Hoy llegó a la cocina el presidente Petro como soñoliento, algo turulato, y nos dijo: Tías, dormí regulimbis, casi no pegué el ojo, debió ser la sobredosis de café.

A sumercé le cogió ventaja el café, Gus -le dijo Tola mientras le servía el primer tinto-. Ya práticamente sos cafedependiente. Deberías ingresar a Cafeinómanos Anónimos.

No sé, tías, a veces me provoca un tratamiento de rehabilitación, pero es que el café colombiano es tan sabroso, tan suave, tan afrutado, tan embalador… tan caturro.

Y sinceramente no me figuro yo en un grupo de adictos al café: Hola, soy Gustavo, su presidente, y estoy enviciado al café… seamos amigos, tomémonos un tinto.

Te entendemos, Tavo -dijo Tola poniendo a calentar la leche-, Maruja y yo somos aditas al perico con buñuelo o pandequeso o almojábana o cualesquier parva pa remojar.

Pero no hablemos más de mi adicción, tías -dijo Petro sirviéndose otro tinto-, necesito que me ayuden a buscar fórmulas de financiación para los guerrilleros del ELN.

Ya oyeron pues tías al comandante Antonio García defendiendo el secuestro dizque porque el ELN es “una organización pobre”. ¿Cuál emprendimiento les sugerimos?

Empanadas, que es lo que más se vende -dijo Tola haciéndose la charra en tanto Petro destapaba un paquete de galleticas de café y le echaba más tinto al pocillo.

Ole Tavo, ¿y ellos como qué saben hacer, aparte de secuestrar, chantajiar, estorsionar, abigeatiar, desplazar y matar? Lo suyo es la guerra, tías -dijo Petro descorchando un confite de café.

¿Y no cuentan con ahorros? Pues tías, ellos sostienen que todo su capital lo tenían en la Caja Agraria, pero ese banco lo quebraron ellos mismos atracándolo.

¿Y por qué no se dedican al narcotráfico, que es una profesión más noble que secuestrar? -dije yo buscando una solución. Vea las Far: viven de la coca sin torturar a nadie con el secuestro.

Yo pienso lo mismo -dijo Tola escondiendo el termo del tinto pa que Gustavo no siguiera encarnizao-. Pero les podemos buscar un emprendimiento digno: ¿y si crean su propia critomoneda: ELcoiN?

También podrían ser guías ecológicos en los santuarios donde operan -dijo Petro pidiendo un domicilio de café-, y alquilar los cambuches por Airbnb.

¿Y si les soltamos el oleoduto Caño Limón-Coveñas pa que lo esploten pa ellos? -propuse yo mientras a Petro le comenzaba un temblorcito por las ansias de café.

¿Y si fundan una iglesia? -brincó Tola con el bombillo prendido-. Les iría súper, la religión es un machete… y tienen los insumos: un Dios, que es Stalin y un mártir, el padre Camilo Torres.

Sí señora, -apoyé mientras Petro esculcaba en la basura el ripio del café-. Los tósigos del ELN están pa una iglesia, pues son una secta fanática fundada por un cura y creen en el paraíso del Estado Proletario.

Y les iría muy bien recaudando la vacuna… eh, digo los diezmos… porque ¿quién en su sano juicio se atrasaría en el pago? Y ya tienen las capuchas pa las procesiones.

No tías, esos tipos no saben sino de guerra: yo no los veo parados en un semáforo luciendo el uniforme de Bonáis, vendiendo bolis inofensivos.

Ole Petro, ¿entonces tocaría declarar una guerra pa emplear esos vergajos del ELN? Pero a quién: ¿al pobre Ecuador? ¿Al pobre Venezuela? ¿A Panamá? No hay infantería que aguante el Tapón del Darién.

¿Y qué tal a Israel? -dijo Petro mascando granos de café-. Pues, una guerra diplomática, que todos los países alcemos la voz para repudiar lo que hace Netanyahu con los palestinos.

No más café pa Gustavo -dijo Tola recogiendo de la mesa algunas migas de galleticas de café, pues ya Petro se disponía a limpialas con la lengua.

Ñapa: Lo que estamos viendo en Palestina nos provoca viajar pronto al otro mundo.

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Tola y Maruja buscan emprendimientos para el ELN

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19.11.2023

Hoy llegó a la cocina el presidente Petro como soñoliento, algo turulato, y nos dijo: Tías, dormí regulimbis, casi no pegué el ojo, debió ser la sobredosis de café.

A sumercé le cogió ventaja el café, Gus -le dijo Tola mientras le servía el primer tinto-. Ya práticamente sos cafedependiente. Deberías ingresar a Cafeinómanos Anónimos.

No sé, tías, a veces me provoca un tratamiento de rehabilitación, pero es que el café colombiano es tan sabroso, tan suave, tan afrutado, tan embalador… tan caturro.

Y sinceramente no me figuro yo en un grupo de adictos al café: Hola, soy Gustavo, su presidente, y estoy enviciado al café… seamos amigos, tomémonos un tinto.

Te entendemos, Tavo -dijo Tola poniendo a calentar la leche-, Maruja y yo somos aditas al perico con buñuelo o pandequeso o almojábana o cualesquier parva pa remojar.

Pero no hablemos más de mi adicción, tías -dijo Petro sirviéndose otro tinto-, necesito que........

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