En 1983, productores de Nueva York le propusieron a Álvaro Restrepo, hoy director del Colegio del Cuerpo, que actuara como modelo en un comercial. Con él se proponían producir un impacto tal que se redujera el consumo de drogas. Su idea era utilizar recursos técnicos que en Colombia no existían, para mostrar a un muchacho sano cuyo rostro se fuera desfigurando.

“Toda la producción se llevó a cabo en los Estados Unidos y tuve que soportar un proceso de maquillaje bastante tortuoso de diecisiete horas ininterrumpidas; al final (…) terminé completamente agotado”, contó Restrepo en Revista SoHo.

El resultado fue un comercial impresionante: en él, el rostro de Restrepo, que aparece al comienzo como un joven sano, con pinta de nerdo, de pelo corto, casi sonriente, cambia al ritmo de un marcador que suena como el palpitar de un corazón que se acelera. Entonces, en el octavo segundo, el joven empieza a verse más viejo, despeinado, con el cabello más largo, la barba y el bigote que se le asoman en desorden, los ojos desorbitados y la ansiedad y la angustia in crescendo reflejadas en su rostro. De pronto, con un efecto especial, en el segundo 12, aparece una especie de explosión que desbarata su cara y una voz que dice: “la droga destruye tu cerebro. Por la dignidad del hombre, no consuma droga. Banco Cafetero”. Así, en 19 segundos, se generaba un impacto tal en los televidentes, que recuerdo que mi hijo mayor, que entonces tenía 11 años, me dijo una vez, luego de haber visto en varias ocasiones la cuña: “Yo por eso nunca probaré la droga, mamá”. Y así ha sido.

Cuento esta historia a raíz del escándalo que se ha armado porque el gobierno de Petro derogó el decreto que el expresidente Duque expidió prohibiendo el “porte y consumo incluso de dosis mínima en parques de Colombia” y otros sitios, lo cual contradijo la sentencia del magistrado Carlos Gaviria Díaz (q.e.p.d) de la Corte Constitucional en la que se garantiza el libre desarrollo de la personalidad.

Este escándalo no sólo es absurdo, porque es evidente el daño que la ilegalidad de la droga le ha causado al país que, por esa lucha, ha perdido tantos líderes y servidores públicos valiosos; ha sufrido la corrupción de muchas de sus instituciones y ha generado en los colombianos un enorme deterioro de sus valores, sino que también es ridículo. Porque miren cómo consiguen muchos la droga hoy: le escriben un chat a su jíbaro de cabecera encargándole que le mande equis droga (marihuana, cocaína, heroína, ácido, etc.) y, minutos más tarde, un mensajero de Rappi, que no sabe qué contiene el paquete, toca a la puerta de la vivienda de quien quiere consumir y le entrega el matute. Para enviarlo, el jíbaro sólo ha tocado la opción Rappifavor, luego ha oprimido la que dice “Recoger algo y entregarlo” y ha escrito la dirección del punto de recogida y del punto de entrega. ¡Y ya!

De modo, señores de la oposición, ¡déjense de pendejadas! Y, presidente Petro, lo que se requiere es que desarrolle una inmensa campaña masiva, eficaz y permanente, para prevenir el consumo de drogas que contemple, también, que en todos los colegios sea obligatorio que los estudiantes tomen una cátedra sobre prevención. Y otra idea, presidente: ¿por qué no rescata ese comercial de Álvaro Restrepo y lo hace pasar durante mucho tiempo por todos los canales y redes del país?

Véalo no más:

Es que lo que es muy grave es liberar la droga y no prevenir su consumo.

www.patricialarasalive.com

@patricialarasa

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Pilas con la prevención del consumo de drogas, presidente Petro

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15.12.2023

En 1983, productores de Nueva York le propusieron a Álvaro Restrepo, hoy director del Colegio del Cuerpo, que actuara como modelo en un comercial. Con él se proponían producir un impacto tal que se redujera el consumo de drogas. Su idea era utilizar recursos técnicos que en Colombia no existían, para mostrar a un muchacho sano cuyo rostro se fuera desfigurando.

“Toda la producción se llevó a cabo en los Estados Unidos y tuve que soportar un proceso de maquillaje bastante tortuoso de diecisiete horas ininterrumpidas; al final (…) terminé completamente agotado”, contó Restrepo en Revista SoHo.

El resultado fue un comercial impresionante: en él, el rostro de Restrepo, que aparece al comienzo como un joven sano, con pinta de nerdo, de pelo corto, casi sonriente, cambia al ritmo de un marcador que suena como el palpitar de un corazón que se acelera. Entonces, en el........

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