públicos, abuso de poder, privilegios y corrupción. Difícil y doloroso pensar que haya sido tan reactivo cada vez que alguien ha puesto el dedo en la llaga.

Una de las reacciones más complejas la ha tenido frente a los vergonzosos escándalos que han rodeado a Ricardo Roa y que van más allá de la gerencia de la campaña presidencial. Que con plata de Fecode se hayan financiado gorras, camisetas y buses a todos los barrios es delicado, pero no tan grave como exponer a Ecopetrol.

Ni el informe que señaló que las investigaciones a Roa le pueden hacer daño a la empresa, ni la evidencia de que él compró un apartamento -casi regalado- a un petrolero, ni los ruegos de los accionistas, le movieron un pelo al mandatario. Por el contrario, lo rancharon en el argumento de una persecución: “(los ataques a la presidencia de Ecopetrol se dan porque Ricardo Roa) no se presta al paramilitarismo y busca su transición a energías limpias”, aseguró Petro en X en febrero. Ahora que el CNE está a punto de formularle cargos a Roa, se espera que su reacción sea similar.

La Silla Vacía acaba de publicar hechos que ratifican las dudas sobre Roa. Además de encontrar que nombró en Ecopetrol a una hija del empresario Santiago Vargas Ramos, donante de la campaña interesado en temas de energía, el medio sustenta cómo otra hija de Vargas -de apenas 19 años- es socia de Julián Caicedo Cano, novio de Roa, en una empresa en Florida. Por si fuera poco, existe la evidencia de que el señor Vargas le ha pagado la planilla de seguridad social a Caicedo.

A pesar de los nuevos detalles, y de que el CNE está a punto de formularle cargos, los temas de Roa ya son paisaje. Lo que no deja de ser llamativo es que Petro, que en otro momento habría hecho un escándalo por esos asuntos, no haya mandado a Roa hace tiempo a una embajada y se haya obsesionado con dejarlo en Ecopetrol.

Lo que ha hecho entrar a Petro en aparente negación en el caso no es lo que le dicen sus funcionarios, con los que poco habla, sino la confianza inusitada que tiene en sus propias decisiones. La obsesión con defender una mirada que, como también pasó con el lío de los pasaportes, se radicaliza a medida que es cuestionada.

Echarles la culpa a los demás es un recurso político que se ve en otros extremos y en todas partes: Trump dice que el juicio que enfrenta en Nueva York es motivado por Biden, y Uribe sigue insistiendo, un lustro después, en que el rollo de los testigos se lo inventó la izquierda.

Pero para el futuro político de Petro, una mirada al ombligo es fundamental. Él tiene un reto ético frente a con su promesa de cambio y con el proyecto de izquierda que estrenó por la vía electoral. Lograr ese reto y mantener su imagen de honestidad dependerá de que entienda el daño que le hacen tipos como Roa a su relato, a su propio cuento.

QOSHE - Mirarse el ombligo - Lariza Pizano
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Mirarse el ombligo

14 44
21.04.2024

El presidente Petro ha sido un hombre honesto. Ese valor lo ha construido en su vida pública, que ya cumple un tercio de siglo, y en la que ha dado grandes batallas discursivas contra las prácticas de siempre.

Por eso llama la atención su dificultad para aceptar críticas y, sobre todo, de poner el ojo con humildad en escándalos que potencialmente implican privatización de recursos públicos, abuso de poder, privilegios y corrupción. Difícil y doloroso pensar que haya sido tan reactivo cada vez que alguien ha puesto el dedo en la llaga.

Una de las reacciones más complejas la ha tenido frente a los vergonzosos escándalos que han rodeado a Ricardo Roa y que van más allá de la gerencia de la campaña presidencial. Que con plata de Fecode se hayan financiado gorras, camisetas y buses a todos los........

© El Espectador


Get it on Google Play