¿Cómo agradar a Dios? Es la pregunta que los hombres en diversos momentos de la historia se han hecho. Nosotros, los cristianos, encontramos una respuesta contundente: Viviendo a la manera de Jesús. Es decir, asumiendo como nuestras las opciones fundamentales de la vida del Hijo de María (Marcos 6,3). Creo que eso es lo que celebramos en su resurrección. Me gusta la estructura que utiliza el autor de los Hechos de los Apóstoles, para dejarlo claro, en los discursos de Pedro (Hechos 2,22-24): Si los hombres dijeron que no a su propuesta existencial matándolo en una cruz, El Padre Dios dijo sí, levantándolo de la tumba. La resurrección es la aprobación de Dios de la vida de Jesús. Quien quiera agradarlo tendrá que vivir en la libertad, en el servicio, en el amor total, en el perdón y en la búsqueda de la justicia como lo hizo el carpintero (Marcos 6,3).

Creo que a veces, entre tantos códigos morales, listas de verdades doctrinales y rituales, hemos perdido lo central, que es vivir a su manera. Siguiendo su proyecto de vida. Entendiendo que es lo fundamental en la cotidianidad. Tratando de enfrentar unas lógicas que esclavizan y someten al sinsentido y al hastío. Me emociona que al inicio de Hechos de los Apóstoles se exponga la tesis de que la comunidad apostólica sigue el ministerio de Jesús, por eso es que quien la persigue a ella lo persigue a él (Hechos 9,4-6). La pregunta es si ahora la comunidad eclesial, en cualquiera de sus denominaciones, es continuidad de las opciones fundamentales del Nazareno.

A veces me asalta la duda y el desánimo porque creo que nuestras comunidades se parecen más a la sociedad en la que los valores fundamentales son el poder, el dinero, las jerarquías y no la comunidad contrastante que instituyó Jesús para que se distinga por el amor. Tertuliano en el siglo II lo decía en estos términos: ““¡Mirad cómo se aman! Mirad cómo están dispuestos a morir el uno por el otro”. Mientras la comunidad eclesial no haga presente los valores de Jesús en sus relaciones y en su presencia ante la sociedad, no cumplirá su misión. Aunque tenga las mejores liturgias, los mejores cultos modernos. Se trata de vivir en su libertad frente a lo que esta sociedad llama absoluto, en obediencia al Padre así algunas veces tengamos que ser lapidados por los profetas de esta sociedad, en el servicio que nos hace lavarle los pies al que lo necesite, en el perdón que nos enseña a romper toda ancla que nos ate a la herida del pasado, en la solidaridad que nos impulsa a dar lo que somos y tenemos con tal de que nadie pase hambre ni necesidad. Solo así mostraremos que está vivo.

@PLinero

QOSHE - ¿Está vivo? | Columna de Alberto Linero - Alberto Linero
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

¿Está vivo? | Columna de Alberto Linero

14 12
31.03.2024

¿Cómo agradar a Dios? Es la pregunta que los hombres en diversos momentos de la historia se han hecho. Nosotros, los cristianos, encontramos una respuesta contundente: Viviendo a la manera de Jesús. Es decir, asumiendo como nuestras las opciones fundamentales de la vida del Hijo de María (Marcos 6,3). Creo que eso es lo que celebramos en su resurrección. Me gusta la estructura que utiliza el autor de los Hechos de los Apóstoles, para dejarlo claro, en los discursos de Pedro (Hechos 2,22-24): Si los hombres dijeron que no a su propuesta existencial matándolo en una cruz, El Padre Dios dijo sí, levantándolo de la tumba. La resurrección es la aprobación de........

© El Heraldo


Get it on Google Play