Que la elección como alcalde de Tunja de Mikhail Krasnov, ciudadano ruso nacionalizado en Colombia, haya causado ese revuelo mediático se entiende perfectamente. Se trata de una rareza que despierta enorme curiosidad. Por qué vino a estos lares, por qué precisamente a Tunja y qué lo llevó a lanzarse a la política son preguntas que el profesor Krasnov ha contestado con esa llaneza suya que produce simpatía en quien lo escucha y que sin duda incidió en que la ciudadanía de Tunja lo haya elegido. Y no de cualquier manera: Krasnov le ganó por casi 10.000 votos al candidato de Carlos Amaya, John Ernesto Carrero, y además invirtiendo un mínimo de dinero en su campaña. Impresionante.

Que el profesor Krasnov sea ruso creo que le dio puntos. Y no sólo porque en este país nos solemos descrestar con todo lo extranjero, como quedó demostrado en la vergonzosa entrevista que le hizo Yamid Amat en su noticiero, donde no sólo lo trató como una atracción de circo, sin ninguna seriedad, sino que lo puso a decir la misma frase en cada uno de los idiomas que Krasnov conoce. El desconcertado profesor accedió a hacerlo, en un gesto amable, y también a contestar la misma tonta pregunta formulada varias veces, pero el entrevistador producía pena ajena. Es en otro sentido que creo que le favoreció ser ruso: él ha hecho mucho énfasis en que en Europa —él vivió muchos años en Berlín— el político asume su tarea de forma distinta, como un servicio social y “un trabajo más”. Y no llena —nos dice— las calles y las carreteras de su región con vallas que convierten su candidatura en un mercado. “Acá la corrupción es norma social —afirmó Krasnov en entrevista para El Espectador— y la honestidad es patología; todo al revés”. Sería este el primer mensaje que recibió la ciudadanía tunjana: un extranjero, que se formó en otra cultura política, podría hacer las cosas de manera muy distinta a la de los políticos locales. Y eso ya es una esperanza.

Lo otro que parece haberlos ilusionado con un cambio es que sea un hombre culto y preparado. El profesor Krasnov tiene cuatro posgrados y habla cinco idiomas. Tal vez sea cierta la hipótesis de María Teresa Ronderos, que incluye a Krasnov: “En Colombia pasa también algo muy sui géneris. A veces, a los ciudadanos les da por lanzarse a escoger a alguien nuevo que sacuda el sistema de castas y clanes, pero no escogen a un Bukele, un Milei ni un Quintero. Escogen a un sabio, un filósofo-matemático como Mockus o un doctor en matemáticas como Fajardo…”. Eso habla, según Ronderos, de nuestra fe en la educación, que no ha podido ser derrotada por la cultura mafiosa del narcotráfico. No olvidemos que Tunja es una ciudad universitaria y, por tanto, con una población joven, deliberativa y con sentido crítico. Pero que, según datos de Colombia Visible, se ve obligada a migrar en un 90 % porque en la ciudad no hay oportunidades laborales.

Habrá que ver si Krasnov logra, como se propone, sortear su propia impericia y además la burocracia y la politiquería. Ya tuvo que hacer una primera concesión, con miras al triunfo: buscar el aval de un partido, y este resultó ser el de Roy Barreras. Si lo logra, nos habrá dado una lección a todos y Tunja se lo agradecerá.

QOSHE - El ruso - Piedad Bonnett
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El ruso

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12.11.2023

Que la elección como alcalde de Tunja de Mikhail Krasnov, ciudadano ruso nacionalizado en Colombia, haya causado ese revuelo mediático se entiende perfectamente. Se trata de una rareza que despierta enorme curiosidad. Por qué vino a estos lares, por qué precisamente a Tunja y qué lo llevó a lanzarse a la política son preguntas que el profesor Krasnov ha contestado con esa llaneza suya que produce simpatía en quien lo escucha y que sin duda incidió en que la ciudadanía de Tunja lo haya elegido. Y no de cualquier manera: Krasnov le ganó por casi 10.000 votos al candidato de Carlos Amaya, John Ernesto Carrero, y además invirtiendo un mínimo de dinero en su campaña. Impresionante.

Que el profesor Krasnov sea ruso creo que le dio puntos. Y no sólo porque en este país nos solemos descrestar con todo lo........

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