El escenario de estancamiento e inflación en que se encuentra la economía colombiana hace necesarias soluciones concertadas de política -acuerdos- sobre temas vitales concretos, como el alza en el salario mínimo. Pero debe respetarse la autonomía del Banco de la República, que no debe ser objeto de presiones, al decidir lo que más conviene respecto de las tasas de interés.

En economía utilizamos supuestos que, por lo general, funcionan. La relación entre dinero y nivel general de precios o teoría cuantitativa del dinero es uno de ellos. Al enfrentar un periodo recesivo o de inminente receso, políticas de subsidios a las empresas, ayudas fiscales, aumento de gasto e inversión, funcionan positivamente. Así ocurrió, tanto en Colombia como en otras latitudes, con los exitosos resultados que conocemos, al momento de enfrentar el receso ocasionado por la pandemia. Tuvimos además de vacunas, políticas generalmente correctas.

Ante una recesión típica es recomendable aumentar los salarios por encima de la inflación, como ocurrió con el salario mínimo en nuestro país en 2021, 4.47 puntos sobre la inflación, y 2022, 2.88 puntos sobre la inflación. ¿Será conveniente hacer lo mismo en 2023? La respuesta es un no rotundo en cuanto, además de inflación, afrontamos un escenario recesivo.

A nivel internacional encontramos ejemplos que desdicen de las teorías y políticas habituales para lidiar con la estanflación. Un caso notable que vale la pena observar con cuidado ahora, fue la manera como la economía estadounidense- y detrás de ella la mundial- en el gobierno de Ronald Reagan, utilizó políticas fiscales y monetarias expansivas, recortes de impuestos incluidos, para superar, contra la “cartilla” un periodo de dificultad.

Pero vivimos en la Colombia de 2023: Un aumento de la oferta de dinero – por la vía de los salarios o del gasto- puede tener efectos nocivos tanto sobre los niveles de inflación como sobre el crecimiento de la economía. Puede ser inflacionario sin propiciar incremento de la producción lo que acentuaría nuestros problemas.

Un efecto similar puede tener el cambio de política solicitado al Banco de la República, de manera unánime, por las partes involucradas en la concertación del salario mínimo. La subida de tasas nos ha ayudado a meter en cintura la inflación, pero solo la independencia de la junta-pese a lo impopular que pueden resultar sus duras medidas- debe indicar el momento apropiado para ajustarlas. Así lo establece la Constitución, siendo, además, lo conveniente.

Con una inflación esperada de10% podríamos pensar en un incremento salarial equivalente, para situarse cerca de 1.300.000 y si la razón impera podremos tener un acuerdo concertado. A estas alturas de experiencia y conocimiento, cualquier cifra superior es pura demagogia, y una inferior sería, claramente, recesiva. En ello deben coincidir gobierno, dirigencia sindical y empresarios.

@herejesyluis

QOSHE - Mínimo sin demagogia - Luis Carvajal Basto
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Mínimo sin demagogia

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04.12.2023

El escenario de estancamiento e inflación en que se encuentra la economía colombiana hace necesarias soluciones concertadas de política -acuerdos- sobre temas vitales concretos, como el alza en el salario mínimo. Pero debe respetarse la autonomía del Banco de la República, que no debe ser objeto de presiones, al decidir lo que más conviene respecto de las tasas de interés.

En economía utilizamos supuestos que, por lo general, funcionan. La relación entre dinero y nivel general de precios o teoría cuantitativa del dinero es uno de ellos. Al enfrentar un periodo recesivo o de inminente receso, políticas de subsidios a las empresas, ayudas fiscales, aumento de gasto e inversión, funcionan positivamente. Así ocurrió, tanto en........

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