Si bien el woke surgió como una alerta a la discriminación dentro de los negros en Estados Unidos, el término evolucionó más allá de lo racial para abarcar todo tipo de presuntas injusticias en temas sociales y políticos. Los woke consideran que, al ocupar un pedestal moral superior, tienen el derecho de imponer sus ideas progresistas -por difusas y vagas que sean- sobre el resto de la humanidad. En pocas palabras, los woke se han convertido en una “policía de la palabra”, cuya misión es descalificar a todos aquellos que perciben como misóginos, homofónicos o racistas. Especializados en una figura conocida como la de la “cancelación” (que en esencia es un boicot social y profesional, generalmente a través de las redes sociales) los woke no perdonan a los individuos que presumiblemente rebasan las líneas morales que ellos han trazado.

Para Jean-François Braunstein, profesor de filosofía en la Universidad de París, en una entrevista publicada en el diario El Mundo de España, “(Woke) es la primera religión que se enseña en las universidades. Desde el siglo XIX, este ha sido siempre el lugar de la tolerancia y la libertad de opinión, y hoy la mayoría están dominadas por esta religión woke. Evoca lo que llamamos el “gran despertar religioso”. Y es una religión sin perdón en la que el hombre blanco, colonialista, es culpable siempre de oprimir a las víctimas eternas. La libertad de discusión, la búsqueda de la verdad y el conocimiento objetivo están en cuestión. Es un ataque determinado a las luces, la herencia del conocimiento y la cultura occidental”. El epicentro de la religión woke son las universidades élites de Estados Unidos llamadas las “Ivy League”, ocupando la Universidad de Yale un lugar principal. En reciente artículo en el Wall Street Journal, el autor Rob Henderson deja ver la enorme hipocresía que permea a Yale en la que hay más estudiantes que vienen de hogares en el 1 % más rico de la sociedad, que del 60 % más pobre. Esta élite estudiantil, que aboga por desfinanciar y reducir el número de policías, no sufre la inseguridad que afecta a los estratos más bajos de la sociedad. La élite estudiantil también aboga por mayor permisividad en el uso de las drogas, no obstante que es precisamente el uso y abuso de las drogas lo que más afecta a los pobres. La crema estudiantil habla maravillas de los matrimonios abiertos, el servicio militar y las escuelas vocacionales, pero cuando se les pregunta si piensan tener un matrimonio abierto, ser parte de las fuerzas armadas o mandar a sus hijos a escuelas vocacionales, discretamente dejan entrever que esto es para la plebe. La élite estudiantil de Yale predica la igualdad, pero existe la certeza de que estas élites jamás cederían un cupo de sus hijos en Yale a un integrante del gueto. Entre la religión dogmática de los woke, y el populismo de la extrema derecha, el futuro luce sombrío.

Apostilla: ¿Qué clase de polen circulará en Washington D. C., que transforma a sus habitantes en majaderos? Afortunadamente para Biden, a su asesor Juan Cárdenas, después de permitirle a Maduro burlarse sin clemencia de EE. UU., lo renunciaron. Otro simplón que debe renunciar es Luis Almagro, secretario de la OEA, que no tiene ni idea si se está yendo o si se está viniendo.

QOSHE - La flagrante hipocresía de los woke - Mauricio Botero Caicedo
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La flagrante hipocresía de los woke

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18.02.2024

Si bien el woke surgió como una alerta a la discriminación dentro de los negros en Estados Unidos, el término evolucionó más allá de lo racial para abarcar todo tipo de presuntas injusticias en temas sociales y políticos. Los woke consideran que, al ocupar un pedestal moral superior, tienen el derecho de imponer sus ideas progresistas -por difusas y vagas que sean- sobre el resto de la humanidad. En pocas palabras, los woke se han convertido en una “policía de la palabra”, cuya misión es descalificar a todos aquellos que perciben como misóginos, homofónicos o racistas. Especializados en una figura conocida como la de la “cancelación” (que en esencia es un boicot social y profesional, generalmente a través de las redes sociales) los woke no perdonan a los individuos que presumiblemente rebasan las líneas........

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