La palabra render, del inglés, se traduce como “representación”. La Real Academia Española afirma que se trata de un tecnicismo que “alude al proceso que permite visualizar un gráfico, objeto o escena en el ordenador como imagen tridimensional”. En la vida cotidiana hablamos de render para referirnos a una representación digital y realista de un proyecto arquitectónico o paisajista.

Barranquilla es una ciudad de renders. Se publican renders para tocar con las manos un futuro tangible, próximo, posible. Son tantísimos los que representan un futuro de bosques, árboles, pájaros... Un mañana saludable, en que las comunidades nadan y gozan de la naturaleza. Es decir, una ciudad biodiversa. El expresidente Duque, en 2019, calificó al ecosistema de la ciudad como “uno de los más bonitos que tiene nuestro país y el Caribe”. Y continuó “necesitamos protegerlo y que la gente se apropie con afecto y responsabilidad ambiental. Esto contribuirá a que Barranquilla, aparte de ser una ciudad creativa, sea una biodiverciudad”.

No se habla de esto con frivolidad, sino con miras en inversiones y rentabilidades. “La Barranquilla que visionan los gremios en el 2030”, celebró El Heraldo, “deberá tener consolidada la propuesta de biodiverciudad”. Las mentadas inversiones son, sobre todo, préstamos que habrá que pagar (con intereses) y con los impuestos de todos.

Esta columna escrita en cercanías de 2024 busca advertir que renders y promesas verdes se enfocan principalmente en la especulación de bienes raíces que benefician a unos pocos y hacen muy poco por las mayorías en la ciudad. No solo no ayudan a que poblaciones empobrecidas y vulnerables al cambio climático tengan vidas mejores, sino que también las están perjudicando.

Un ejemplo claro es el del llamado Ecopark Mallorquín, cuyos renders son bellos. La inversión (es decir, préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo) fue de $230 billones. El legado para los habitantes (comunidades de pescadores, trabajadores y dueños de restaurantes populares, entre otros muchos) fue el desalojo. Salir de los barrios que habitaron por décadas y volver a empezar.

Todos recordamos el legado de precariedad que dejó la pandemia. Las cuarentenas le rompieron la espalda al entramado de informalidad que mantenía a flote a las capitales del país. Las ciudades que más lograron comprimir la brecha de pobreza monetaria entre 2019 y 2022 fueron Medellín y Bogotá. La pobreza en ambas ciudades aumentó solo 2 y 3,3 %, respectivamente. La pobreza en Barranquilla se incrementó 54 % durante la pandemia. Las familias habitantes de las áreas de influencia del mentado Ecopark fueron desalojadas durante los meses de cuarentena, a manos del escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD).

Así mismo, mientras ciudades como Bucaramanga celebraron 29 puntos de reducción de desempleo, en Barranquilla aumentó 11,5 %. A pesar de los renders que la hacen ver como una metrópoli futurista, florecida y plena de piscinas, Barranquilla registró el mayor aumento en deserción escolar durante los últimos cuatro años.

En un contexto de desalojos, pérdida de los medios de rebusque y desescolarización, Barranquilla fue la ciudad en la que aumentaron más los homicidios en el país entre 2019 y 2023. De acuerdo con cifras oficiales, publicadas por La Silla Vacía, durante el primer período de Pumarejo, los homicidios pasaron de 276 en 2019 a 296 en 2020. De las ciudades principales en Colombia, “Barranquilla fue la única que aumentó la cifra de homicidios en 2020, durante la pandemia”. En 2021 la cifra creció a 375 homicidios y el primer semestre de 2022 cerró con cifras peores que el primer semestre de 2021. Pese a declaraciones que achacan la crisis al gobierno Petro, el alza fue anterior a las elecciones.

QOSHE - “Render”, realidad - Tatiana Acevedo Guerrero
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“Render”, realidad

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24.12.2023

La palabra render, del inglés, se traduce como “representación”. La Real Academia Española afirma que se trata de un tecnicismo que “alude al proceso que permite visualizar un gráfico, objeto o escena en el ordenador como imagen tridimensional”. En la vida cotidiana hablamos de render para referirnos a una representación digital y realista de un proyecto arquitectónico o paisajista.

Barranquilla es una ciudad de renders. Se publican renders para tocar con las manos un futuro tangible, próximo, posible. Son tantísimos los que representan un futuro de bosques, árboles, pájaros... Un mañana saludable, en que las comunidades nadan y gozan de la naturaleza. Es decir, una ciudad biodiversa. El expresidente Duque, en 2019, calificó al ecosistema de la ciudad como “uno de los más bonitos que tiene nuestro país y el Caribe”. Y continuó “necesitamos protegerlo y que la gente se apropie con afecto y responsabilidad........

© El Espectador


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