“Hola, soy Bisan de Gaza y todavía estoy viva”, afirmó Bisan Owda en un corto video publicado en octubre de 2023. “Mi hogar es en el barrio Rimal, que fue completamente destruido”, agregó.

Owda es una mujer cineasta, activista y periodista palestina. Solía publicar videos en las redes sociales documentando la vida cotidiana en Gaza bajo la ocupación. Sin embargo, a partir de la arremetida israelí iniciada en los últimos meses de 2023, empezó a filmar las experiencias de familias y comunidades mientras le hacen frente a la violencia, el desabastecimiento de comida y la incertidumbre. Cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ordenaron a los residentes de Gaza que evacuaran, Owda y su familia se trasladaron al hospital Al-Shifa. Hay testimonios de su primera evacuación después de haber sido desalojada (su casa destruida). Testimonios de su segundo, tercero, cuarto y quinto desplazamiento. También de las ruinas en las que quedó su oficina y la pérdida de todos sus equipos de filmación. “No hay lugar seguro en Gaza”, “están bombardeando todas partes”, explicó entonces, “tenemos miedo de la noche”. Como ruido de fondo el zumbido de los aviones de guerra no tripulados que los palestinos escuchan “desde hace casi 20 años”.

En otro video, Owda habla con habitantes del norte de Gaza que retornaron a sus hogares durante el cese al fuego temporal de noviembre. “La gente tenía esperanzas de que sus viviendas estuvieran a salvo, pero toda la calle fue bombardeada”, le dicen. La reconstrucción de las calles y viviendas está entrelazada con la vida misma de los y las palestinas. “Aún tenemos deudas de la guerra de 2014″, le relatan.

Israel ha destruido Gaza durante cinco meses de operaciones militares, declaró la semana pasada la relatora especial sobre el territorio palestino ocupado, Francesca Albanese. Ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Albanese condenó la campaña genocida de Israel: “el desgarrador número de muertes, el daño irreparable causado a quienes sobreviven, la destrucción sistemática de todos los aspectos necesarios para sostener la vida en Gaza –desde hospitales hasta escuelas, desde hogares hasta tierras cultivables– y el daño particular a cientos de miles de niños, y a las madres embarazadas y jóvenes”.

Ante el fracaso de los procesos que siguen su curso en la ONU y otras instancias internacionales y la inercia de potencias que se mueven más y más hacia la derecha, muchísimos han acudido a acciones pequeñas. Organizando marchas y otras protestas, barrio a barrio, han construido conexiones afectivas con Bisan Owda, mientras aprenden de la historia y presente de su pueblo. “Dios es testigo de que estoy llena de vida, de que amo mi vida, amo a mi país, amo a mi familia y a mis amigos, siempre he tenido el sueño de defender la verdad, y mi voz siempre es fuerte” confesó Owda en un video filmado recientemente, tras sobrevivir a un bombardeo. “Desperté para encontrar mi cielo roto”, concluyó.

En alguna medida, el cielo roto de Palestina simboliza la ruptura de tantas promesas de Occidente. Rotas están las promesas sobre humanidad compartida y los acuerdos sobre lo fundamental. Rota la Convención sobre genocidio y Declaración Universal de los Derechos Humanos. Quizá por esto se fortalecen los vínculos personales, los lazos entre Owda y sus más de cuatro millones de seguidores que rezan (en distintos credos) y protestan en su nombre. Acá vienen al caso las palabras del profesor David Graeber quien, ante los despojos de la crisis económica de 2008, escribió: “el mundo actual abunda en promesas que no se han cumplido. Se podría hablar aquí de la promesa que nos hizo el capitalismo: que podríamos vivir como reyes si estuviéramos dispuestos a comprar acciones en nuestra propia subordinación colectiva. Todo esto se ha derrumbado. Lo que queda es lo que podemos prometernos unos a otros. Directamente”.

QOSHE - “No hay lugar seguro en Gaza” - Tatiana Acevedo Guerrero
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“No hay lugar seguro en Gaza”

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07.04.2024

“Hola, soy Bisan de Gaza y todavía estoy viva”, afirmó Bisan Owda en un corto video publicado en octubre de 2023. “Mi hogar es en el barrio Rimal, que fue completamente destruido”, agregó.

Owda es una mujer cineasta, activista y periodista palestina. Solía publicar videos en las redes sociales documentando la vida cotidiana en Gaza bajo la ocupación. Sin embargo, a partir de la arremetida israelí iniciada en los últimos meses de 2023, empezó a filmar las experiencias de familias y comunidades mientras le hacen frente a la violencia, el desabastecimiento de comida y la incertidumbre. Cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ordenaron a los residentes de Gaza que evacuaran, Owda y su familia se trasladaron al hospital Al-Shifa. Hay testimonios de su primera evacuación después de haber sido desalojada (su casa destruida). Testimonios de su segundo, tercero, cuarto y quinto desplazamiento. También de las ruinas en las que quedó su oficina y la pérdida de todos........

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