Hoy le dimos al presidente un desayuno amplio: una olletada de tinto hecho en aguapanela, pa dale las gracias por habenos metido en su película Petro.

Esta peli cuenta la vida de Petro desde que estaba chiquito y organizó una marcha del kínder pa protestar contra el almuerzo escolar, que consistía en una galleta saltín y un mamoncillo.

Un compañerito del preescolar, de nombre Alvarito Uribe, que iba a estudiar de sombrero, poncho y carriel, es el antagonista de la peli y en el recreo le grita a Petrico: ¡Sicario, sicario, sicario!

El documental, hecho por un gringo ocioso, sigue la vida de Tavo y su campaña triunfadora, y por momentos consigue penetrar la intimidá de la familia y hasta graba a Verónica en pleno masaje con Nerú.

Otro momento íntimo muestra la cruel tensión en que vive Petro: está mirando el close a ver cuál chaleco antibalas se pone, si el de cuadros, el de rayas, o el estampao de leopardo.

La peli nos lleva por la adolecencia de Petro, cuando un maestro mamerto de Fecode le entrega con sevicia el libro Las venas abiertas de América Latina y un casete con música protesta.

Hay un momento muy nostálgico cuando Gustavo se va de paseo de olla con la gallada y se llevan la grabadora pa oír Mula revolucionaria, A desalambrar, El pueblo unido… y demás canciones subversivas.

De pronto se les enreda el casete y tienen que sacalo a las malas y cortar el pedazo de cinta arrugao y volver a pegar la cinta con… mancha de plátano del sancocho.

Después vemos al Petro interesao en el M-19, que él creía que era un vermífugo contra las lombrices, y da el paso definitivo que le traería la eterna chapa de “guerrillero”: se fue pal monte.

Un momento tensionante de la peli es cuando el grupúsculo guerrillero de Petro se toma un pueblo, y después de robar la Caja Agraria buscan al compañero Aureliano (alias de Gustavo) por todo el pueblo y nada… hasta que lo encuentran en una miscelánea preguntando por unos zapatos Ferragamo.

Le hacen juicio revolucionario, lo declaran “pequeñoburgués”, carretudo revisionista, menchevique desviacionista, le quitan la correa Gucci con que se amarra el camuflao y con su misma correa Jaime Bateman le pega varios fuetazos y lo manda pa la quinta porra.

Petro en la guerrilla no sirve porque era un flacuchento que ni podía con el fusil, las gafas culo’e botella no lo dejaban apuntar bien y el estruendo del disparo lo acostaba.

Después lo agarran las autoridades y lo torturan de una manera desalmada: le ponen música de Bad Bunny a todo taco mientras le tatúan en el brazo la cara de María Fernanda Cabal.

Hasta que llega al Congreso y descolla como el gran opositor que es, tan buen opositor que él mismo se hace una de las mejores oposiciones que le conocemos.

La peli tiene una cosa novedosa: es interrumpida por un discurso en vivo del presidente Petro donde dice que los usuarios de Sanitas, Nueva EPS y Compensar tendrán un descuento en la boletería y que Gustavo Bolívar repartirá crispetas.

Pero la peli también deja ver las cosas malucas de Petro: cuando en las noches se cuela por una ventana de las oficinas del Polo a tergiversar las actas. O cuando le da confianza a Benedeti. O cuando se esconde a tomar tinto.

Vean la peli, ahí aparecemos Tola y yo de estras: somos las de la sombrilla fusia vendiendo bolis en una marcha, pero casi no nos distinguimos porque la toma es desde un dron.

Payola: nuestro sobrino Mico presenta su gracioso monólogo “La Salsa de mi vida”, donde cuenta cómo superó el chucuchucu y llegó a la salsa. Café Libro de la 93. Info: 3176608742.

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Tola y Maruja nos cuentan la peli de Petro

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07.04.2024

Hoy le dimos al presidente un desayuno amplio: una olletada de tinto hecho en aguapanela, pa dale las gracias por habenos metido en su película Petro.

Esta peli cuenta la vida de Petro desde que estaba chiquito y organizó una marcha del kínder pa protestar contra el almuerzo escolar, que consistía en una galleta saltín y un mamoncillo.

Un compañerito del preescolar, de nombre Alvarito Uribe, que iba a estudiar de sombrero, poncho y carriel, es el antagonista de la peli y en el recreo le grita a Petrico: ¡Sicario, sicario, sicario!

El documental, hecho por un gringo ocioso, sigue la vida de Tavo y su campaña triunfadora, y por momentos consigue penetrar la intimidá de la familia y hasta graba a Verónica en pleno masaje con Nerú.

Otro momento íntimo muestra la cruel tensión en que vive Petro: está mirando el close a ver cuál chaleco antibalas se pone, si el de cuadros, el de........

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