Lo que dijo el ministro de Salú Guillermo Alfonso Jaramillo, quizque la vacuna contra el Coronavirus fue un esperimento que hicieron con nosotras, nos resucitó los recuerdos de la hijuemadre pandemia.

Nosotras sí creemos que la berrionda vacuna trajo efetos segundarios: ¿o cómo se esplica la derechización del país? ¿Qué más puede esplicar que Fico haiga arrasao en Medellín?

Manque muy poquitos han reconocido que sienten las consecuencias físicas de la vacuna, eso se nota: Duque está más embarnecido, Uribe más mansito y Petro más ojibrotao.

Pero si los efetos segundarios físicos no son visibles, los sicológicos sí se ven a la legua: el mismo ministro Jaramillo está más apelotardao y a cada rato disvaría.

Estuvimos conversando con Guillermo Alfonso y nos reconoció que la vacuna lo dejó rayao, neurótico, sicosiao… osesivo con la higiene.

Tías, sigo respetando los protocolos de bioseguridad -dijo Guillermo Alfonso con los ojos centrifugaos-. Llego a la casa con el mercado y en la puerta me quito la ropa y la quemo.

Y enseguida preparo una poncherada de agua y le echo cloro y lavo el mercado: huevo por huevo, tomate por tomate, papa por papa… y las papas que tienen ojitos, huequitos, las limpio con un copito.

Lavo frisol por frisol, maíz por maíz, arroz por arroz… con lo que no he podido es con la quinua -dijo Guillermo Alfonso quitándose el tapaboca y tomándose un sorbo de límpido.

Sigo paranoico con el aseo, tías: antes de lavarme las manos le echo alcohol al jabón. Todos los días por la noche pongo a hervir la tarjeta débito y lavo los billetes uno por uno… me siento lavando activos.

Y enseguida pongo a secar los billetes en los alambres del patio de la casa… me da hasta pena con los vecinos porque el billete más grueso es de cinco mil.

Obsesivo con la limpieza, tías: voy en el Transmilemio rumbo al ministerio y algún chino me cede el puesto y antes de sentarme saco el termómetro y le mido la temperatura al sentadero.

La pandemia me dejó la teja corrida, tías. Aprendí a abrir las puertas con los codos… levanto la tapa del inodoro con los codos, me bajo la cremallera con los codos…

Y no hablemos del daño que nos hizo la pandemia en las relaciones maritales, tías -siguió Guillermo Alfonso mientras se aplicaba otra vacuna de Chinovac.

Les voy a contar cosas íntimas, tías, y ustedes sabrán perdonar: en la primera cuarentena, para mantener la distancia, puse por toda la mitad de la cama matrimonial una lámina de acrílico… y ahí se quedó.

Pero, tías, hay que reconocer que la pandemia trajo cosas buenas, como el tapaboca. El tapaboca significó una revolución estética porque a todos nos mejoró físicamente.

No nos digamos mentiras, tías: la feura se concentra en boca y nariz… a la final todos somos pispitos de ojos. Yo supe de muchas parejas que se enamoraron en plena pandemia y que se divorciaron cuando se conocieron sin tapaboca.

Yo propongo que volvamos al tapaboca, tías, porque tiene muchas ventajas: oculta el mal aliento y el acné. Uno puede saludar a los vecinos sin necesidad de sonreír. Y si uno está conversando con la suegra le puede sacar la lengua sin ofenderla.

Ole Guillermo -lo interrumpió Tola al ver que empezaba a decir barrabasadas-, ¿entonces a según vos la vacuna fue un esperimento y nosotras las conejillas de indias?

En el caso de ustedes, gurrecillas o bagrecillas -dijo el ministro Memo haciéndose el charro-. Pero hablando en serio, tías, Pfizer, AstraZeneca, Moderna y Johnson y Johnson nos metieron chips que manejan nuestro comportamiento.

Tías, ¿han visto que en los estadios y conciertos están gritando “fuera Petro”? Eso lo manipulan desde sus laboratorios esas farmacéuticas imperialistas.

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Tola y Maruja sobre el ministro y las vacunas

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03.12.2023

Lo que dijo el ministro de Salú Guillermo Alfonso Jaramillo, quizque la vacuna contra el Coronavirus fue un esperimento que hicieron con nosotras, nos resucitó los recuerdos de la hijuemadre pandemia.

Nosotras sí creemos que la berrionda vacuna trajo efetos segundarios: ¿o cómo se esplica la derechización del país? ¿Qué más puede esplicar que Fico haiga arrasao en Medellín?

Manque muy poquitos han reconocido que sienten las consecuencias físicas de la vacuna, eso se nota: Duque está más embarnecido, Uribe más mansito y Petro más ojibrotao.

Pero si los efetos segundarios físicos no son visibles, los sicológicos sí se ven a la legua: el mismo ministro Jaramillo está más apelotardao y a cada rato disvaría.

Estuvimos conversando con Guillermo Alfonso y nos reconoció que la vacuna lo dejó rayao, neurótico, sicosiao… osesivo con la higiene.

Tías, sigo respetando los protocolos de bioseguridad -dijo........

© El Espectador


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