A la campaña del alcalde electo Carlos Fernando Galán ingresaron donaciones del orden de $4.163’143.591, mientras que sus gastos habrían ascendido a $4.551’629.472. Confrontando estas cifras se advierte que sus arcas personales no se marchitaron, como sí les ocurrió a sus competidores, porque por cuenta de los 1’497.596 votos que obtuvo –la más alta votación en la historia– recibirá a título de reposición la suma de $4.142’350.536.

En efecto, de acuerdo con el artículo 20 de la resolución No. 4737 del 5 de julio de 2023 de la Registraduría: “la reposición no podrá ser superior a lo efectivamente gastado o al valor de los votos obtenidos, según sea el caso”.

Para no hacer farragosa la lectura de esta columna, la conclusión fácil es que, si se suma lo recibido a título de donaciones con lo que le entregarán por reposición de votos, Galán no gastó de su propio bolsillo un solo peso y, por el contrario, quedará multimillonario.

La cosa es sencilla. Si todo lo que “gastó” provino de donaciones cuantiosas, y si con la reposición de votos le van a entregar otros miles de millones, le sobrarán alrededor de un poco más de 3. 500 millones de pesos. Negocio jugoso. Eso contrasta con la situación de penuria que vivieron otros aspirantes, sobre todo aquellos que no alcanzaron el umbral del 3 % de votos, que es la llave para abrir las puertas del derecho a la reposición.

Con esas cifras se entiende la razón por la cual el “expreso Galán” de lejos resultó ser el ganador. Galán aprendió el oficio de beneficiarse por cuenta de las sumas y restas de una campaña política, en las que no siempre le fue tan bien, pues, al parecer, según un juicioso informe de Las2orillas, tuvo una experiencia negativa en su aspiración al Senado de 2022.

Galán dirá que ese desequilibrado sistema de financiación y reposición no lo inventó él y que así estaba al iniciarse la campaña. Es cierto, no le falta razón, pero a ningún hombre público le quedaría bien lucrarse a través de las maromas de una jornada electoral, menos aún a quien logró convencer a un millón y medio de ciudadanos con el discurso moralizante de la salvaguarda de los dineros públicos. Ya en el pasado asistimos a la desilusión de que otros candidatos que resultaron electos como alcaldes en la capital no se incomodaron con los millones que quedaron en sus cuentas luego de la aventura electoral, por ejemplo, Mockus.

Es evidente que el sistema está muy mal diseñado. No porque el Estado financie las campañas políticas –no a todas– sino porque no puede suceder que ningún candidato salga más rico o al menos con más dinero del que tenía antes de iniciarse la campaña. El auxilio que presta el Estado es eso, una ayuda para aliviar las pesadas cargas económicas que demandan los avatares políticos, lo que, dicho sea de paso, ha prostituido el ejercicio de la actividad política. Eso explica –que no justifica– que muchos alcaldes y gobernadores lleguen desaforados a repartir contratos entre los aportantes de sus campañas, para recuperarse del desastre económico que suele quedar luego de las intensas jornadas electorales. No hemos inventado algo seguro y transparente, no solo aquí sino en el resto del planeta, pues, para no ir muy lejos, en Francia el expresidente Sarkozy sigue enredado judicialmente por las maromas ejecutadas con la financiación de una de sus campañas.

La idea que justifica este sistema es que se democratice el acceso a los cargos de elección popular y no solo puedan hacerlo las gentes con plata. Por supuesto, la finalidad no es enriquecer a quienes sepan aprovecharse del juego.

Pero regresemos a nuestra dura realidad. El hombre del momento es el joven Galán, a quien ya algunos le vaticinan que será presidente, como a Claudia López. Lo veremos, aún falta que corra mucha agua debajo de los puentes. Pero las preguntas que deben absolverse son si ¿ sucumbirá Galán a la tentación de ingresar a sus bolsillos los dineros que le sobren ? ¿ Devolverá algo a sus donantes o al Estado o se abstendrá de recibir todo lo que le darían ?

Me resisto a creer que el hombre de las manos limpias, el más transparente y recto, como se promociona el mismo Galán, así no haya salido bien librado del episodio de su homofobia, se haga el de la vista gorda y tampoco se sienta incómodo con todo ese dinero que lo está esperando. Esto apenas empieza ¡amanecerá y veremos!.

Adenda. ¿ Pueden asegurarle al país los directores de la DIAN, UIAF, Unidad de protección y DNI que de sus oficinas no está saliendo información reservada de críticos y opositores como sus declaraciones de renta, para que sea usada judicial y extrajudicialmente en su contra?

notasdebuhardilla@hotmail.com

QOSHE - Las cuentas de Galán - Ramiro Bejarano Guzmán
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Las cuentas de Galán

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17.12.2023

A la campaña del alcalde electo Carlos Fernando Galán ingresaron donaciones del orden de $4.163’143.591, mientras que sus gastos habrían ascendido a $4.551’629.472. Confrontando estas cifras se advierte que sus arcas personales no se marchitaron, como sí les ocurrió a sus competidores, porque por cuenta de los 1’497.596 votos que obtuvo –la más alta votación en la historia– recibirá a título de reposición la suma de $4.142’350.536.

En efecto, de acuerdo con el artículo 20 de la resolución No. 4737 del 5 de julio de 2023 de la Registraduría: “la reposición no podrá ser superior a lo efectivamente gastado o al valor de los votos obtenidos, según sea el caso”.

Para no hacer farragosa la lectura de esta columna, la conclusión fácil es que, si se suma lo recibido a título de donaciones con lo que le entregarán por reposición de votos, Galán no gastó de su propio bolsillo un solo peso y, por el contrario, quedará multimillonario.

La cosa es sencilla. Si todo lo que “gastó” provino de donaciones cuantiosas, y si con la reposición de votos le van a entregar otros miles de millones, le sobrarán alrededor de un poco más de 3. 500 millones de........

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