Hasta ayer el ELN liberó a Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Luis Díaz. Permaneció 12 días secuestrado y su familia y Colombia estuvieron en ascuas.

El ELN debe liberar, también, a los demás secuestrados. Este proceso no aguanta más que los elenos continúen dialogando de paz y de participación de la sociedad, y secuestrando al mismo tiempo, con el argumento de que necesitan financiarse. Tienen que hacer algo distinto a secuestrar para solucionar sus finanzas. El secuestro es uno de los delitos más crueles. Implica un chantaje emocional de dimensiones criminales.

El país está hastiado de los secuestros, cuyas cifras, por desgracia, han aumentado enormemente en el último año. No sería raro que se gestara otra marcha como la de 2008.

Por si los elenos no lo recuerdan, el 4 de febrero de ese año se produjo una multitudinaria marcha contra el secuestro, a la que asistieron millones de personas. Colombia estaba desesperada con los secuestros de las FARC y enfurecida con ellas. Esa rabia de los colombianos contra las FARC les hizo un daño político inmenso, del cual no se recuperan después de siete años de firmado el Acuerdo de Paz.

Señores del ELN, no sigan cometiendo los mismos errores. La reciente afirmación de Antonio García, jefe del ELN, sobre el secuestro del padre de Luis Díaz, cuando dijo que “las acciones para conseguir economía no son violatorias al cese al fuego ni a sus protocolos”, es de una torpeza inmensa tanto jurídica como política. Por una parte, como bien lo explicó Daniel García-Peña en su última columna de El Espectador, “el acuerdo estipula que tiene como marco de referencia común el derecho internacional humanitario (DIH), en particular el Protocolo II de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra, cuyo propósito central es proteger a la población no combatiente y que explícitamente prohíbe la «toma de rehenes». Por otra parte, la torpeza política de la afirmación de Antonio García es infinita porque la gran mayoría de los colombianos jamás entenderemos que diga que el secuestro del señor Díaz fue un “error” por tratarse del padre de “un símbolo de Colombia”, en lugar de decir que fue un error porque el secuestro es un delito abominable que el ELN se compromete a no repetir.

Como bien lo dijo Daniel García-Peña en la misma columna, “más allá de los debates jurídicos, el secuestro (…) tiene profundas implicaciones políticas”. Y agregó: “No sé cuánto dinero el ELN pensaba sacarle al padre de Lucho o cuánto logran recaudar en sus tantas «misiones económicas», pero les puedo asegurar que el costo político de persistir en tan innoble práctica es muchísimo mayor que la ganancia económica. La credibilidad política del ELN es aún más crucial hoy, justo cuando está convocando a la sociedad para ser protagonista central de la paz. Si efectivamente quiere poner en práctica ese cometido, debe escuchar a la sociedad colombiana, que de manera amplia y contundente rechaza el secuestro”.

Más claro no se puede decir. Aparte de que Luis Manuel Díaz tenía que ser liberado sin dilaciones, la mesa de diálogo debe continuar con el compromiso del ELN de no secuestrar más y con la búsqueda del Estado de alguna financiación, como lo propuso en 2006 el entonces presidente Uribe, para que, mientras se adelanta la negociación de paz con el ELN, esa guerrilla tenga su manutención garantizada sin acudir al secuestro.

Cualquier otra salida sería poco realista.

www.patricialarasalive.com, @patricialarasa

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ELN, ¡no más secuestros!

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10.11.2023

Hasta ayer el ELN liberó a Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Luis Díaz. Permaneció 12 días secuestrado y su familia y Colombia estuvieron en ascuas.

El ELN debe liberar, también, a los demás secuestrados. Este proceso no aguanta más que los elenos continúen dialogando de paz y de participación de la sociedad, y secuestrando al mismo tiempo, con el argumento de que necesitan financiarse. Tienen que hacer algo distinto a secuestrar para solucionar sus finanzas. El secuestro es uno de los delitos más crueles. Implica un chantaje emocional de dimensiones criminales.

El país está hastiado de los secuestros, cuyas cifras, por desgracia, han aumentado enormemente en el último año. No sería raro que se gestara otra marcha como la de 2008.

Por si los elenos no lo recuerdan, el 4 de febrero de ese año se produjo una multitudinaria marcha contra el secuestro, a la que........

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