En 2017 se fundó una coalición política llamada la Lista de la Decencia o Decentes, un nombre que, por una parte, sugería que todos sus miembros eran impolutos y, por otra, entrañaba, a mi ver odiosamente, un mensaje de superioridad moral: “somos los decentes, los demás no”. Su gran líder era Gustavo Petro. Hoy, siete años después, nos preguntamos si son decentes ciertas decisiones de Petro como presidente. La primera, el nombramiento de Armando Benedetti como embajador en la FAO, una posición que estaba vacante, por innecesaria, hace 25 años. Benedetti es el non plus ultra de la decencia: en la Corte Suprema de Justicia tiene ocho procesos, entre ellos uno por lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Pero a él no le importa, porque por ahora está blindado pues tiene un as bajo la manga. Así lo expresó de la manera más decente en conversación con Laura Sarabia en revelada junio de 2023: “En el momento en que yo diga quien dio la plata aquí en la Costa, yo sé que es esa mondá, tú que no sabes un culo de historia, lee cómo comenzó el hijueputa 8.000 y por qué empezó…”. Después de lanzar al aire acusaciones graves, como que “el señor Prada se robó todo el ministerio con la mujer”, concretó su amenaza, siempre en su decentísimo lenguaje: “No es mamando gallo, no es amenaza, porque tú me conoces (…) nos hundimos todos, nos acabamos todos, nos vamos presos, acabamos toda la hijueputa verga”. Todo eso coincidiendo con la pérdida de un dinero de Laura Sarabia, del que todavía no se sabe el monto ni la procedencia. El presidente ha vuelto a llamar a Laura a su lado, al Departamento de Prosperidad Social, por si acaso. Para garantizar el silencio es importante, parafraseando a Wim Wenders, tenerlos tan lejos, tan cerca.

Petro ha amparado también al suspendido canciller, el arrogante Álvaro Leyva, un elegantísimo bogotano que no habla como Benedetti, pero a quien se acusa de maltratar a sus empleados “hasta el punto de convertir la Cancillería en un infierno”, según dijo una fuente, y de gritar a las mujeres y desautorizarlas, como sucedió con Martha Lucía Zamora. Otro protegido es el señor Hollman Morris, que tiene varias acusaciones en su contra, como la de la periodista Carolina Valencia por acoso laboral, la de María Antonia García de la Torre por acoso sexual, y la de su exesposa Patricia Casas, por violencia intrafamiliar. En su momento, esta última declaró que Morris no cumplía con sus obligaciones económicas, que estaba enfrentando deudas, cobros jurídicos y hasta cortes de luz.

Otras acusaciones de acoso laboral han salido a la luz en el gobierno del cambio. Las de Jaime Dussán en Colpensiones; en el Ministerio de Salud, manejado por el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo, y en el Ministerio de Ciencia, dirigido por la ministra Yesenia Olaya. Estos abusos, hostigamientos y acosos no son, claro está, exclusivos del gobierno del Pacto Histórico. Han existido siempre. Lo que llama la atención es que los tolere, y de manera tan ostensible, un presidente que alguna vez pregonó: buscamos cambiar el futuro de nuestro país de manera Decente, con personas Decentes”.

QOSHE - La Lista de la Decencia - Piedad Bonnett
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

La Lista de la Decencia

10 1
18.02.2024

En 2017 se fundó una coalición política llamada la Lista de la Decencia o Decentes, un nombre que, por una parte, sugería que todos sus miembros eran impolutos y, por otra, entrañaba, a mi ver odiosamente, un mensaje de superioridad moral: “somos los decentes, los demás no”. Su gran líder era Gustavo Petro. Hoy, siete años después, nos preguntamos si son decentes ciertas decisiones de Petro como presidente. La primera, el nombramiento de Armando Benedetti como embajador en la FAO, una posición que estaba vacante, por innecesaria, hace 25 años. Benedetti es el non plus ultra de la decencia: en la Corte Suprema de Justicia tiene ocho procesos, entre ellos uno por lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Pero a él no le importa, porque por ahora está blindado pues........

© El Espectador


Get it on Google Play