Debe haber más de un funcionario de este gobierno mirando, entre desconfiado y atemorizado, las fotografías que hoy se exhiben en sus escritorios o en las paredes de sus oficinas, en las que cada quien aparece retratado el día de su posesión con un Petro sonriente. Ya deben saber que el presidente solo sonríe para muy pocas fotos, pues en los avatares de la vida diaria la cosa no es con amabilidad ni posando. Dureza, ingratitud y deslealtad son el trípode del que penden quienes optaron por servir al Estado en este cuatrienio accidentado.

Los ejemplos abundan, aunque solo llevemos 16 meses del gobierno de la Colombia Humana, porque ya son varios los funcionarios que han echado y les ha ido como a los perros en misa. El ruidoso despido de la Directora de la Agencia de Defensa Jurídica del Estado (ADJE) es patético. Ahora viene a saberse que, con ocasión del grotesco episodio de la contratación de los pasaportes, hacía un mes que le venían buscando un reemplazo porque, también apenas ahora, Petro soltó la especie maliciosa de las discrepancias sobre la forma en que se está llevando la defensa de la Nación por su abogada de cabecera. Hasta le habían ofrecido el cargo a un ex consejero de Estado, quien no aceptó seguramente porque presintió el riesgo.

Que hayan botado a una alta funcionaria de la manera como lo hizo Petro debe servirles de escarnio a todos los demás funcionarios que debieron quedar advertidos de que en cuanto se descuiden les pueden dar un portazo y dejarlos en la calle. En efecto, si eso le pasó a la escudera de Petro desde su tempestuosa alcaldía, nadie está a salvo.

Petro ha mostrado ser un amigo indescifrable. No quiere ello decir que todos los demás mandatarios sean agradecidos, porque a la hora de tomar una decisión trascendental por lo general aplastan al que se les atraviese, salvo que se trate de un “cacao” dueño de un medio de comunicación. Pero con Petro el denominador común no cambia: todo el que se va es por su culpa, no puede hacerlo en paz ni librarse de sospechas, porque apenas cae en desgracia –como en la Rusia bolchevique- lo van desplazando hasta descabezarlo de la nomenclatura y luego crucificarlo, para que cuando quede en el pavimento no tenga ni siquiera alientos de contar su versión.

Dijo Petro que tenía diferencias con su exsubalterna por la forma como estaba asumiendo la defensa de la Nación, y eso es un dardo envenenado que no puede quedar solamente para titulares de prensa. Si algo indebido hizo o dejó de hacer la funcionaria, el país tiene derecho a saberlo porque de por medio están los intereses del Estado; pero si no hay queja de su proceder, entonces es Petro quien debe explicar cuáles son sus modelos de contratación o defensa del erario, que aún no ha dado a conocer. Quienes contratan con entidades públicas, sean nacionales o extranjeros, y los funcionarios públicos que tienen que suscribir esos convenios no pueden andar a ciegas en un universo que solo conoce el jefe de Estado.

No dijo mucho Petro, pero sí dio a entender todo y en contra de quien supuestamente es su amiga. Gran desilusión debió llevarse porque le dieron tratamiento de enemiga y de estar favoreciendo intereses privados, por decir lo menos, y por eso la llamaron dos veces con una diferencia de cuatro horas a pedir su renuncia. Veremos si Procuraduría y Fiscalía pueden descifrar la urgencia sobre todo a raíz de un asunto que, como el de la licitación de los pasaportes, ya es una historia que parece no tener solución fácil ni buena.

Paradójico que la exdirectora de la ADJE –quien demostró que de boba no tiene un pelo porque además está cocinada en varias aguas bravas–, no se haya despedido del gobierno de Petro desde las escalinatas del palacio presidencial sino desde las del búnker del nuevo directorio político de la Fiscalía General de la Nación habitado por el jefe de la oposición, Francisco Barbosa, y su séquito de aduladores que se exoneran entre sí.

De este bochornoso incidente debe quedarles claro, al presidente y de ahí para abajo, que quien sea llamado a comandar la ADJE tiene que defender el erario, nunca al mandatario de turno. Y un consejo: tenga siempre lista su renuncia porque en ese ambiente de conspiración que se respira en la Casa de Nariño, será muy fácil que, sin saber la causa, de un día para otro lo expulsen de la nómina oficial. ¡Soldado avisado!

Adenda: “El ELN no hace secuestros, solo tiene prisioneros y retenidos” dice Antonio García. Solo le faltó decir que están de vacaciones.

notasdebuhardilla@hotmail.com

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Purga oficial

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10.12.2023

Debe haber más de un funcionario de este gobierno mirando, entre desconfiado y atemorizado, las fotografías que hoy se exhiben en sus escritorios o en las paredes de sus oficinas, en las que cada quien aparece retratado el día de su posesión con un Petro sonriente. Ya deben saber que el presidente solo sonríe para muy pocas fotos, pues en los avatares de la vida diaria la cosa no es con amabilidad ni posando. Dureza, ingratitud y deslealtad son el trípode del que penden quienes optaron por servir al Estado en este cuatrienio accidentado.

Los ejemplos abundan, aunque solo llevemos 16 meses del gobierno de la Colombia Humana, porque ya son varios los funcionarios que han echado y les ha ido como a los perros en misa. El ruidoso despido de la Directora de la Agencia de Defensa Jurídica del Estado (ADJE) es patético. Ahora viene a saberse que, con ocasión del grotesco episodio de la contratación de los pasaportes, hacía un mes que le venían buscando un reemplazo porque, también apenas ahora, Petro soltó la especie maliciosa de las discrepancias sobre la forma en que se está llevando la defensa de la Nación por su abogada de cabecera.........

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