En 2023, la economía creció menos del 1 % por el impacto negativo que tuvo la caída de las exportaciones de un 13 %, pero también porque no hubo una política pública activa que lo compensara. En efecto, las exportaciones que alcanzaron casi US$57.000 millones en 2022, terminaron en US$49.500 millones en 2023, debido a la caída en el precio del petróleo cuyas exportaciones representan más de la mitad del total. El efecto multiplicador de las exportaciones fue entonces bastante menor sobre el producto total de la economía y explica la debilidad del crecimiento.

El gasto público primario que se define como el total ejecutado por el Gobierno central, pero excluye los pagos de intereses de la deuda pública, representó el 19,1 % del PIB en 2023 y se proyecta que alcanzará el 20 % al final del presente año, lo que puede apoyar un poco más el crecimiento; sin embargo, no parece que va a tener un impacto fuerte sobre el desarrollo del país. El crecimiento económico en 2024 será del 1,4 %, según la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), algo mejor que el de 2023, pero apenas compensa el crecimiento de la población, es decir que, en términos del ingreso por habitante del país, persiste el estancamiento en los últimos dos años, algo de lo cual no puede jactarse el Gobierno.

La deuda pública externa del país, entretanto, alcanzó US$113.000 millones en 2023, equivalente al 31 % del PIB, con un aumento de US$8.165 millones contratado por la administración Petro. La tasa de interés se pactó a un 7,9 % anual, un endurecimiento del 3,6 % frente a 2022, reflejo de una menor confianza de los acreedores internacionales frente al Gobierno, pero debido también a la esperada reducción de los ingresos externos por la baja del precio internacional del crudo. El precio estuvo en casi US$100 por barril en 2022, bajó a US$85 en 2023 y en marzo de 2024 marcaba US$82,50, así que algo de mala suerte hubo para las finanzas de Ecopetrol y del Estado colombiano durante este período.

El balance comercial de Colombia fue negativo tanto en 2022 (-US$14.300 millones) como en 2023 (-US$9.900). Esta situación da lugar a una fuga de la demanda interna hacia las importaciones, aunque el déficit se corrigió en alguna medida el año pasado. Cuando, por lo contrario, hay un superávit de comercio, la demanda interna se acrecienta con mayor fuerza y esa es la clave del desarrollo económico de países como Japón y más recientemente de México, gracias a su éxito exportador y a sus balanzas comerciales superavitarias. México se ha beneficiado además de las tensiones política entre Estados Unidos y China, lo que ha impulsado el traslado de inversiones del Lejano Oriente hacia el país vecino, con lo cual se ahorran costos de transporte por el llamado “nearshoring”, es decir, la cercanía de las industrias mexicanas al mercado norteamericano.

Colombia seguirá dependiendo de la exportación de sus recursos naturales y da lugar a lo que algunos economistas han llamado una “maldición”. Cuando los precios de estos bienes se reducen, se devalúa la moneda nacional, empobreciendo al país. Si, por el contrario, los precios de exportación aumentan demasiado, dan lugar a otra enfermedad distinta, caracterizada por la revaluación de la moneda, el aumento de las importaciones y el debilitamiento de la producción local. Hoy Colombia es un país bastante pobre con un ingreso por habitante de unos US$8.500, comparado con México, que está cercano a los US$20.000.

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El débil crecimiento económico

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18.03.2024

En 2023, la economía creció menos del 1 % por el impacto negativo que tuvo la caída de las exportaciones de un 13 %, pero también porque no hubo una política pública activa que lo compensara. En efecto, las exportaciones que alcanzaron casi US$57.000 millones en 2022, terminaron en US$49.500 millones en 2023, debido a la caída en el precio del petróleo cuyas exportaciones representan más de la mitad del total. El efecto multiplicador de las exportaciones fue entonces bastante menor sobre el producto total de la economía y explica la debilidad del crecimiento.

El gasto público primario que se define como el total ejecutado por el Gobierno central, pero excluye los pagos de intereses de la deuda pública, representó el 19,1 % del PIB en 2023 y se proyecta que alcanzará el 20 % al final del presente año, lo que puede apoyar un poco más el crecimiento; sin........

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