Adolfo Meisel publicó el libro Un observador del Caribe (Editorial Uninorte), que es una selección de sus columnas de prensa escritas durante el siglo XXI. En ellas, Meisel expresa su amor por el terruño que lo vio nacer y crecer, combinado con la visión universal de un culto economista e historiador. La obra se divide en diez capítulos que exploran desde la identidad de la región, los problemas que enfrenta, sus carencias educativas, sus intelectuales y artistas, sus dificultades como periferia, el desarrollo de Colombia, los rastros del pasado, la sociedad del bienestar hasta el estado de malestar de la economía global que obviamente nos atañe.

Meisel ha incursionado en la historia demográfica y fue pionero en analizar la calidad de vida mediante la estatura alcanzada por hombres y mujeres. En su estudio La calidad de vida biológica en Colombia: antropometría histórica 1870-2003 revela cómo la nutrición, el ejercicio y la educación se combinan para determinar la salud de las familias y permiten o no que sus miembros se acerquen a su potencial de desarrollo físico, escrito en su ADN. Descubre que, en el período en cuestión, los hombres aumentaron cerca de diez centímetros y las mujeres nueve en sus respectivas estaturas, dando un parte de optimismo sobre el progreso material que ha vivido la sociedad colombiana en esos 130 años, en contra de la visión fatalista de muchos científicos sociales que creen que el país está estancado o va de para atrás.

Otro de sus temas descarnados es el del rezago de las regiones costeras de Colombia frente al eje central de Cundinamarca, zona cafetera y Valle del Cauca, atraso que explica a partir del empoderamiento político de las clases dirigentes de esas regiones. Él nos recuerda que el único presidente que ha tenido la región Caribe fue Rafael Núñez en los años ochenta del siglo XIX, pero su liderazgo conflictivo tampoco condujo a la prosperidad regional ni a la nacional. Se aducirá que Gustavo Petro es costeño pues nació en Ciénaga de Oro (Córdoba), pero su familia emigró a Bogotá cuando era pequeño y él terminó siendo bastante cachaco.

Meisel señala cómo la economía política del café, que fue la exportación dominante de Colombia durante el siglo XX, dio lugar al atraso de otras regiones por medio de un proceso que se conoce como “enfermedad holandesa”: Holanda, que contaba con una economía diversificada en los años sesenta del siglo XX, encontró gas en sus costas, generando ingresos que revaluaron la moneda del país, el florín, y facilitando las importaciones que provocaron el declive de muchas de sus industrias. De manera similar en Colombia, las exportaciones de café revaluaron el peso, lo que dificultó el desarrollo exportador de otras regiones y, en especial, el de la Costa Caribe. Además, con los cuantiosos ingresos cafeteros se financiaron importaciones baratas que le hicieron competencia a las industrias locales.

La historia de Cartagena ha sido otro de los temas predilectos de Meisel con monografías sobre el desarrollo y decadencia de la ciudad en los siglos XVIII, XIX y XX, sin dejar de señalar la desidia de sus dirigencias. Entre otras fallas, él destaca los pocos recursos destinados a la educación que, en otras regiones, particularmente en Santander, sirvieron para darle un fuerte impulso al desarrollo económico y político. Así mismo, Meisel ha dedicado esfuerzos a escribir la historia económica de Barranquilla, preguntándose qué fue lo que causó la pérdida de su dinamismo industrial, que fue tan intenso durante la primera mitad del siglo XX.

La educación es una de las obsesiones de Meisel por la que ha abogado para que se le brinde un mayor financiamiento de parte del Estado central, pero también de cada una de las regiones del país. Ya en la etapa madura de su vida, Adolfo Meisel aceptó con entusiasmo el nombramiento que le hizo el consejo directivo de la Universidad del Norte como su rector, desde la cual irradiará investigaciones y propuestas a favor del conocimiento y desarrollo de la región Caribe y también del país. Por ahora, Meisel está empeñado en conseguir cientos de becas para estudiantes meritorios que no cuentan con recursos.

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Un gran observador del Caribe

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04.03.2024

Adolfo Meisel publicó el libro Un observador del Caribe (Editorial Uninorte), que es una selección de sus columnas de prensa escritas durante el siglo XXI. En ellas, Meisel expresa su amor por el terruño que lo vio nacer y crecer, combinado con la visión universal de un culto economista e historiador. La obra se divide en diez capítulos que exploran desde la identidad de la región, los problemas que enfrenta, sus carencias educativas, sus intelectuales y artistas, sus dificultades como periferia, el desarrollo de Colombia, los rastros del pasado, la sociedad del bienestar hasta el estado de malestar de la economía global que obviamente nos atañe.

Meisel ha incursionado en la historia demográfica y fue pionero en analizar la calidad de vida mediante la estatura alcanzada por hombres y mujeres. En su estudio La calidad de vida biológica en Colombia: antropometría histórica 1870-2003 revela cómo la nutrición, el ejercicio y la educación se combinan para determinar la salud de las familias y permiten o no que sus miembros se........

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