A falta de “paz total” vivimos en la inseguridad total. O por lo menos así nos sentimos los más de dos millones de afiliados a Compensar, una EPS que me ha prestado un servicio del cual no tengo queja. Sólo en las últimas semanas se demoró un poco el suministro de medicamentos. Pero, por lo menos hoy, tengo garantizados tres meses de inyecciones para controlar la diabetes. Y pasado ese tiempo, ¿qué voy a hacer? ¿A quién voy a acudir? A pesar de que he sido una privilegiada, como ya soy mayor de 70 años, no hay aseguradora privada que me asegure. Y lo que ha dicho el presidente Petro es que, una vez liquidada una EPS (Compensar pidió su liquidación voluntaria), sus afiliados pasarán a otra que también quebrará. ¡Vaya forma de tranquilizarnos!

Lo que los ciudadanos esperamos del presidente es que sea una especie de padre que nos dé tranquilidad, seguridad y certezas. Pero hoy, en Colombia, ocurre exactamente lo contrario: el presidente nos genera intranquilidad, inseguridad e incertidumbre.

Y no estoy refiriéndome únicamente al servicio de salud, que es el más sensible porque determina en gran parte la vida o la muerte de la gente. Me refiero a muchos temas más. Las cosas, las empresas, los servicios, las fuentes de ingresos, que son tan difíciles de armar y de hacer que funcionen, se desbaratan de un plumazo sin que se tenga listo un plan sustituto.

En estos casos no sirven los planes y la carreta sino los hechos.

En estos días no hemos hecho más que oír al Gobierno decir que la salud colapsó y culpar a los demás de esa situación. Pero, ante este hecho que, como tanto lo han dicho, se veía venir, ¿cuál es el plan de emergencia que tiene preparado el Gobierno para atender la salud de los colombianos? Han dicho que van a instaurar la salud preventiva, que van a llevarla a los lugares más recónditos, etc. Eso está muy bien. Pero mañana, o en un mes, o en tres, ¿quién se va a ocupar de los pacientes de Compensar que tienen cáncer, diabetes, o necesidad de diálisis? Y ¿qué capacidad operativa, no de carreta, tiene el estado para atender ya a esos pacientes afiliados a Sanitas o a la Nueva EPS, intervenidas la semana pasada?

Y en el caso del presupuesto de la nación, dentro de cinco o siete años, cuando se nos haya acabado el petróleo y no hayamos explorado más, ¿cómo se va a reemplazar esa principal fuente de ingresos del país? ¿Con turismo? ¿Y qué tan avanzada va la construcción de las carreteras y de la infraestructura que se necesita para que el turismo crezca a los niveles que se requiere, con el fin de que genere ingresos similares a los del petróleo? Además, ¿cómo va a garantizar el Gobierno que, en esos territorios paradisíacos como el Chocó o el Tayrona, por ejemplo, reine la tranquilidad que los turistas necesitan para visitarlos en paz?

¿Y cómo va a el proceso de reemplazo de las energías fósiles por energías limpias? Lo que se sabe es que algunos proyectos de generación de energía eólica están a punto de colgar la toalla, aburridos por el sinnúmero de obstáculos que se les atraviesan en el camino.

Y, finalmente, ¿de la seguridad qué nos dice el Gobierno? También lo que se sabe es que está en cuidados intensivos, como lo está la salud. Y si a ello le sumamos que vamos a tener el agua racionada y, posiblemente, la luz también, lo que da es un deseo loco de salir corriendo.

Nota: Una buena noticia: el nombramiento de Daniel García Peña como vicecanciller; va a desempeñar un gran papel.

www.patricialarasalive.com

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La inseguridad total

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12.04.2024

A falta de “paz total” vivimos en la inseguridad total. O por lo menos así nos sentimos los más de dos millones de afiliados a Compensar, una EPS que me ha prestado un servicio del cual no tengo queja. Sólo en las últimas semanas se demoró un poco el suministro de medicamentos. Pero, por lo menos hoy, tengo garantizados tres meses de inyecciones para controlar la diabetes. Y pasado ese tiempo, ¿qué voy a hacer? ¿A quién voy a acudir? A pesar de que he sido una privilegiada, como ya soy mayor de 70 años, no hay aseguradora privada que me asegure. Y lo que ha dicho el presidente Petro es que, una vez liquidada una EPS (Compensar pidió su liquidación voluntaria), sus afiliados pasarán a otra que también quebrará. ¡Vaya forma de tranquilizarnos!

Lo que los ciudadanos esperamos del presidente es que sea una especie de padre que nos dé tranquilidad, seguridad y certezas.........

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