Estamos viviendo tiempos de postverdad, caos, violencias, basta con ver las noticias y con analizar nuestras vidas, para concluir que padecemos la pobreza de no tener tiempo, de estar corriendo tras un mandato planetario de productividad, de estrés o de soledad. Hace unos años cuando leí una de las obras de Sigmund Freud El malestar en la Cultura analizaba muchas situaciones alrededor de mi contexto y mi cultura, son tantas las cargas que vamos sumando a nuestras vidas que hacemos pesado el caminar, nuestra existencia se torna densa o compleja.

Hoy quiero hablar del malestar que está en el ambiente, se escuchan quejas de la dinámica política, de las relaciones conyugales, tusas de amigas, decepciones amorosas, inconformidad, entre otras; hay una sensación de malestar que parece un virus que se contagia rápidamente, no hemos aprendido a vivir sin expectativas perfeccionistas ni a liberarnos de formatos de amor idealizado, si viviéramos así, lograríamos ser más libres y felices; nos cuesta mucho superar los apegos que en ocasiones nos olvidamos de nosotras mismas.

El malestar existencial requiere un freno, le llamamos de diferentes formas: Petro, Fútbol, crisis económica, divorcio, pesimismo, incredulidad, violencia, corrupción, politiquería o como se nos ocurra, al final buscamos adjudicar nuestras inconformidades a lo que sea, la denominamos con cualquier sustantivo que nos satisfaga la necesidad de establecer causas y efectos como si la vida fuera lineal, cuando en realidad es ampliamente dinámica.

Es momento comenzar a equilibrar o sanar nuestras emociones, expectativas o idealizaciones, porque ellas solo nos instalan en una actitud de exigir basadas en lo que es imposible – la perfección-, el problema no es Petro, el sistema o los demás, también somos nosotros, el malestar en la cultura no es un asunto de terceros sino de cada ser que constituye la humanidad.

Estas letras las escribo en días de profundas reflexiones y cambios conscientes respecto a esperar tanto de todo, a creer que las cosas deben suceder como las imaginamos, cuando la realidad no responde a ello. Sigo aprendiendo que lo que sucede es para nuestros aprendizajes y que la decepción existe porque esperamos mucho de lo que no podemos controlar.

Vivimos en una sociedad de malestares que necesita (con urgencia) evolucionar hacia la libertad de vivir sin esperar y sin idealizar, de existir con menos complejidad y más sencillez; es importante comenzar a vivirnos como seres perfectibles conscientes de crecer y fortalecer nuestro espíritu, de saber que lo perfecto no existe y que eso nos lleve a tratarnos con bondad y a estar conscientes de mejorar y ser sensibles a diferentes aprendizajes.

Que los malestares y las reactividades cambien, es hora de dejar de matarnos, insultarnos y denigrarnos como seres humanos y como sociedad; siempre es el momento perfecto para regalarnos tiempos de introyección y sanar nuestros malestares, sin caer en negaciones que solo agudizan las heridas, el rencor o la tusa, según sea el caso.

El malestar de la humanidad merece ser transformado desde acciones contundentes de liberación y sanación para cumplir con una de las grandes misiones terrenales: ser felices.

QOSHE - El malestar | Columna de Fabrina Acosta - Fabrina Acosta Contreras
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El malestar | Columna de Fabrina Acosta

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18.04.2024

Estamos viviendo tiempos de postverdad, caos, violencias, basta con ver las noticias y con analizar nuestras vidas, para concluir que padecemos la pobreza de no tener tiempo, de estar corriendo tras un mandato planetario de productividad, de estrés o de soledad. Hace unos años cuando leí una de las obras de Sigmund Freud El malestar en la Cultura analizaba muchas situaciones alrededor de mi contexto y mi cultura, son tantas las cargas que vamos sumando a nuestras vidas que hacemos pesado el caminar, nuestra existencia se torna densa o compleja.

Hoy quiero hablar del malestar que está en el ambiente, se escuchan quejas de la dinámica política, de las relaciones conyugales, tusas de amigas, decepciones amorosas, inconformidad, entre otras; hay una sensación de malestar que parece un virus........

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