De récord Guinness anda esta negrita que lleva 55 años apareciendo en la prensa regional y nacional sin prisa y sin pausa, porque día a día nos deleita con sus comentarios y hace ya parte de nuestra cotidianidad.

No se trata de una caricatura de esas que comentan con sorna, picaresca y mala leche diarios acontecimientos políticos de nuestro mundillo político y que ponen en calzas prietas a sus protagonistas. Nieves –al igual que Aleida– tiene su propia vida y ello le ha dado el carácter y la personalidad que le ha permitido mantenerse por más de medio siglo. Pasó de ser una mucama ocurrente con una gran inteligencia artificial –como llaman ahora– a una aventajada egresada de la Universidad de la Vida con grado summa cum laude en el difícil arte de detener el tiempo en un dibujo en el que habla una espigada figura, opina de lo divino y de lo humano e impacta con unos dardos asertivos francamente antológicos.

Su progenitora es una caleña muy orgullosa de 92 años que ha sabido reírse y burlarse de la vida. Con su personaje, a una manera ventrílocua, nos habla del diario vivir al punto de que es lectura obligada y coleccionable por miles de personas que siempre nos detenemos a ver con qué ocurrencia sale cada 24 horas.

Los personajes que le rodean son Hetor, su novio eterno; Pandeyuco, una señora muy enseñorada y jodona; un gato que se mete en todas partes y otras gentes producto de su delirante imaginación. Y, hay que decirlo, si algo caracteriza a Nieves es que vive actualizada, aunque no así su madre putativa que detesta los computadores y los celulares y hasta el ruido de los teléfonos fijos cuando les da por timbrar.

Consuelo Lago forma parte de una saga artística con raíces españolas por parte de padre y una caleña raizal por cuenta de su madre y es hermana de la pianista Pilar y del recientemente fallecido arquitecto Manolo Lago Franco. Actualmente chupa frío en la nevera bogotana, lo que ha tornado rucia a su negrita y en estos momentos es noticia no solo por su efeméride sino por un bellísimo libro que le ha editado Benjamín Villegas, también de cumpleaños, como un merecido homenaje a este pan nuestro de cada día.