¿Por qué el programa Bogotá sin Hambre, del exalcalde Lucho Garzón —de izquierda, como Petro—, fue un éxito, pero en el primer año de este gobierno la desnutrición aguda en menores de cinco años, según datos del Instituto Nacional de Salud, aumentó 14,29 % y el programa Hambre Cero no despega?

Hay dos razones: porque ese programa —vital para eliminar el hambre, la pobreza y el atraso futuro del país— no ha tenido líder en este gobierno, luego de que hace un año se retirara por razones de salud César Giraldo, y porque el presidente Petro no lo ha tomado en sus manos, como lo hicieron Lula en Brasil con su programa Hambre Cero y Lucho Garzón en su alcaldía que tuvo como eslogan: “Bogotá sin indiferencia”.

Justamente ese empeño de Lucho por hacer de la capital una ciudad sin indiferencia y por dirigir personalmente Bogotá sin Hambre fueron los factores que condujeron al éxito de ese programa, que disminuyó la desnutrición aguda del 6,3 % al 4,8 % y la desnutrición crónica del 15,4 % al 12,6 %.

Según Eduardo Díaz Uribe, coordinador del programa Bogotá sin Hambre en la alcaldía de Lucho, en la capital se consolidaron dos alianzas: una pública del Distrito y la Nación, y una privada en la que participaron las cajas de compensación, algunas ONG y el Banco Arquidiocesano de Alimentos. Además, se logró que todos marcharan al unísono hacia esa meta común: reducir al máximo el hambre y la desnutrición en la capital.

Por eso se pudo nutrir diariamente a más de un millón de personas y se logró que las entidades públicas distritales alimentaran todos los días a una población de 717.513 personas, integrada por niños, adultos mayores y discapacitados, con lo cual superaron en un 115 % la meta propuesta.

En la alcaldía de Lucho la coordinación del programa Bogotá sin Hambre tuvo un grupo de 20 profesionales que asumieron la tarea de convocar, organizar y alinear a las entidades públicas y privadas con responsabilidades en el tema y a aquellas que pudieran contribuir en la lucha contra el hambre en la ciudad. Sin embargo, esa coordinación no manejó recursos. “Ellos permanecieron en las secretarías de Salud y Educación, Bienestar Social, etc.”, dice Eduardo Díaz. “El gran esfuerzo fue lograr que esas entidades y las alcaldías locales orientaran sus recursos hacia ese propósito colectivo. Y eso tuvo que ver con el compromiso del alcalde, basado en la cooperación”, agrega.

El excoordinador de Bogotá sin Hambre explica cómo trabajaban: “Llegábamos a un barrio, estaba el cura con su olla comunitaria, había señoras que hacían actividades con los niños, se escogía con la comunidad el sitio para hacer un comedor comunitario, la gente trabajaba en su adecuación. Luego enviábamos a las cajas de compensación a trabajar con la junta de acción comunal para que capacitara a la comunidad y en un par de años pudiera contratar directamente, y buscamos al Banco de Alimentos, que dirigía el padre Saldarriaga; todavía lo dirige. Fuimos buenos aliados del padre. No nos inventamos nada. Trabajamos con base en lo que había. Cuando nos retiramos dejamos eso armado. Pero después llegó Samuel Moreno, le cambió el nombre al programa, le puso Bogotá Bien Alimentada, les entregó la contratación a unos contratistas vagabundos y se las quitó a las comunidades”, concluye Díaz.

Así terminó ese programa bandera. ¿No será que Petro, si dejara el mesianismo, podría revivirlo?

www.patricialarasalive.com, @patricialarasa

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¿Los niños seguirán padeciendo desnutrición, presidente?

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09.02.2024

¿Por qué el programa Bogotá sin Hambre, del exalcalde Lucho Garzón —de izquierda, como Petro—, fue un éxito, pero en el primer año de este gobierno la desnutrición aguda en menores de cinco años, según datos del Instituto Nacional de Salud, aumentó 14,29 % y el programa Hambre Cero no despega?

Hay dos razones: porque ese programa —vital para eliminar el hambre, la pobreza y el atraso futuro del país— no ha tenido líder en este gobierno, luego de que hace un año se retirara por razones de salud César Giraldo, y porque el presidente Petro no lo ha tomado en sus manos, como lo hicieron Lula en Brasil con su programa Hambre Cero y Lucho Garzón en su alcaldía que tuvo como eslogan: “Bogotá sin indiferencia”.

Justamente ese empeño de Lucho por hacer de la capital una ciudad sin indiferencia y por dirigir personalmente Bogotá sin Hambre fueron los........

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