Pocas palabras tan manoseadas en nuestro entorno como esa de la confianza, de la que hoy todo el mundo habla como paliativo a las crisis económica, política, energética y de orden público en el país, para disimular que no tienen ni idea de qué hacer, salvo oponerse, pero especialmente para ocultar que frente a esos retos muchos de quienes la invocan no solo tuvieron la opción de cambiar el rumbo, sino que son responsables del estado actual. Esas crisis no se dan por generación espontánea, pero tal vez, y para estar a tono con ellos, no se tuvieron confianza.

Pero no estamos hablando de lo mismo. Para algunos politiqueros, por ejemplo, la confianza se traduce en “hagámonos pasito”, para los privilegiados proverbiales es “a nosotros, déjenos quietos” y para algunos clientelistas es “cambiemos algunos detallitos”, porque todo tiempo pasado fue mejor…

Confianza es para otros poner los huevos en todas las canastas, participar de los diálogos y, al mismo tiempo, estar presentes en las comisiones de reformas y disparar bilis desde las trincheras de las redes.

Confianza es simular capacidad de adaptación al cambio, siempre y cuando sea “a mi manera”.

Confianza es para otros más sostenerse con jugaditas, o a las malas, al frente de sus partidos mientras despotrican como auténticos profetas del desastre para ofrecerse, los muy desprendidos, a recomponer las ruinas de la nación.

Confianza es, como quieren los violentos, jugar al “todos ponen” para alzarse con el botín aun sin tener pretexto.

Confianza es lanzar la piedra y esconder la mano, mientras se acude a toda suerte de chantajes para lograr exención de impuestos, quórum como cualquier congresista oportunista o para no bloquear ilegalmente la ciudad con taxis.

Claro, hace falta contundencia, claridad y coherencia del Gobierno sobre su accionar para distanciarse del reclamo de confianza entendido como “quítate tú para ponerme yo, aunque sepa menos que tú, pero he estado aquí más tiempo que tú, lo que me da más derecho que a ti” a ser depositario de la tan anhelada confianza, esa frase que ya amenaza con sustituir la retahíla de la otrora manida y hueca oración de la tan anhelada paz.

@marioemorales

QOSHE - La tan anhelada confianza - Mario Morales
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La tan anhelada confianza

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22.11.2023

Pocas palabras tan manoseadas en nuestro entorno como esa de la confianza, de la que hoy todo el mundo habla como paliativo a las crisis económica, política, energética y de orden público en el país, para disimular que no tienen ni idea de qué hacer, salvo oponerse, pero especialmente para ocultar que frente a esos retos muchos de quienes la invocan no solo tuvieron la opción de cambiar el rumbo, sino que son responsables del estado actual. Esas crisis no se dan por generación espontánea, pero tal vez, y para estar a tono con ellos, no se tuvieron........

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