Alguien debería declarar al no siempre noble arte de contradecir como deporte nacional. Eso sí, como lo patentó Cochise, después de la envidia y luego de la actividad entrenada y disciplinada de hablar mal de Petro.

De las dos últimas tenemos tanta documentación e ilustración que, si no fuera por el primero, no admitirían discusión. Pero lo nuestro es llevar la contraria, así atengamos que buscarle cinco patas al gato o levantar el dedo grande de la estulticia para tapar la luz del sol. El recuento que se hace por estos días de hechos y personajes del año es una muestra palpable de ello.

Sería hasta divertido si no fuera porque este año se pasó tan rápido que parece que no hubiéramos avanzado. Si Einstein nos hubiera conocido, quizás hubiese dudado un poco de su teoría de relatividad en lo atinente al tiempo. Decía el genio que el tiempo transcurre más despacio cuando un cuerpo es objeto de una fuerza gravedad más grande, pero aquí sucede al contrario. Atornillados como estamos a la fuerza del pasado, no solo no queremos ir hacia adelante, sino que nos queremos hundir en el suelo, víctimas de esa atracción fatal que suscitan algunos líderes y algunas creencias. Si no es con nosotros no es con nadie, repiten los palafreneros, a mala hora llegados a la política, mientras seguimos dilapidando años y generaciones de manera inmisericorde.

No es exagerado decir que este año no pasó nada sublime, nada histórico, nada memorable en la política, ni en la economía, ni siquiera en el deporte, salvo en esa disciplina de contradecir. Solo asuntitos de poca monta para hacer parecer que existimos.

No pasaría nada si en el futuro alguien decidiera y ojalá a nadie se lo ocurra (pero no faltará quien se empecine en lo contrario), borrar el 2023 de los anales de la historia, siguiendo el ejemplo del emperador Otto y Silvestre II, quienes eliminaron 300 años para poder presenciar el paso del primer milenio.

Que ese sea nuestro consuelo, a pesar de lo que digan los documentos de identidad: que tenemos un año menos, porque, por culpa de los contradictores de oficio, este año no existió porque como reza el refrán, no se hizo nada… así muchos no estén de acuerdo.

@marioemorales

QOSHE - El año fantasma - Mario Morales
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El año fantasma

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20.12.2023

Alguien debería declarar al no siempre noble arte de contradecir como deporte nacional. Eso sí, como lo patentó Cochise, después de la envidia y luego de la actividad entrenada y disciplinada de hablar mal de Petro.

De las dos últimas tenemos tanta documentación e ilustración que, si no fuera por el primero, no admitirían discusión. Pero lo nuestro es llevar la contraria, así atengamos que buscarle cinco patas al gato o levantar el dedo grande de la estulticia para tapar la luz del sol. El recuento que se hace por estos días de hechos y personajes........

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