De acuerdo con la organización WWF, que trabaja por la conservación de la naturaleza, el mundo ha experimentado una caída promedio del 68 % en las poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios desde 1970. Gran parte de esta pérdida, nos informan, “es causada por la destrucción del hábitat debido a la agricultura o la tala insostenibles”. Es decir, es producto de la deforestación por cuenta de las industrias ganaderas, madereras e inmobiliarias.

En los años que vienen, sin embargo, el cambio climático será el mayor impulsor de la pérdida de biodiversidad. Esto porque el “clima está cambiando más rápido de lo que las especies pueden moverse o adaptarse”. Así, se estima que millones de especies estarán al borde de la extinción como resultado de los cambios climáticos en los próximos 50 años.

El cambio climático, generado por los países ricos, causa la pérdida de la biodiversidad. Estados Unidos ha emitido más dióxido de carbono que cualquier otro país y es responsable del 25 % de las emisiones históricas (alrededor de 400.000 millones de toneladas desde 1751). Los 28 países de la Unión Europea emitieron el 22 %. Países que se desarrollan rápidamente (como China e India) emiten hoy a tutiplén, pero no lo hicieron en el pasado. La historia importa, nos explica la publicación Carbon Brief, porque “la cantidad acumulada de CO2 emitida desde el inicio de la Revolución Industrial está estrechamente relacionada con el calentamiento de 1,2 °C que ya se ha producido”.

El cambio climático causa la pérdida de la biodiversidad, y las personas ricas, en todos los países, causan el cambio climático. El 1 % más rico genera más emisiones de carbono que el 66 % más pobre, según un reporte de Oxfam Internacional. La huella de carbono del 0,1 % (incluyendo yates, jardines, finca raíz y sobre todo viajes en avión) es descarada y su disminución significaría un gran avance. Del otro lado de la moneda, comunidades en países en vía de desarrollo que viven en barrios informales quedan a merced de las condiciones climáticas más extremas. La contribución de ciudades colombianas como Buenaventura, en relación con el tamaño de su población, ha sido muy pequeña. Este es el resultado de emisiones per cápita muy bajas, tanto históricamente como en la actualidad.

Todo esto para decir que resulta desproporcionada y ridícula la reacción de personas como Sandra Bessudo y Andrea Padilla frente a la Resolución 0119 de 2024, que reglamenta la captura incidental de tiburones y rayas marinas. Esta resolución reconoce las prácticas cotidianas y tradicionales de pescadores. Platoneras, piangueras y ahumadoras pertenecen a comunidades negras costeras del Pacífico colombiano. Estas mujeres se embarcan temprano y vuelven a tierra firme poco después del mediodía. Arreglan y venden pescados y mariscos en plazas de mercado, puentes y calles de municipios. Mucho de este pescado es adobado y ahumado para su conservación.

De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, 66.000 familias costeras dependen del ejercicio de la pesca. Tienen pocas herramientas y venden apenas lo que les permite seguir adelante. Venden poco, caminan mucho y reciben todo el sol del mediodía. Muchas de estas familias no tienen acceso continuo a la electricidad ni al agua. Padilla, entre tanto, se burló de la noticia. “Lo de la gobernanza y las comunidades siempre suena cuco”, dijo y afirmó que estos peces no son medios de subsistencia, sino que “son vidas”. “Inadmisible”, dijo por su cuenta Bessudo (cuya familia vende pasajes de avión).

QOSHE - Tollos, rayas y quimeras I - Tatiana Acevedo Guerrero
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Tollos, rayas y quimeras I

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04.02.2024

De acuerdo con la organización WWF, que trabaja por la conservación de la naturaleza, el mundo ha experimentado una caída promedio del 68 % en las poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios desde 1970. Gran parte de esta pérdida, nos informan, “es causada por la destrucción del hábitat debido a la agricultura o la tala insostenibles”. Es decir, es producto de la deforestación por cuenta de las industrias ganaderas, madereras e inmobiliarias.

En los años que vienen, sin embargo, el cambio climático será el mayor impulsor de la pérdida de biodiversidad. Esto porque el “clima está cambiando más rápido de lo que las especies pueden moverse o adaptarse”. Así, se estima que millones de especies estarán al borde de la extinción como resultado de los cambios climáticos en los próximos 50 años.

El cambio climático, generado por los países ricos, causa........

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