Ser conscientes de nuestra vida exige hacer periódicas evaluaciones del rumbo que le estamos dando. Eso implica entender que no estamos atrapados en determinaciones del destino, sino que vamos, con nuestras decisiones y acciones, direccionando nuestra vida hacia los objetivos que queremos. Para eso, tenemos que ser capaces de detenernos y desconectarnos de lo habitual, así podremos interiorizar cada situación logrando un análisis en profundidad de ella. También tener una visión agradecida y optimista que permita encontrar motivos para seguir adelante con todo el coraje. Sin agradecimiento no hay maneras de tener esperanza.

Es supremamente importante reconocer hacia donde nos está llevando la manera como estamos viviendo; por eso, la evaluación constata la dirección de la vida, el hacia dónde se va. Hoy vale la pena hacer ese ejercicio de evaluación de lo que hemos vivido a lo largo de este 2023. Te propongo tres actitudes para hacerlo:

1. Ser objetivos, tratar de centrarse en los datos. Evitar las justificaciones que nos exoneran de la responsabilidad. No caer en autocomplacientes interpretaciones que distorsionan la realidad y hacen que el balance no dé el resultado esperado. Nada peor que echarse mentiras a uno mismo.

2. Saber diferenciar entre la responsabilidad y la culpa. No se trata de hacerse un juicio que vuelva la vida una tragedia para vivirla como una cruz pesada que aplasta a las personas. Es entender que hay errores y cómo se puede recomponer el rumbo. Para ello, la clave es buscar lecciones de vida y no coleccionar duros juicios contra sí mismos.

3. Comprender la realidad compleja, esto es, tener conciencia de que se trata de un todo que siempre va más allá de la suma de los actos. Es descubrir que ulterior a la puntualidad de los acontecimientos está el sentido del proceso, lo cual nos hace levantar la mirada y tratar de entender cómo encaja cada situación en la totalidad.

Este proceso tiene que ser acompañado con un ejercicio de planeación. Se encuentran los desaciertos, los errores, las debilidades para señalar las tareas a hacer en el futuro. En esta etapa te propongo tres aspectos: 1. Propósitos realizables, tienen que ser precisos y evaluables. Explicitando los beneficios que ocasionan, así se provoca la motivación verdadera; 2. Tener claro la manera de lograrlo. Se debe hacer un plan, para seguirlo de manera disciplinada y rigurosa; 3. Generar las redes de apoyo que permitan que ese plan no se vuelva una simple quimera.

Es un proceso vivido desde la confianza que la espiritualidad nos permite propiciar. Creyendo y esperando que siempre todo va a estar bien. La experiencia de Dios tiene que ser motivo para tomar consciencia de la vida y tener las manos puestas en el timón que la direcciona. Feliz Año Nuevo.

QOSHE - Inténtalo 365 veces | Columna de Alberto Linero - Alberto Linero
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Inténtalo 365 veces | Columna de Alberto Linero

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31.12.2023

Ser conscientes de nuestra vida exige hacer periódicas evaluaciones del rumbo que le estamos dando. Eso implica entender que no estamos atrapados en determinaciones del destino, sino que vamos, con nuestras decisiones y acciones, direccionando nuestra vida hacia los objetivos que queremos. Para eso, tenemos que ser capaces de detenernos y desconectarnos de lo habitual, así podremos interiorizar cada situación logrando un análisis en profundidad de ella. También tener una visión agradecida y optimista que permita encontrar motivos para seguir adelante con todo el coraje. Sin agradecimiento no hay maneras de tener esperanza.

Es supremamente importante reconocer hacia donde nos está........

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