Marzo nos invita a reflexionar sobre la necesidad de seguir avanzando en visibilizar la inequidad que hemos vivido las mujeres en el planeta, para continuar en la construcción de una sociedad más justa, en donde, por ejemplo, nadie surja a partir del trabajo no remunerado de otro, como ha sucedido históricamente con las mujeres. La inequidad en derechos está asociada a la invisibilización y subvaloración del papel de la mujer en la sociedad durante muchos siglos. Las mujeres empezamos a ser ciudadanas con derecho al voto a partir del siglo XX, mientras tanto, a lo largo de la historia, menos de la mitad de los habitantes crearon las instituciones, normas y tomaron decisiones sobre los territorios, los medios de producción y la vida de la mayoría de la población conformada por mujeres, esclavos, campesinos o indígenas.

Ese sistema de valores aún nos determina. Fue el que durante siglos consideró que estaba bien sacrificar territorios, vidas y culturas en nombre del progreso, sin importar quiénes vivieran ahí y sus formas de vida. También decidió a finales del siglo XIX que una nueva sociedad obrera urbana podía estar en medio de la contaminación del aire por las industrias y en condiciones precarias de acceso a saneamiento básico, al final esas eran externalidades del desarrollo, alguien tenía que sacrificarse por la modernidad. Y así llegamos a marzo de 2024 con un planeta que lleva nueve meses consecutivos batiendo los registros de temperatura por encima de 1,5 °C (febrero ya con 1,7 °C) del promedio de temperatura de la época preindustrial, con una crisis de pérdida de biodiversidad que nos tiene en un nuevo proceso de extinción masiva de especies y con microplásticos hasta en las placentas humanas.

¿Estaríamos hoy enfrentando las crisis de biodiversidad, contaminación y climática si se hubieran integrado en las decisiones históricas los valores, conocimientos y acciones de quienes nunca fueron tenidas en cuenta? Probablemente la historia fuera otra, pero ahora tenemos que plantearnos la respuesta ante un futuro muy diferente a lo que hemos transitado como humanidad.

Los habitantes rurales y los pobres son las personas más vulnerables ante la crisis climática y de biodiversidad, pero las mujeres y las niñas rurales e indígenas son aún más vulnerables. Las tareas pendientes para lograr la equidad en los derechos de las mujeres requieren con urgencia incluir un enfoque de justicia climática, que reconozca la necesidad de la protección física y de los sistemas de valores y conocimientos ante el aumento de temperatura, sus efectos en la fragilidad de territorios deforestados, suelos desertificados y aguas contaminadas que producirán incertidumbre sobre el acceso al agua, la vulnerabilidad de los cultivos y el acceso a alimento, por lo menos.

Como sociedad estamos reconociendo que debemos hacer cambios profundos para vivir en la incertidumbre de un planeta que desconocemos climáticamente. Necesitamos integrar con rapidez los otros sistemas de valores y de prácticas que reconocen que somos profundamente dependientes de la naturaleza y poner en el centro el aprendizaje del cuidado acumulado por las mujeres durante siglos, que ha sostenido a la sociedad en los momentos más difíciles como en las guerras, pero que se ha subvalorado. El cuidado entre humanos y de la naturaleza debe estar en el centro de la transformación.

QOSHE - Las mujeres, el cuidado y la crisis climática - Sandra Vilardy
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Las mujeres, el cuidado y la crisis climática

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13.03.2024

Marzo nos invita a reflexionar sobre la necesidad de seguir avanzando en visibilizar la inequidad que hemos vivido las mujeres en el planeta, para continuar en la construcción de una sociedad más justa, en donde, por ejemplo, nadie surja a partir del trabajo no remunerado de otro, como ha sucedido históricamente con las mujeres. La inequidad en derechos está asociada a la invisibilización y subvaloración del papel de la mujer en la sociedad durante muchos siglos. Las mujeres empezamos a ser ciudadanas con derecho al voto a partir del siglo XX, mientras tanto, a lo largo de la historia, menos de la mitad de los habitantes crearon las instituciones, normas y tomaron decisiones sobre los territorios, los medios de producción y la vida de la mayoría de la población conformada por mujeres, esclavos, campesinos o indígenas.

Ese sistema de........

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