La inmensa votación que obtuvo Alejandro Éder le habría servido para imponer un gobierno autoritario y autocrático, pero no: con más de 90.000 votos de diferencia sobre su adversario, prefirió hacer un llamado a la reconciliación de los caleños que se estaban polarizando peligrosamente como secuela del falsamente llamado estallido social que dividió a la ciudad.

Esta invitación reconciliatoria de tender la mano a sus antagonistas significa que Cali puede tomar de nuevo el rumbo de la solidaridad y el civismo que la caracterizaron hace varios años.

Éder no tuvo necesidad de referirse a la sucia campaña que quiso desdibujar su verdadera imagen. Prefirió mirar para adelante y olvidar esa batalla verbal de unos y otros que habría podido desatar las violencias sociales tan comunes, paradójicamente, en la capital de la alegría, el deporte y la salsa. Además, ha optado por hacer una especie de borrón y cuenta nueva. Sin espejo retrovisor ni facturas de cobro, mira al horizonte despojado de rencores y con optimismo.

La ciudad tiene urgencias inaplazables y resultaría imposible subsanarlas sin la unión de todos. Por ejemplo, con un Concejo en contra no será posible obtener prontos resultados. Éder debe sacar adelante su plan de gobierno sin claudicaciones y menos dádivas, que incluye desde el mejoramiento del medio ambiente y las empresas públicas de servicios que otrora fueron ejemplo para Colombia, hasta la crisis de seguridad que amerita inmediatas reacciones para evitar que este cáncer continúe carcomiendo el bienestar de los ciudadanos.

A su turno, el servicio de transporte MIO, que está a punto de liquidación, tiene que reinventarse, so pena de convertirse en el fracaso más grande en la historia de la Sultana del Valle. Allí entra a jugar un papel predominante el tren de cercanías, que no debe tener más tropiezos. Cali además tiene sed y el problema del agua, en caso de no solucionarse, significará un racionamiento absurdo en esta ciudad llamada de los siete ríos. Por otra parte, las obras públicas pendientes se suman a los desafíos de movilidad y de calidad de vida.

Dejemos para una próxima columna lo referente a salud, educación y vivienda, que son también ingentes necesidades de la tercera ciudad de Colombia.

QOSHE - Éder y la reconciliación - Mario Fernando Prado
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Éder y la reconciliación

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03.11.2023

La inmensa votación que obtuvo Alejandro Éder le habría servido para imponer un gobierno autoritario y autocrático, pero no: con más de 90.000 votos de diferencia sobre su adversario, prefirió hacer un llamado a la reconciliación de los caleños que se estaban polarizando peligrosamente como secuela del falsamente llamado estallido social que dividió a la ciudad.

Esta invitación reconciliatoria de tender la mano a sus antagonistas significa que Cali puede tomar de nuevo el rumbo de la solidaridad y el civismo que la caracterizaron hace varios........

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